Érase una vez un muchacho que todavía iba a la escuela, cuando una chica comenzó a formar parte de su grupo de amigos. La chica llevaba todos los días un perro a dar un paseo, las tardes de los veranos y también después del medio día. Cuando él salía a la calle de inmediato advertía su presencia, porque ella tenía el pelo tan rubio que parecía blanco y el perro tan negro con los ojos tan vacíos que parecían blancos y todo aquel blancor él lo percibía antes de haberlo visto si bien ella tenía un vestido oscuro él veía un lugar blanco en medio algrupo de sus amigos y si bien ella era delgada de morir le parecía no un clavo sino una esférica perla que lo atraía hacia su espacio curvo.