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Inicio / Cuenteros Locales / Keiji / 802) Vos, ¿qué piensas?

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Vos, ¿qué piensas?

Se vieron...
Habían quedado de verse en ese sitio. Sus miradas ansiosas los delataban. Al saludarla, no dejó de percibir un ligero temblor en sus labios, ansiosos.
Ella olía a una fragancia cítrica y floral que emanaba de su cuello, desnudo.

Se ruborizaron cuando sus ojos se encontraron después de recorrerse brevemente con la mirada, les gustaba lo que veían del otro. Él, se acercó y la tomó por la cintura para abrazarla, la atrajo hacia si, y en un instante tenía sus labios cerca de su boca que sonriendo le dijo cuanto la extrañaba. Ella seguí sin decir una palabra, sus ojos la delataban, mientras se mordía el labio inferior, bajaba la mirada, apenada de haberse sonrojado.

Notó que sus manos sudaban cuando él la tomó para adelantarse sin decir nada, y avanzó siguiéndole sin voltear mas de una vez a donde habían estado un par de minutos acaso.

Tras minutos que les parecieron una eternidad, llegaron al apartamento de ella y fue entonces que el silencio que reinó en el carro, fue roto por él.

-Temía que no llegaras.- le dijo.
-¿Por qué?- preguntó ella, con un tono que era una caricia.
-No lo sé, pero fue una tontería. Ahora calla...- y colocando un dedo sobre su boca, la empujó de levemente contra la pared que quedaba a su espalda, aun en el pasillo del apartamento, sólo habían cruzado y cerrado la puerta tras de sí.

Comenzó a darle pequeños besos en el rostro, caricias que apenas se sentían en su piel, y sin embargo, la empezaban a poner nerviosa tras cada contacto. Ella solo cerró los ojos cuando sintiendo los labios posarse sobre sus párpados, suspiró y se quedó dispuesta sintiendo como toda fuerza la abandonaba de su cuerpo.

Él la presionaba contra la pared, mientras sus manos empezaron a recorrer el cuerpo ansioso de ella, que traía puesta la falda gris que tanto sabia que le gustaba... Rodeó su cuello con la mano izquierda, hasta sujetar de un solo movimiento todo su cabello, que suelto caía sobre la espalda... Mientras la besaba ansioso, empezó a subir su mano derecha entre las piernas de ella, que no hacia mas que sentir como su cuerpo no le pertenecía, solo sentía un cosquilleo que la recorría toda.

Subió la falda hasta sentir sus bragas satinadas, y empezó a notar la humedad que se escondía debajo de estas. Se detuvo un instante solo para empezar a desabotonarle la blusa y vio que traía el bra blanco satinado que le había regalado hacía poco. Palpó su busto erguido y empezó a juguetear con sus pezones, comenzó besándolos para luego lamerlos brevemente, solo para volver a besarla en los labios, mientras ella se arqueaba nuevamente, ansiosa de sentir mas, mientras mantenía la boca abierta y los ojos aun cerrados.

Pequeños mordiscos en el cuello y hombros, ahora semi desnudos; cayó un tirante del sujetador que nuevamente era presa de los embates de su amante... Ella no oponía resistencia alguna, no podía. Solo se dejaba llevar.

-¡Ya! ¡Quiero sentirte, por favor!- le dijo ella ansiosa, pero él parecía no escucharla. Seguía arañando su espalda mientras bajando su mano, nuevamente empezó a palpar la humedad de su entrepierna, ahora por debajo de las bragas que húmedas le permitían el libre paso hasta su intimidad.
-Veo que te pusiste la ropa que me gusta... Lo estabas deseando, ¿cierto? - le susurró al oído mientras lo recorría con dientes y lengua, haciéndola estremecer de nuevo.
-¡Sí! ¡Te estábamos esperando! Anda, eres malo...- Le respondió con voz entrecortada y sigilosa.
-¿Me extrañaron? Parece que si, ¡dime cuanto!
-¡Mucho, mucho! Tardaste demasiado...
-Yo también las extrañaba. ¿Se nota?- le dijo al oído apartando su cabello que alborotado cubría ahora su rostro.
-Si... Un poco...- dijo jugando entre risas.
-¿Sólo un poco? ¡Ahora verás! Estaba ansioso por volver, moría por hacerte el amor y sentirte, te extrañé demasiado.
-Lo sé, lo sabemos. Anda...- Suplicó ella que esperaba ansiosa para seguirlo sintiendo dentro de ella.
-Mañana compramos otras...
-¡No! Espera...

Pero era demasiado tarde. La tomó por la cintura para darle la vuelta, y su busto desnudo tocó la fría pared mientras él, la sujetaba del cuello y con la otra mano empezaba a introducir sus dedos en lo mas profundo de su entrepierna, cálida y húmeda de placer, que cedía ante sus embates cada vez más rápidos e intensos. Se desabrochó el pantalón que cayó de inmediato y la sujetó por el cuello, mientras con la otra mano abría paso desgarrando las bragas satinadas que húmedas, caían al piso hechas jirones, solo el elástico de una de las piernas estaba íntegro y seguía aferrado, sujetando el resto de la tela satinada ahora incompleta.

-Ok, amor. Eran tus favoritas...- dijo ella resignada mientras de pronto sintió como él se introducía hasta lo mas profundo de su cuerpo, y calladamente se mordía de nuevo los labios, que empezaban a secarse producto de la sed que sentía ahora.
-Si, pero no importa. ¡Solo quiero sentirte!..- Y siguió besándola mientras jugueteaba con sus pezones erguidos.
-Si, si... Ah...-y en repetidas ocasiones sintió como se le nublaba la vista, se mareaba y volvía a recuperarse mientras se avergonzaba un poco de toda la humedad que sentía en su entrepierna.

No sentía dolor alguno mientras él le jalaba el cabello sujetándola para penetrarla cada vez con mayor intensidad, sólo sentía sus cuerpos acalorados, agitados y sudando placer por cada poro, acompasados como en una danza rítmica intensa, fugaz.

Solo se detuvieron para tomar un poco de té frío y repitieron el encuentro hasta quedarse dormidos, rendidos placenteramente abrazados, plenos y relajados después de una ausencia de meses sin haberse visto. FIN

-Eso es todo. Vos, ¿qué piensas?- preguntó él, intrigado...
-Mmmm, nada...- Respondió ella, como si no hubiese escuchado nada durante la última media hora.
-¿Nada, de verdad? Inquirió él, dudando de lo que le decía ella.
- Ok, pues si, nada. Ahora, sólo hazlo...
-....

Y siguieron caminando uno al lado del otro, mientras él guardaba las hojas del manuscrito que le había leído a su amiga, que curiosamente llevaba bragas y sostén blanco satinados bajo la blusa blanca y su falda gris.

Texto agregado el 07-11-2015, y leído por 145 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
07-11-2015 !Que casualidad!.Un relato erotico y con los elementos que provocan l lector para leer hasta el final.Un Abrazo. Gafer
 
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