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Bajo la misma piel parte 18

No sabía que decir. Sus palabras me daban tristeza, lástima, rabia, coraje y odio. Sin querer ya era parte de esa pesadilla. Luego de algunas horas llegó un hombre que nos amarró de las manos y de las manos, los pies y la boca. Nos vendó los ojos. No sabíamos que era lo que estaba pasando pero parecía que nos llevarían a algún lugar. Sentí el sol del día. Nos subieron a un carro. Fue un viaje muy largo nadie hablaba, no nos dieron de comer tú de beber agua. Estábamos en la parte de atrás un carro creo que era un carro. No sé quién fue el que nos sacó de la bodega ni de quien iba manejando el vehículo. Solo sé que nos llevarían a otro lugar.
El automóvil se detuvo en algún lugar muy lejano, frio en medio de la noche. Nos bajaron y del vehículo, nos desataron las manos. Los hombres se fueron. Desaté mis pies y los de Luca estaba realmente muy golpeado. Observé el área era un bosque, lo único que se podía escuchar era el aire y el movimiento de las hojas de los árboles. Luca parecía que estaba dormido pensaba que estaba muerto. Tenía pulso y eso me dio fuerzas para caminar cargándolo en la espalda. Primero pensé en dejarlo en ese lugar y después ir a buscar ayuda pero me imaginé que cómo de costumbre Luca emprendería la huida.
Caminamos un largo tramo y el frio era cada vez más intenso y Luca se colgaba más en mi espalda. Yo le decía que cooperara pero estaba muy débil. Por primera vez vi pelo en su cara tenía una larga barba y el pelo largo. Cambiamos aún más hasta que mi cuerpo ya no podía. Nos quedamos en el bosque y a unos metros de nosotros estaba la carretera. Luca cerró los ojos y yo ya no podía caminar ni gritar. Mis ojos se cerraron.
Despertamos en un hospital ¿Cómo legamos? No sé. Lo que sé es que estaba en una camilla y Luca a un lado de mí en otra camilla. Él se veía más afectado. Una enfermera llegó a checar la maquinas conectadas a mi cuerpo.
-¿Dónde estoy? – pregunté muy débil.
-cálmese. Está en un hospital.
-¿mi esposo? ¿Mi hija? ¿Dónde están?
-cálmese. Su esposo está en la otra camilla. – eso dijo la enfermera y se fue. Luego de unos minutos llegó el doctor.
-¿cómo se siente? – pregunta el doctor.
-¿cómo está mi esposo?
-mal. Tiene un severo desgarro anal y severos golpes en el cuerpo pero se va a recuperar.
-¿mi hija? – pregunté sin darme cuenta de que tenía días de no verla.
-¿su hija?
-si. Mi hija ¿Dónde está?
-lo siento en el lugar donde la encontraron solo estaba usted y otro joven.
-mi esposo. Es mi esposo.
-tranquila. Van a tomar sus datos para saber dónde está su hija. Pero primero se tiene que recuperar su esposo y usted.

Continuara…

Texto agregado el 11-08-2014, y leído por 149 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
19-08-2014 Terrible en verdad.Sabes llevar al lector por todo lo que te sucede y de verdad yo por lo menos lo siento,pareciera que me sucede***** Victoria 6236013
 
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