Bienvenidos a mi reflexión, donde -valga la redundancia- reflexionaré sobre los últimos cuatro años que transcurrido dentro de mi vida. Cabe aclarar que esto no será la gran cosa, dado que solo tengo -asombro- quince años. Advierto que esto lo iré editando con más información; no publicaré cuatro años de mi vida así de golpe y porrazo.

2010. No recuerdo mucho del principio de ese año, pero de seguro que es lo mismo de siempre: vacaciones y tarea de último momento. Siempre me interesó la lectura y la escritura, a pesar de mi continua vagancia, por eso creo que febrero de 2010 es el inicio de mi "carrera" como escritora amateur; me registré en esta página bajo un seudónimo (Shirlie). Publiqué mi primer cuento que resultó ser una tarea escolar con varios horrores de ortografía, crímenes gramáticos, mezclados con narrativa, un poco, carente de sentido. Sin embargo, tenía algunos puntos a favor: tenía once, habían palabras "complejas" y la intención es lo que importa (¿Verdad? ¿No? Que mal...). También había publicado algunas reflexiones en la categoría de poesía (exactamente eso quise decir). Creo que eso fue lo único que hice. No me volcaba en la literatura como ahora y pensaba en cosas más básicas. Pasaba la mayor parte del tiempo en la escuela, pero no hacía nada. No estudiaba y paveaba. Lo único destacable de ese año era el tiempo que pasaba leyendo fanfics (para quién no sepa, son historias basadas en "universos" ya creados; ej: basados en libros, películas, series...). Gran año...

2011 fue el año de mi "último" año de primaria. Comencé a leer libros más seguido. Como muchas personas, empecé con la saga Harry Potter (que me encantóharto bastante). Leí y leí, también escribí un poco para la escuela. Algo interesante fue que descubrí una habilidad propia: dibujar. Siendo una otaku en potencia, aprendí a dibujar ojos y caras estilo animé. Creo que este fue mi peor año escolar. Me iba horrible en la clase de inglés, la cual además era la que más tiempo duraba, sufría de cierto "bullying" (enserio, no era serio) y no me llevaba bien con mis "amigas". Tuve problemas más graves personales con la escuela, y terminé dejando de concurrir en las últimos tres meses. Era una escuela privada (se pagaba matrícula) y creo que por algunas razones, mi familia no pagó la matrícula y me expulsaron. Repetí de año. Lloré. Yo quería ser la única de mis hermanos que había hecho la primaria y secundaria de corrido. Pero luego dejé de hacerlo. Esa escuela ni siquiera me gustaba, es más, la odiaba. Odiaba la escuela y me desagradaban cada persona de allí. Dejé de llorar y cuando mi mamá me preguntó cómo me sentía, le dije: "Y bueno, para qué llorar si eso no lo va a arreglar, además no sirve de nada". Esos cinco meses de vacaciones, me dediqué a dibujar, sufrir el horrible calor de mi ciudad, dormir y usar la computadora.

2012. En serio no fue un buen año. Mi mamá me dijo que tenía problemas con el juego. Empecé en una escuelita de "por ahí" el último año otra vez. Durante las dos primeras semanas, yo volvía feliz de la escuela y le contaba a mamá como me divertía, ella siempre me respondía que le dijera lo mismo a papá. Una noche, ambos se metieron en su cuarto y cerraron la puerta. Se oían ciertos gritos de discusión. La puerta se abrió y papá dejó un bolso con ropa al lado del sillón donde yo estaba sentada; regresó a la habitación, no recuerdo que dijo o hizo, pero volvió al comedor, agarró el bolso y salió de la casa. Un horrible nudo se me hizo en la garganta. No recuerdo que más pasó esa noche. Tal vez uno ó dos días después, mamá habló con mi hermana y conmigo: mis padres se habían separado. Fue un horrible golpe para mí, que había vivido toda mi vida con los dos, pero peor fue para mi hermana, siendo ella mayor y más vulnerable. Todas las noches, yo dormía con mamá. En la escuela me iba bien. Nunca fui una persona muy vulnerable, mi mejor remedio es pensar en las problemas de casa en casa, y los de la escuela, en la escuela. Habrían pasado como cuatro meses desde que había visto a mi papá por última vez. Mi hermana se sentía fatal, por eso mi mamá lo llamó. Vino, estuvo un rato con mi hermana y conmigo. Mi hermana estuvo llorando, yo solo estuve risueña. Cuando fue hora de que se fuera, yo tuve que bajar a abrirle. Se fue y, antes de subir otra vez, lloré en el ascensor. Me sequé la cara y actué normal cuando regresé. Luego de esa visita, papá nos llevaba a comer ó a tomar algo a mi hermana y a mí. Todo estaba bien. En su cumpleaños, "desapareció" cosa que nos desagradó a todos. Luego vino el Día del Padre. Mis abuelos bailaban de felicidad, dado que eran los más amargados en esta situación (están muy apegados a mi mamá y a nosotros, sus nietos), mamá preparó un rico almuerzo, y mi papá vino a casa. Todos estuvimos muy felices, aunque fuera algo un poco superficial.


Esto es todo por hoy.