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Yo, Pedro, aún no me he graduado de mi carrera de abogado, me falta una materia. La perdí una vez en mi último semestre, en el décimo; y luego me tocó verla dos veces más, pero perdí un semestre adicional porque el profesor (el único que la dictaba); estuvo afuera del país durante ese lapso de tiempo. Mientras tanto una persona de la iglesia me recomendó un trabajo en las afueras de la ciudad. Me pareció muy molesto tener que hacer un viaje tan largo, pues en la mañana el viaje duraba una hora, y al regresar una hora y media por el trancón. Me tocaba caminar más de tres cuadras para coger el bus, luego tenía que subirme y buscar un asiento.

Por la mañana era más fácil encontrar un asiento; por la noche siempre me tocaba estar de pie. Mientras estaba sentado en mi asiento me molestaba sentir la cercanía de otras personas, me sentía inseguro, me daba miedo que alguien me hiciera daño. Era muy fastidioso tener que estar tanto tiempo encerrado con muchas más personas. Luego del largo recorrido, me bajaba del bus, y algunas veces me pasaba unas cuantas cuadras. Al llegar al lugar me recibían en una casa de familia, allí vivía un hombre de más de 50 años, su mujer de más o menos 35 años, sus cuatro hijos y una mujer que decía ser la madre de la esposa del señor.

El hombre siempre se comportó de manera muy abusiva. Como yo no me había graduado, yo sentía que no merecía un buen sueldo; el tipo de aprovechó de esto y sólo me dio 50,000 pesos colombianos en dos semanas (Debía pagarme por lo menos 300,000 pesos). Ese dinero sólo me alcanzaba para pagar los buses. El sujeto trabajaba en su hogar, no tenía otro lugar para trabajar. Me pidió que hiciera unas consultas en mi Universidad sobre un programa informático y no me dio dinero para recibir ese asesoramiento.

El personaje era muy abusivo; yo llegaba más o menos a las 8: 00 a.m. y me tenía trabajando hasta las 6: 00 p.m. Yo quería irme antes, porque no me gustaba llegar tan tarde a mi lugar de residencia pero él no me dejaba; las dos semanas que estuve allí, siempre me tuvo hasta esa hora trabajando. El hombre cometió todo tipo de abusos conmigo, para empezar porque a mí no me gusta trabajar en una casa de familia con las personas que la conforman. Yo les dije que era ateo y la mujer me dijo que no le importaba lo que yo creía mientras respetara a su familia.

El colmo del abuso fue un día que no me dieron almuerzo; le sirvieron el almuerzo a todos y a mí no me sirvieron. Yo no quise decir nada porque me dio vergüenza decir que se habían olvidado de darme el almuerzo. Algunas veces venían otros colegas y dialogábamos sobre temas biológicos. En una de esas ocasiones vino un caballero con el que habíamos compartido hace varios años en una iglesia, él ostentó que tenía dos carros y a mí me molestó que ostentara eso. Él había sido baterista en la banda principal de una de las iglesias a las que yo asistí. Los hijos del hombre siempre estaban molestando por todo el apartamento gritando y jugando, incomodándonos a nosotros los que intentábamos trabajar.

Cuando salía a la calle a coger el bus de ida y regreso siempre sentía un gran terror, porque pensaba que me iban a robar o a matar en cualquier parte, especialmente cuando tenía que llevar mi computador portátil. En una ocasión el viejo nos llevó a su ayudante y a mí a buscar una dirección, y estuvimos parqueados tres horas en su automóvil sin que él nos dijera qué era lo que buscaba; nosotros estábamos callados y no dijimos nada durante ese lapso. Además de todo esto, el sujeto me ponía a ver videos de su hijo de 12 años entrenando en una piscina de alto rendimiento; esto me fastidiaba mucho, pues a mí no me interesa la vida privada de nadie.

Adicionalmente, me obligó un día a quedarme más allá del tiempo debido para celebrarle el cumpleaños a una de sus hijas; a mí no me gusta que me obliguen a nada, pero me tocó quedarme para eso. Para completar; por las tardes, después del almuerzo, el hombre se iba a dormir y nos ponía a trabajar a su ayudante y a mí. Eso me molestaba mucho, no me parece adecuado que el jefe de uno se vaya a dormir mientras uno está trabajando, lo hizo varias veces. Después de las dos semanas que estuve allí, decidí retirarme sin ni siquiera despedirme. Espero no volver a tener contacto con ninguna de las personas de ese lugar. Mi rabia inicial era sólo contra mi jefe; pero ahora estoy planeando poner una bomba en la entrada de ese hogar para matar a toda esa familia.

Texto agregado el 04-10-2014, y leído por 175 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
04-10-2014 Solo 2(dos) semanas.? foruslegolas
04-10-2014 Lamentablemente en el siglo XXI todavía existe una esclavitud solapada y es debida al dinero, se tienen que soportar cosas que no se soportarían como hizo el personaje de tu texto; la rabia por las injusticias acumuladas crece y no se sabe cuando vaya a explotar, tal vez por eso hay personas que cometen asesinatos sin una razón aparente...Mis 5* estrella_celeste
04-10-2014 Si pasa, todos queremos asesinar a alguien... aunque no seamos adictos a la violencia Klauditaaa
 
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