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Inicio / Cuenteros Locales / ariel-drogett / Un día que fui feliz

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“La Felicidad solo es real cuando es compartida”, recordaba la frase mientras caminaba acomodándome los audífonos empapados por la llovizna, caminaba a la casa de mi amigo, el cielo grisáceo me acompañaba en las calles desoladas del La Unión de día domingo, el perro compañero que me seguía en mi camino, al compas del piano en mi oído, la suave ducha de espuma en mi rostro, cierro los ojos al cruzar la calle, un vehículo espera a que pase a pesar de la luz verde a su favor; mientras camino y pienso en lo que extrañaré ese castaño en la plaza, las luchas de amigos, los helados de pistacho y pasas al ron, las guitarras afiladas al canto impetuoso del futuro trovador , miro la vereda y juego a no pisar las líneas como lo hacía hace años atrás, cuando no tenía amigos con quien conversar en una caminata y donde solo el audífono era fiel compañero, me gané en la acera haciendo equilibrio en el borde, poniendo a prueba mi destreza, mientras la llovizna comenzaba a mezclarse con un tibio hervor salado en mi mejilla, pero sonreí al ver dos cachorros jugar en el pasto verde y empapados del rocío de esta llovizna prístina y casi onírica, por suerte comprobé que caía de arriba hacia abajo para quitar especulaciones. Subí una cuesta y vi el horizonte nublado, el frío cálido que me remecía al mirar esos bocetos de nubes pintadas por ángeles infantes, algodones de azúcar amarillo crema, y es que no podía haber cosas malas en ese día milagroso de otoño, donde una hoja caía del castaño haciendo vaivenes como una guitarra arpegiada, una brisa repentina me suspiró y mi bufanda flotante danzó con las hojas del castaño, me acerqué a él y vi a una pequeña niña cerca, ella revisaba curiosamente el tronco del castaño, observaba con la curiosidad desbordante del niño que quiere conocer los misterios del mundo, comenzó a subir la vista, y comenzó a observar fijamente una hoja del castaño, una hoja aún verde, aún joven. Comenzó a saltar por ella la quería alcanzar a toda costa, la niña comenzó a desesperarse, ruborizó su rostro al estirarse lo más que sus pequeños brazos le permitían, y tropezó entonces con parte de la raíz del árbol. La socorrí, comenzó a lloriquear le pregunté dónde estaban sus padres, solo me miró fijamente con sus ojos almendra intenso, luego miró la hoja fijamente, procedí a sacarla, era una hoja impresionante, joven, verde, pero más grande que cualquiera de las hojas viejas, la niña la tomó y sonrió comenzó a correr por la plaza sin destino aparente, comencé a perseguirla un poco preocupado por su porvenir. Intentó cruzar la calle con luz roja y me espanté a pesar de la aparente ausencia de automóviles. La alcancé en la esquina de la calle siguiente, noté que corría en dirección a un individuo de capucha negra y paraguas, estaba parado frente a una tienda de ropa obviamente cerrada en domingo, la niña que iba de un rosado claro corrió hacia él con la hoja verde en su mano, corrí hacía ella, temí por la pequeña. A unos metros del individuo de paraguas, la detuve de la muñeca y al mirarme con lágrimas en sus ojos trató de escapar de mi brazo, entonces se levantó el individuo de su pasiva posición sobre la vitrina del local y se dirigió a hacia mi, cerró el paraguas negro a pesar de la llovizna, acto seguido, se quitó la capucha. Se convirtió entonces en un ángel, uno verdadero, la mujer más bella que jamás había visto en mi vida, tenía los mismos ojos color almendra intenso de la niña, tomó mi brazo y un escalofrío recorrió mi cuerpo, mis vellos se encresparon, me sentí tan sereno, que solté la pequeña muñeca con calma, la niña corrió de inmediato tras ella, el ángel en persona. Sus ojos no salían de mi primer plano, sus labios pronunciaron palabras que simplemente no llegaron a mi cerebro, su sonrisa fue su despedida, giró y caminó ahora tan distinto, su capa era ahora de un tono más gris, la niña llevaba en su mano la hoja verde, me miró sonriendo, despidiéndose, ambas desaparecieron en la esquina siguiente.

Texto agregado el 19-04-2014, y leído por 105 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
21-04-2014 Y que bien has narrado el día que fuiste feliz, me atrapó, saludos***** krisna22z
19-04-2014 Me atrapó tu narración y,aunque quería parar de leer,llegué al final y me gustó.UN ABRAZO. GAFER
19-04-2014 hermosa forma de narrar vaya_vaya_las_palabras
 
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