Dependencia; esa palabra compleja que muchos usan sin cuidado ni confianza; sin embargo, este sencillo escritor la usa sin descuido ni desconfianza. Dependo de tu compañía, palabras y de tu dulce tono de voz; dependo de ti.

Extraño tu voz cuando no te oigo; tu sonrisa cuando te imagino. Extraño tu forma de fruncir el ceño cuando te enojas; extraño tu forma de mover tus labios al sonreír. Te extraño a ti. La desesperación invade mi cuerpo golpeado por las indiferencias cuando no estás aquí conmigo como antes lo hacías y me abrazabas de una manera tan tierna que me hacía sentir que volaba por los cielos cual tórtolo libre con su pareja eterna; dependo de ti.

Muchos dirán que es enfermizo; otros, que es tierno; y a otro muchos más, no les interesará. No obstante, para este pasional escritor esto es todo lo que puedo expresar sin restricción alguna; mas que solo palabras que algún día tendrán el valor suficiente como para hablar con besos de mis labios y, así, ojala los tuyos puedan corresponderme con la misma ternura y pasión que tuve, tengo y siempre tendré para ti.