estuve buscando algo que cambiase mi manera de pensar, de vivir, de sentir... pero no pude encontrarlo... tan solo estoy yo en este mundo... entiendo que hay personas y animales y plantas y toda una civilización frente a mí... y eso cambia constantemente... por lo tanto he detenido mi andar buscando y he decidido parar, pararlo todo... es decir, parar de laborar, de buscar, etc... no creo que pueda vivir sin comer, porque dejaría de vivir... y eso aun quiero...
busqué un árbol, un espacio en la orilla de la mar, un cuarto tranquilo... encontré una casita en medio de la ciudad... el ruido del gentío no me afecta mucho... veo gente y me hace recordar que soy un ser humano... luego de buscar algo de comer, buscar pagar la renta y vivir, me siento sobre un viejo sofá y me pongo a mirar una de las paredes del cuarto en que vivo... y lo hago por horas y horas... y cuando estoy agotado me echo a dormir... o simplemente me tiro al suelo... y sueño siempre, siempre con la pared... ésta, en mis sueños, me habla de muchas cosas... es mi amiga... me habla de los demonios y dioses... de mis padres y hermanos... de mis novias y mis sueños... de la gente que temo y amo... del pasado, del futuro... es un buen amigo cuando duermo y me hace muy grata su compañía...
por la mañana, me visto y salgo a la calle en busca de algo diferente, como un accidente, un avee muerta, un hombre loco, una mujer ciega, etc... hay veces en que encuentro dichos personajes y sonrío... y cuando llego a mi cuarto, me pongo frente a la pared y le cuento de mis vivencias... luego, mientras duermo, la pared se ríe de mis vivencias...
una tarde en que quise hablar con la pared, ésta me habló sin que durmiera... me dijo que tuviese cuidado con la vecina de al lado porque estaba tramando quitarme el cuarto... me paré y fui a preguntarle al rentadero si era verdad... me dijo que si, que era cierto... me pidió un aumento y acepté... iba a contarle esto a la pared, pero me dijo que debería empezar a leer muchos libros... eso hice... fui a la biblioteca y traté de leer sin parar todos los libros que pudiera... me gustó mucho pues mientras leía, la pared de la biblioteca me observaba y susurraba que era un buen chico... salía de la biblioteca y volvía a mi cuarto... trataba de hablarle a la pared pero noté que mi cuarto empezaba a llenarse de letras por todos lados... como si fueran páginas de un libro... y, empecé a leerlos... me sorprendí mucho pues entendí que el personaje que aparecía era yo mismo... mi vida estaba escrita... quise saber el final de aquel libro y leí que una noche salía a la calle y un hombre vestido de rojo me clavaba un cuchillo en la garganta y sangraba mucho...
me dije que así moriría... volví a la biblioteca y seguí leyendo más y más... volvía a mi cuarto y las paredes seguía tiñéndose de rojo, como sangre... muerte, muerte... sí, mi propia muerte... de pronto, alguien tocó la puerta... me arranqué las ropas y salí a ver quién era... era el hombre de rojo... y tenía un puñal en las manos... entró... le extendí mis brazos... el hombre de rojo cogió el puñal y se cortó delante de mí su garganta... todo mi cuarto se llenó de sangre, casi parecía ser agua de una mar porque empezaba a ahogarme... salí como pude y llegué a la calle... miré mi cuarto desde la calle y vi que el hombre de rojo me llamaba con el puñal en la mano... corrí y corrí hasta llegar al bosque de la ciudad... entré y me perdí por los miles de árboles que parecían ser otro tipo de personajes...