Hay un momento de la vida (que para algunos es antes, y para otros, después) en que todos llegamos a una etapa donde comienza a suscitar el deseo (casi necesidad) de estar acompañados.
Qué buscamos en esa compañía es lo que al fin de cuentas no tenemos demasiado aceptado. Porqué nos cuesta abrazarla cuando llega? Tal vez, porque creemos tener mucho más claro lo que queremos y lo que no. Entonces, también estamos más cerrados? O es que nos estamos dejando manejar por todos nuestros fantasmas y miedos acumulados?
No podemos juzgar a dos almas que se encuentran. Quizás creemos que tal pareja no es tan felíz, o que en tal otra uno de los dos podría estar pasándolo mucho mejor con alguien más… adecuado(?). Pero al menos son dos personas que se encontraron, se abrazaron, y se aceptaron. Porque aceptarse es la clave, con las genialidades y los defectos. Aceptarse es no escapar a la primer diferencia con lo que imaginamos “idealmente” de ese compañero/a.

Qué representa esa pareja que deseamos? Porqué necesitamos esa imagen de alguien que esté ahí para mi, y yo para él, mucho más que por y para los demás? Es por sentirnosmáss importantes? Porque todos tenemos familiares y amigos que sabemos, estarán ahí para ayudarnos y apoyarnos, y escucharnos y compartir en todo. Pero queremos algomáss… profundo? Si profunda es una amistad que tiene 30 años de existencia… Queremos algo más… sexual. Queremos un compañero en la vida con quien seamos amigos y ademas disfrutemos una intimidad sexual fantástica. Nos cojemos a un amigo? No, casi nunca sirve de nada, that´s the point.

Atarnos, necesitamos atarnos. Necesitamos de la palabra que esté ahí remarcando lo que sabemos que el otro siente (y si, lo sabemos, porque es algo que se siente en el cuerpo, y porque es algo que se demuestra con gestos). Necesitamos que el otro verbalice un sentimiento de la mano con una promesa en el tiempo. Necesitamos “saber” que esto que tenemos “va a durar” (por una cantidad indeterminada de tiempo y espacio). Y saber que cuando el otro no esta con nosotros, igual nos esta queriendo y eligiendo a nosotros. Porqué, como en las amistades, todo esto no se puede crear y soltar al día a día? Porqué no puede tener la relación esa misma eterna libertad que una pura amistad? Acaso no es eso el amor? Acompañar e intentar ayudar a otro en el camino a ser la expresión máxima de su ser? y eso no se logra abriéndolo a ser cada día más libre? “Si amas a alguien, déjalo libre” decían los carteles que pegaban en los almacenes de la esquina cuando éramos, tan solo, niños. Y no, todavía parece que no hemos adquirido tanta libertad. Pero la libertad está ahí, la libertad la hacemos nosotros, aprovechémosla, aceptémosla, usémosla para ser mejores y pasarla mejor. La libertad, eso es lo único que tenemos.