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Cuando compramos esta casa repleta de sueños, sólo podíamos pensar en dos cosas; en la felicidad eterna, y en nuestros hijos corriendo... Ése sería nuestro único sueño, hasta que supuestamente la naturaleza nos otorgase la dicha de nuestro primer hijo, sueño que, como si por una predisposición del señor destino y la madre tierra, no debía cumplirse en nuestras vidas... y no se cumplió. ¿Qué criterio usaron este par de personajes para no otorgarnos tal alegría?... ¿Recuerdas el perro al que llamamos Oshkar? Al que, con el pasar de los años sin la dicha de un primogénito, le dimos aquel lugar en nuestras vidas?

¿Qué importa todo eso ahora, cincuenta años más tarde, cuando la casa de nuestros sueños no tiene más que tu sombra en la cocina, tu perfume en mi cama y un perro viejo y cansado? ¿Acaso a ese supuesto dios del que todos hablan no le bastaba con otras vidas? ¿Por qué me dejaste así? No me conformo con la idea de seguir otra década sin tí, no me es justo seguir pensando cada mañana que detrás de la puerta del baño estarás, como siempre, esperándome con la toalla después de la ducha.

Cuán increíble resulta la forma en que la rutina junto a tí se me hizo una forma de vida, es como si, de pronto, de un mazazo en la cabeza, despertara sin nada... Así de simple, sin nada, nada de lo que viví por casi cincuenta años, cincuenta años de mañanas, de desayunos los días Domingo, de almuerzos con un vaso de vino y de cepillarte el pelo en las noches antes de ir a la cama... Podría describir con lujo de detalles tu forma de dormir, podría recordar como si fuera en este momento el sabor de tus labios...

Sería ilógico decirte que esta carta es para ti, pues jamás podrás leerla, así como jamás podré volver a verte. Sí, deseo creer en este momento en un dios, el que con su eterna promesa de un paraíso, me permita verte sentada como siempre con tu vestido floreado, ése que tanto me gustaba... Pero ya es tarde... yo estoy más viejo, menos crédulo, más triste y amargado, pues lo que tu dios nos hizo, lo que tu dios ME hizo, jamás podré perdonárselo.

Hoy cumplo setenta y un años, y el perro ya casi tiene dieciocho. ¿Sabías que ya no se levanta y que ya casi no come?... ¡¡Qué incoherencias digo...!! La única persona que leerá esto, será el vecino que, después de una semana, notará mi ausencia, y verá lo que he dejado escrito... Ahora me acompaña la chimenea encendida a toda su potencia... Jamás olvido la forma en que eso te molestaba, ni las ridículas discusiones -que por lo general terminaban en risas- que ello causaba. Como siempre, me acompaña Oshkar, con su cabeza apoyada en mis pies, tomando el calor de la chimenea que constantemente lanza llamas como si desease invitarme a bailar... También se encuentra mi inseparable botella de whisky irlandés, por la que eternamente me retabas, dada mi afición por ella... y para culminar, el protagonista y héroe de la última de mis historias, lo que más odiaste por años..; el revólver Colt año 1858 que me dio mi padre para mi graduación... Está cargada con sólo dos balas, una par
a Oshkar y otra para mí... ¿Sabes? ... no deseo seguir soportando una vida sin el perfume de tu cabello, no quiero seguir pensando en lo mucho que te necesito para continuar, ya no quiero saber que cada mañana no podré hacerte el amor... Simplemente, ya no quiero...

Oshkar está demasiado viejo y sería un crimen dejarlo solo, tal vez me acompañe en algún lugar, sea cual sea, y quizás apoye su cabeza con sus grandes orejas en mis pies... entonces, lo miraré a la cara y murmuraré: "pues bien, amigo mío, nuevamente compartiendo una historia más... siendo, esta vez, la respuesta a la duda más grande con la que se ha enfrentado el hombre...". Sé que se limitará a verme con sus eternos ojos lánguidos, como si desde un principio lo hubiera comprendido.

Y así he de terminar esta carta, con sólo cuatro cosas; el eterno amor que te profesé durante casi toda una vida, la dicha de saber que te tuve, el último vaso de whisky en una mano, y el revólver con la bala que lleva mi nombre en la otra...

12 de Diciembre de 1968

Texto agregado el 27-08-2004, y leído por 159 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
09-12-2004 Este ya lo habia leido, me encanto , cuando lo lei me imagine todo. ame a Oshkar DRU
 
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