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Guisselle

Enero 10

La despertó el rancio olor de la cerrada habitación, no había sonidos cercanos que le indicaran la ubicación del lugar, trató de moverse pero sus acalambrados miembros le hicieron gemir de dolor, estaba atada a un poste de madera y sentía mucha sed. Los recuerdos golpearon como flashes en su cabeza adolorida. Recogían las redes con su padre, le ayudaba ese día porque su socio estaba enfermo, el viejo bote crujía con el vaivén de las olas, amontonaban ordenadamente la fuerte malla, después se embarcarían y la lanzarían en mar abierto. A pesar de los guantes recordaba el dolor en las manos. Debían ser las 7 de la tarde, el ocaso iluminaba majestuoso el horizonte ondulante, a las 8 su madre les serviría la cena.

Un lanchón llegó por proa hasta donde ellos se encontraban y tres hombres bajaron, se acercaron a su padre y sin mediar palabra le golpearon en la cabeza, a ella con rapidez le taparon la boca ahogando su grito de auxilio y la subieron a rastras a la embarcación, cubriéndole la cabeza con un fétido saco. Trató de defenderse pero todo se puso negro.

El ruido en la cerradura le puso en alerta, una mujer mayor de aspecto vulgar, Se acercó a ella y la hizo beber de una botella con agua, mientras le hablaba casi con ternura pidiéndole que estuviera tranquila. El ruido del motor y el movimiento le hizo comprender que estaban en el fondo del lanchón que había visto llegar a la caleta, pensó en su padre y no pudo contener los sollozos, la mujerona le acarició el cabello para que se calmara. Luego la soltó y le puso un plato en las manos de arroz y un trozo de pescado hervido y la dejó orinar en un tarro viejo de pintura.

Enero 15

Después de una larga travesía los motores se detuvieron, el lugar olía cada vez peor, la mujer abrió nuevamente la puerta y luego de taparle la cabeza, la llevó a la cubierta del bote donde había personas esperando. La hicieron avanzar por un grueso tablón que las hacía de puente hasta una embarcación mayor, donde tuvo que bajar por una escalerilla a tientas sujeta por unas manos que parecían tenazas. La dejaron en el piso, le quitaron el saco de la cabeza y salieron sin mediar palabras. Gritó desesperada pero nadie acudió en su ayuda. Después de horas encerrada en ese lugar oscuro y casi sin oxigeno, la sacaron en andas de allí y la llevaron a un camarote de lujo, le quitaron las ataduras y una hermosa mujer de origen chino le señaló una bañera perfumada con sales y espuma y un vestido y zapatos de tacón, luego del baño, ella misma la maquilló y la peinó. Le hablaba al oído todo el tiempo, pero Daniela no entendía sus palabras. Finalmente le puso unos aretes y un collar y le mostró su figura en el espejo. Se quedó pasmada ante la belleza del reflejo, la mujer le seguía susurrando cosas que no entendía, pero por sus gestos entendió que quería que apreciara el trabajo que había hecho. La tomó de un brazo y la guió hasta un salón del inmenso barco, allí un gran grupo de chicas esperaban junto a un hombre, que le habló en español.

- Tu nombre es Gisselle de ahora en adelante

- ¿Pero qué hago aquí?


- No te hagas la estúpida y será mejor que te portes bien, ya murió tu padre no esperes que le hagamos lo mismo a tu madre y a tu pequeño hermano.

Una de las chicas le dijo al oído que la primera vez sería complicado pero que se acostumbraría. El Salón comenzó a llenarse de gente, la mayoría varones, vestidos elegantemente, en la medida que entraban elegían a algunas de las muchachas, una orquesta emitía los sones de una alegre música, camareras entregaban bebida, cigarrillos y drogas, en bandejas de plata. Arriba, hombres armados vigilaban la cubierta

Luego de un rato, el hombre la llevó hasta una especie de tarima y tomando un micrófono, la ofreció a los presentes: “Esta es la bella Gisselle, de 15 años, VIRGEN… el que la quiera esta noche debe purgar por ella”. Intentó correr pero el hombre la abrazó con fuerzas por la cintura y le recordó al oído la vida de su madre y su hermanito menor.

Esa noche se convirtió en Gisselle, una meretriz mas en ese yate de lujo, abusada por el que mejor pagó por ella, una esclava ofrecida al conspicuo postor.

Marzo 20

La noticia corrió por el pueblo, el rapto de Daniela y las heridas que tuvieron a su padre en peligro de muerte por casi un mes, sin embargo antes de caer inconsciente el hombre logró dar toda la información que recordaba a la policía. El Comandante de fuerzas especiales de la policía se contactó inmediatamente con la armada para que le ayudaran a detectar con sus radares el lanchón descrito por el pescador, pero no lograron encontrarlos y ya habían pasado dos meses.

