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Inicio / Cuenteros Locales / aicos666 / SOLO DAME UN BESO: CAP 5 ELIZABETH

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Elizabeth era niña que tuvo una vida tranquila desde que un 27 de agosto abrió por primera vez sus hermosos ojos a la vida.
Su padre un contador de profesión y su madre una típica ama de casa, le habían instruido buenos modales y procurado una buena educación. Siempre se le impuso que debía comportarse como toda una damita, que no hay nada más terrible que ser presa de los caprichos modernos de la juventud y que ante todo siempre tener presente que ella al igual que su hermano menor tenían el honor de su familia sobre sus hombros.
La ropa siempre debía estar impecable, no poner sus codos sobre la mesa al comer, nunca decir una mala palabra, no usar maquillaje, un toque de queda a las seis de la tarde y sobre todo nunca faltar a la iglesia todos los domingos. El incumplimiento de estos simples actos era considerado la peor ofensa y la represión por parte de sus padres era muy severa.
A pesar de este ambiente que todo adolescente consideraría una tiranía, para ella eran un refugio y nunca puso en tela de juicio las decisiones de sus padres. Desde los cinco que es la edad de la que vagamente tenia recuerdos hasta los once todo fue normal; pero a la puerta de los doce lo su corazón sintió una forma de latir muy peculiar, por primera vez cupido tocaba a su puerta.
Javier un chico un año mayor que ella, y nieto de uno de los integrantes del grupo religioso al que pertenecían sus padres. Cuando su padre se enteró de los sentimientos de su hija al leer por accidente una nota que ella le dedicaba, este monto en cólera, pero al meditar sobre el prospecto se quedó tranquilo, pues al igual que él los padres del chico hacían todo lo necesario para hacer de él una mejor persona y un ejemplo de los modales que un hombre debía tener en esta época tan necesitada de valores
Era obvio que a Elizabeth el confesarse le resultaría muy difícil y sobre todo porque sus compañeras siempre le dieron la imagen que era el chico el que debía tomar la iniciativa. Por lo cual sus sueños de estar a su lado tuvieron un bajo porcentaje de realizarse. Sin embargo para su buena suerte, los grupos juveniles que se formaban en la colonia y dirigidos por el párroco local fueron el medio perfecto para estar juntos. Primero como un equipo con otros tres integrantes luego como compañeros ayudando en el servicio comunitario y más tarde como exponentes para los más pequeños del grupo. Poco a poco sus sentimientos alcanzaron a Javier y el hecho de pasar buenos momentos pronto orillo al joven a realizar lo que más esperaba Elizabeth
Así un 17 de abril, cuando cursaba el segundo año de secundaria Elizabeth dio el sí a la tan esperada confesión de Javier. Un noviazgo ejemplar y visto con buenos ojos no solo por las familias de ambos sino por los profesores y amigos cercanos a ambos.
Pero como todo tiene un principio, un final también es esperado y en su caso lo fue un año después de iniciar su relación. La familia de Javier se tendría que mudar por cuestiones laborales de su padre y como su retorno era indefinido, ambos tomaron la decisión de terminar no sin antes Elizabeth recibir su primer beso, un beso tan apasionado y puro que le gravo en su corazón el gran afecto que sentía por él.
Durante su tercer año recibió varias propuestas pero rechazo todas, por la ilusión de volver a su primer amor, con el que a pesar de la distancia mantenía contacto, pero unos pocos meses después no recio contestación alguna a sus mensajes, pero su determinación a esperarlo nunca disminuyo y cuando ingreso a la preparatoria fue recompensada con lo que más deseaba.
Como costumbre sus padres la acompañaron a su primer día y mientras estos saludaban al director amigo de ellos de ya hace años, ella exploro un poco las instalaciones después de recorrer un poco los pasillos del primer edificio salió al patio en busca de rostros familiares. Miro a su alrededor en busca de un buen lugar para esperar pero a estas horas todas las bancas estaban ocupadas, solo quedaba un espacio en una banca a la sombra de un gran árbol. Donde estaba sentado un chico que solo se podía definir como simple con la mirada perdida como si en su mente se estuviera llevando acabo la mejor de sus aventuras. Se acercó y lo saludo por cordialidad, el chico contesto de manera automática sin desviar la mirada. Cerca de diez minutos estuvo sentada cuando sintió la repentina mirada de su acompañante, la cual la incomodo pero nunca voltio y se mantuvo quieta y para su fortuna un grupo de compañeros de su vieja escuela aparecieron en escena y salió corriendo
Después de la ceremonia de entrada fue llamada para terminar los trámites de su inscripción y mientras se dirigía a su salón vio a lo lejos a un chico de espaldas que le trajo el recuerdo de Javier
-No, no debe ser el, si estuviera aquí se habría comunicada conmigo-se dijo pero su curiosidad hizo que quisiera confirmar su corazonada
La entrada al salón fue recibida con la mirada de todos, y casi inmediatamente una de sus viejas amigas alegremente grito su nombre y agito su mano en forma de saludo. Al parecer su entrada interrumpió la presentación de un chico que estaba para a lado de su amiga
Una vez tomado asiento, mentalmente suspiro pensando en la persona que se parecía a su tan querido Javier
-¡Me gusta Elizabeth!- fue la frase que junto con las risas de todos la trajo de vuelta y al voltear reconoció al chico de esta mañana. Sin saber porque una sensación de incomodidad le recorrió que sin darse cuenta puso en su rostro una expresión de enfado que nunca se le había visto.
Las primeras horas fueron un infierno por las contantes burlas a causa de este chico que respondía al nombre de Andrés. Tan pronto llego el descanso salió al edificio de los segundos años si Javier estaba de regreso en ese sitio debía estar. Después de no tener suerte en dos salones. Vio la silueta del joven
-¡Javier!- grito la chica
El joven que solo mostraba su perfil se dio la vuelta y para sorpresa de ella la persona que tanto esperaba estaba frente a ella.
Pero a pesar de ser el, este chico no dio muestras de sorpresa y solo se dio la vuelta, y se marchó junto con los otros chicos que lo acompañaban
Sin entender nada Elizabeth se regresó a su salón pues pronto empezarían las clases. Estaba dispuesta a buscarlo después de clases pero sus padres ya la estaban esperando, así que se resignó a buscarlo al día siguiente. Ante la negativa de sus padres de tener noticias del regreso de Javier su inquietud aumento.
Al día siguiente llego muy temprano a la escuela, de las prisas que llevaba casi tropieza con un chico y al darse cuenta que era Andrés decidió pasar de largo. Por un momento se percató que el intento seguirla pero al pasar el primer edificio no hubo rastro de que alguien la siguiera, llego a los salones de segundo pero todos estaban vacíos, ya que este día todos los de este grado llegarían a la escuela dos horas después de lo habitual por una práctica de campo.
Sin obtener resultado alguno Elizabeth se dirigió a su salón al subir las escaleras observa algunos compañeros que no paran de comentar sobre el show que se armó unos minutos antes.
Al entrar al salón se percata que Andrés, está hecho un desastre
-Si sigue haciendo y diciendo cosas como las de ayer tarde o temprano terminara así- se dijo y trato de no pensar en nada por un buen rato


Texto agregado el 05-12-2014, y leído por 57 visitantes. (0 votos)


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