Finalmente me compré el Iphone 5s de color rosado que tanto ansiaba. Aparte del color, lo quería porque la duración de su batería es superior a la de otros teléfonos inteligentes, su procesador baja y sube archivos de la red con una velocidad asombrosa y su cámara toma fotos y graba videos espectaculares. Al revisar su memoria, me sorprendió encontrar el archivo de un video y un escalofrío recorrió mi espalda cuando vi que en sus apenas dos segundos de duración se distinguía a una chica joven con la ropa desgarrada y a punto de ser violada por un hombre enmascarado con un enorme cuchillo en su mano izquierda. El pavor reflejado en la cara de la pobre mujer hizo que mis manos temblaran. Traté de descargar el video en mi computadora, pero el sistema no me lo permitió. En todo caso, el hecho que haya un archivo en la memoria me indica que el Iphone no es nuevo y mañana lo iré a cambiar.

Tuve una noche mala, ya que apenas pude dormir. A cada rato despertaba sobresaltada ya que sentía que un ente misterioso, una energía negativa, en fin un algo que no se cómo describir, estaba en mi dormitorio. Fui a la tienda de Apple y cuando revisaron la memoria, la encontraron en blanco, como debiera ser en un aparato nuevo. No lo podía creer y el técnico hizo que yo misma lo revisara y efectivamente: la memoria está en blanco. Pedí que de todas maneras me lo cambiaran, pero me dijeron que si quería otro debía esperar dos meses hasta que lo reemplazaran así que llevé de vuelta a casa mi teléfono rosado.

Nuevamente tuve una mala noche. El sudor me corría por el pecho y creo que varias veces me destapé por el calor que sentía. Pero era un calor extraño porque lo sentía dentro de mí. Era como ese ardor que una tiene por dentro cuando se tiene sexo apasionado, pero sin amor. La sensación de ahogo era permanente, como si alguien me apretara la garganta solo lo suficiente para que apenas entre el aire. Lo peor de todo es que la cosa maligna de la noche anterior la sentía en todas partes, dentro y fuera de mí. Le comenté a Laura, mi mejor amiga de esto y me dijo que lo que necesitaba es un revolcón con un macho con las medidas y capacidades adecuadas y quedamos de encontrarnos a las 10 de la noche en el bar de Miguel para pasar un buen rato y ver si ligamos una buena noche de sexo, sin compromisos; como corresponde… Quizás incluso encontremos a Mario y a Jorge, y esta vez sí que nos los llevamos a la cama.

¡Estoy aterrada! Revisé la memoria de mi celular y hay un video de dos segundos donde aparezco desnuda, gimiendo y retorciéndome de dolor, ese dolor interno y externo que tenemos las mujeres cuando somos violadas. Se lo mostraré a Laura esta noche.

Sí señor policía, hablo con ella dos o tres veces al día y ayer quedamos de encontrarnos en el bar de Miguel y ella no apareció. La he llamado todo el día y tampoco responde. Estoy seguro que algo le ha pasado. Solicito que una patrulla me acompañe a ver si está en su departamento. Tiene que ser ahora mismo. Cada minuto que pase puede hacer que las cosas empeoren. No me importa el tiempo que tomen, pero me quedaré parada acá hasta que me asignen una patrulla para ir al departamento de mi amiga.

Mi cuerpo tiembla mientras veo que el policía trata de abrir la cerradura con sus ganzúas. Finalmente lo logra. Su compañero empuja suavemente la puerta con la pistola en la mano. Las persianas están cerradas y todo está en penumbra. Nos dirigimos silenciosamente hacia el dormitorio. Sobre la cama yace el cuerpo desnudo y ensangrentado de Mario. Sus ojos abiertos reflejan todo el horror que hay en el mundo. En su mano derecha sostiene un celular rosado y en la otra están los restos de lo que alguna vez fuera su pene.

En ese momento se abre la puerta del baño y secándose el pelo de manera relajada, aparece completamente desnuda mi amiga. Nos mira sorprendida y solo atina a darnos un alegre buenos días.