- ¡Maldita sea! – exclamó furioso el Comandante - No puedo dejar que escapen de nuevo, ya son casi 10 muchachas en el último año y estos infelices no dejan ni un rastro…

Había agregado la foto de Daniela al set que poblaba la pizarra de su oficina sintiendo lástimas por esas niñas y sus familias, la mayoría pobres, sin educación ni recursos para invertir en abogados y procesos. Pero él no se detendría, buscaría hasta el final. Había seguido pistas por toda la costa desde Enero, pero no habían vuelto a ver el lanchón desde el último secuestro.

El teléfono lo sacó de sus pensamientos.

- Comandante, la embarcación que busca está en Bahía Corderito, dos hombres han bajado a comprar provisiones, ¿qué hacemos los tomamos detenidos?

- ¡No! les avisaré a la guardia costera la posición exacta para que su radar nos indique donde llevan a las niñas. Esta vez no podemos cometer errores!


- Nos prepararemos entonces y esperaremos su orden señor

- Si sargento, le avisaré, tenga las embarcaciones listas, también pida helicópteros y personal médico.

Marzo 23

Después de dos meses se entregó a su suerte, su cuerpo vejado, su dignidad convertida en guiñapo, quebrada su voluntad, bebía todo lo que le ofrecían para no pensar, para no sentir, para olvidar quien había sido y sobre todo quien era ahora, una prostituta, solo que el pago lo recibían sus captores.

Una noche en que el yate ofrecía otra de sus fiestecitas a sus distinguidos visitantes, Gisselle bailaba con un hombre que la fue arrastrando hasta un rincón, a pesar del tiempo que llevaba en el barco, cada vez que alguna de esas bestias la tocaba, las náuseas la dominaban, el tipo le susurró al oído:

- Tu padre está vivo, hizo la denuncia pero nos costó mucho encontrar este barco
- ¿Mi padre está vivo? ¿Mi madre y mi hermano están bien?, pero ellos dijeron que lo habían matado…

- ¡Calma! tu familia está bien, tu padre aún en el hospital, pero sanará. Soy policía, mis hombres están esperando mi señal para abordar, pero debes guiar a las otras chicas.

- Tengo miedo – dijo Gisselle con un hilo de voz - sus familias también están en peligro, prefieren sacrificarse en esclavitud a ponerles en riesgo.

El Comandante de fuerzas especiales de la policía le acarició el cabello, pensó en sus hijas que tenían casi la misma edad, llevaba meses en busca de estos tratantes de blancas, no quería exponerlas, su deber era salvarlas.

Siguió bailando con ella hasta quedar en un rincón menos iluminado, esperarían hasta cuando el alcohol y las drogas hicieran efecto en los visitantes. Las chicas se esconderían en la bodega, era un lugar pequeño, pero tenía una sola entrada y podrían defenderse.

Marzo 24, 4 AM

Thomas y su mujer Ju-Mei, sacan cuentas de sus jugosas ganancias de los últimos meses, pero requerirán de otra virgen. Sus clientes acuden a ellos para satisfacer sus fantasías, pero les complica el último pedido, la suma que les pagarán supera con creces sus dudas, el ricachón quiere una niña de menos de 10 años. Sus hombres habían salido toda la semana para localizar la adecuada y en unos días la tendrían.

Ríen felices y se besan… gritos y disparos que llegan de las salas de fiesta hacen que Thomas busque su arma, el Comandante y dos uniformados aparecen en la puerta del camarote principal apuntándoles con sus rifles automáticos, les gritan que se tiren al suelo, pero Thomas dispara su pistola y pone a su mujer de escudo, pero el disparo de uno de los policías los hiere a ambos. Abajo, Gisselle ha reunido a las chicas en la bodega y se tapan los oídos, aterrorizadas esperando que termine la refriega y que los vencedores sean quienes vienen a salvarlas.

Agosto 30

Daniela trata cada día de olvidar lo que sucedió, su madre debe acunarla en las noches como cuando era un bebé para que duerma tranquila y aún así despierta gritando. Hace un mes que recién se ha atrevido a salir nuevamente de casa, hoy de la mano de su hermanito, esperan el regreso de su padre en la playa, para llevar las primeras merluzas que serán la cena de esa noche, se pone las manos en el vientre, mientras que el pequeño inocente que la habita, le patea la abultada barriga.

Texto agregado el 11-07-2014, y leído por 249 visitantes. (10 votos)


Lectores Opinan
25-07-2014 Muy bueno!! silvimar
22-07-2014 Excelente. Gran tema. lapizqueescribe
19-07-2014 Carmencita, te felicito, estás a otro nivel!! Un besito. gsap
12-07-2014 La vida misma. Muy bueno. talama
12-07-2014 Excelente narración. Un abrazo. kharey
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