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EL CORAZÓN ENTRE LAS MANOS




La buscaba desesperado entre líneas, en el reverso y anverso de la hoja en blanco, en medio de sus cuentos; en los sobres amarillentos de sus cartas de amor. Hurgó en su diario infantil creyendo encontrarla por ahí. Acudió a sus recuerdos pensando haberla extraviado en ese marasmo atroz. Buscó en el viejo recetario de la abuela, tal vez se hubiera escondido entre “Marinar la carne y espolvorearla con pimienta molida y sal al gusto”; resultó inútil, ¡no la encontró!

Pasaron los días y su compañera de siempre no aparecía; la esperaba al amanecer, a media noche le llamaba a gritos: —¡Venid, venid, sin ti no soy nada, no puedo escribir!— Le gritaba. Sólo el silencio era la respuesta a sus exacerbados ruegos. Luego, deprimido sollozaba, se desesperaba y rompía en llanto.

Después de algunas semanas sin encontrarla, una mañana soleada tocaron a la puerta de la casa del escritor frustrado. Acudió a abrir con desgano, sucio, desaliñado y con una mirada extraña llena de congoja. Había tocado una bella muchacha quien sin decir palabra le extendió una hermosa tarjeta artesanal junto con un trozo de papel en donde se leía:

“SOY SORDOMUDA, EN NUESTRA ASOCIACION ELABORAMOS ESTAS TARJETAS. NO TIENEN COSTO, SOLO LO QUE USTED GUSTE COOPERAR. SI NO ES DE SU AGRADO POR FAVOR REGRÉSELA, PUES PARA NOSOTROS SON NUESTRO MEDIO DE SUBSISTENCIA. POR SU COOPERACION MUCHAS GRACIAS. ¡DIOS SE LO PREMIARÁ!"

El hombre emocionado ni siquiera leyó la tarjeta, la tomó y tiró a un lado, sujetó a la mujer con fuerza y la hizo entrar a la habitación, la obligó a sentarse en una silla frente a él y buscó papel y lápiz y trató de escribir: —Bendita la inspiración, mi musa regresó a contarme al oído entre susurros mágicos las historias que escribiré desde ahora. Decían sus primeras palabras escritas.

Después su mano quedó inmóvil, sorprendido miró fijamente a la muchacha quien asustada frente a él empezaba a temer lo peor. El hombre rodeó la mesa donde escribía y con calma se acercó a la bella mujer y le dijo con voz trémula:

—¡Mensajera de los dioses, ilumina mi cerebro con la preciosa inspiración que antes vertías sin descanso en mi mente!, al momento de tomarle el rostro con mucho cuidado, amorosamente, con devoción.

La sordomuda inútilmente le hacía señas en el lenguaje gesticular de los suyos, con su dedo índice se tocaba los labios y agitaba la otra mano en una clara alusión de no poder contestarle.

La mujer con desesperación trataba de decirle que no hablaba ni escuchaba nada. Entonces el escritor exacerbado por el silencio de aquella y creyendo era una negativa a darle inspiración literaria le propinó dos fuertes bofetadas que la hicieron llorar y estrujarse las manos con ademán aterrorizado.

En un recurso desesperado la mujer llevó su mano al pecho, justo donde está el corazón, pretendía enviarle al escritor desquiciado un mensaje de fraternidad, de su amor por la vida, por su trabajo y de bondad para perdonar y olvidar los ultrajes recibidos ese día.

El aviso quedó descifrado en los términos del código del demente y de acuerdo con su interpretación insana abrió con un puñal el pecho de la sordomuda a quien identificaba como su Musa extraviada, ¡le arrancó el corazón!, lo colocó sangrante sobre la mesa y se sentó a escribir una nueva historia:

“Sucedió en un día maravilloso de primavera, Caliope retornó al cubil de su escritor preferido y con el permiso de Apolo le concedió la fuente divina de su inspiración: ¡su propio corazón!, entonces surgieron torrentes de historias, las cuales invadieron el espíritu de aquél afortunado mortal quien empezó a escribir sin descanso…”

Fueron las últimas líneas trazadas por aquel hombre desquiciado. Semanas después cuando las autoridades allanaron el lugar debido a la pestilencia que salía de ahí; encontraron dos cadáveres: uno de un hombre y otro de una mujer con el pecho abierto de tajo; ambos se aferraban a un corazón humano que extrañamente seguía intacto.

Texto agregado el 01-05-2016, y leído por 375 visitantes. (10 votos)


Lectores Opinan
03-05-2016 Es una historia triste ;pero muy bella. Pobre .mujer y también pobre hombre obsesionado y demente. A veces la falta de inspiración provoca estragos en seres anormales. Muy bueno tu texto Jesús***** Un abrazo Victoria 6236013
02-05-2016 Para trazar las últimas lineas de una nueva historia, que bien creaste la fuente que la inspiró, saludos y felicidades. krisna22z
02-05-2016 Qué triste!!. Tienes un talento exquisito para hacer de cada texto algo notable, sin importar el tema y el formato. Un abrazo dulce. gsap
01-05-2016 Un cuento de los que me gustan amigo. Una narración sin fisuras en una historia original y oscura. Saludos! TuNorte
01-05-2016 Pobre chica ***** grilo
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