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Pocos días después, Rain volvió a llamar.
Tal vez será mejor que conversemos le dijo.
¿De qué? preguntó Annie, aunque sabia perfectamente bien qué era lo que quería discutir con ella.
Del futuro de Lyncroft's.
Lyncroft's está muy bien, gracias. Barry Cork tiene todo bajo control. Rescatarán a mi hermano cualquier día de éstos y todo volverá a la normalidad.
Lo lamento, señorita Lyncroft, pero me temo que tendrá que hacerse a la idea de que Daniel tal vez esté muerto.
Yo no lo creo y su novia tampoco. Juntas apuntalaremos Lyncroft's hasta que Daniel vuelva. Annie se aferró al cable del teléfono, luchando por mantener la voz serena. Aprecio su preocupación, pero nada ha cambiado en la empresa. Todo está bajo control.
Entiendo. Se produjo un largo silencio en la línea. Tengo entendido que algunos acreedores de su hermano ya están presionando para que se venda o se fusione.
Tonterías. Rumores, simplemente. Ya les he explicado a todos que las cosas están bien y que esperamos el regreso de Daniel en cualquier momento.
Se produjo otro silencio. Como prefiera. Pero por favor, no dude en llamarme si los demás inversores se ponen difíciles. Tal vez yo podría ayudarla.
Entonces Annie colgó el teléfono sintiéndose más incómoda que nunca. Lyncroft Unlimited había sido siempre una empresa familiar. Ninguna otra persona que no perteneciera a la familia pudo tener acciones en ella, pues la intención de Daniel había sido la de mantener la mayor parte y control de la firma.
En ese momento, sólo había dos miembros de la familia propietarios de acciones: Daniel y Annie. En consecuencia, Annie quedaba como única heredera de su hermano.
Dos semanas atrás, Rain contactó con ella nuevamente. Pero en lugar de hablarle del destino de Lyncroft Unlimited, le pidió sus servicios profesionales. Quería que Annie diera los toques finales en la decoración de su apartamento.
Annie aún no sabia exactamente por qué había aceptado el trabajo. Sin duda, estaba agobiada de trabajo en esos días como para agro el de asesorar personalmente a un cliente.
Sin embargo, hoy era la cuarta visita que hacia al apartamento vigésimo sexto piso del Seattle, un alto edificio céntrico. Hasta el momento, todo se desenvolvía rutinariamente, como en las visitas previas.
No era fácil llegar hasta Oliver Rain. Primero tenia que identificarse ante el portero que estaba en la recepción del edificio. Después, ti que marcar un código especial en el panel electrónico que estaba insta? en el ascensor para poder ascender al piso veintiséis. Una vez que llegaba allí, la recibía un hombre que parecía un robot, llamado Bolt. Se trataba una especie de combinación de mayordomo y chofer. Annie sospechaba que, además, podría ser guardaespaldas.
A su manera, Bolt era tan interesante como su jefe. Aparentemente tenía poco más de cincuenta años. En todas las oportunidades que Annie lo vio, el hombre llevaba un traje oscuro formal y sus ojos celestes jamás habían denotado ni el más mínimo vestigio de emociones. Su finísima cabellera estaba cortada a un escaso centímetro del cuero cabelludo.
Sus movimientos estaban tan mecanizados que Annie creía posiblemente que algunas de sus partes serían de robot. Se lo imaginaba enchufándose por las noches a algún artefacto especial para recargar las baterías. Por otra parte, sospechaba que al tal Bolt no le caía del todo bien.
En aquella primera visita, Bolt la había conducido hasta el estudio esgrimiendo la menor cantidad posible de palabras. Luego apareció el té en una bandeja.
Annie, muy nerviosa, había estado expectante a que Rain sacara el tema de su hermano desaparecido. Sin embargo, el hombre no se dedicó a otra cosa más que a las piezas que faltaban para terminar la decoración del apartamento.
Luego de aquella primera vez, Annie empezó a esperar con ansiedad aquellas citas serenas y apacibles. Durante ese lapso que transcurría en el recluido estudio de Rain, bebiendo su exótico té aromático y hablando de banalidades, como por ejemplo, de elefantes esmaltados y de carruseles dorados, Annie olvidaba todos los temores y los problemas la preocupaban. Y eso era un verdadero alivio porque últimamente esos temores y problemas estaban convirtiéndose en pesadillas.
No había olvidado la advertencia de Daniel respecto de la grosidad de Rain. Pero a medida que iba tratándolo, le resultaba casi imposible ya temerle. Su poder encerraba una extraña invitación a confiar en él. Y durante esas sesiones vespertinas en el estudio, Annie, conscientemente, parecía querer absorber parte de esa confianza.
Obviamente, nos llevará un tiempo hallar la pieza exacta que necesito en este ambiente dijo Rain mientras echaba un último vistazo al elefante . Pero soy un hombre paciente. Tarde o temprano, encontraremos algo.
-Lo dudo dijo Annie. Recorrió con la mirada la austera y elegante habitación . Es evidente que su gusto no coincide con las cosas que yo vendo en mi tienda. Mi filosofía se basa en que cada ambiente necesita un elemento impactante. Un interior hermoso necesita un pintoresco toque de fealdad. Un interior sereno debe tener un objeto que rompa la monotonía. Un interior muy recargado, necesita imperiosamente un elemento de orden.
Rain no sonrió, cosa que fue muy llamativa, pero sus ojos brumosos delataron una expresión divertida. Si bien Annie había pasado muy pocas tardes con él, ya había aprendido a leer las señales que transmitía con la mirada. Se daba cuenta de que no era un hombre frío, pero, por alguna causa, había aprendido a disimular muy bien sus emociones y a demostrar un poderoso control sobre ellas.
No me preocupa que tengamos gustos diferentes con respecto a los elefantes y carruseles dijo Rain suavemente. Guardó silencio mientras bebía su té con aire pensativo.
Los silencios eran comunes en Rain Oliver. Aparentemente, no le molestaban, pero a Annie la ponían histérica. Muy rara vez ella hacía pausas en medio de una conversación.
Bebía su té mientras dudaba respecto de si sería o no el momento apropiado para sacar el tema que queda discutir. Tal vez podría esperar una o dos semanas más, pero no podría posponerlo mucho más que eso. Se estaba quedando sin tiempo. Si no lograba que Rain la respaldara en su loca idea de salvar a Lyncroft Unlimited, tendría que reagruparse y delinear otro plan.
Desgraciadamente, Annie no veía otras posibilidades. Ya estaba al final del camino.
Sintió que el estómago se le hacía un nudo y se puso tensa. Apoyó la taza en el platillo negro y dorado. Señor Rain...
Oliver, por favor. Quiero que pienses en mí como un amigo de la familia.
Oliver. Annie inspiró profundamente. Hace un mes, justo cuando mi hermano desapareció, dijo algo sobre... echarnos, a Joana y a mí, una mano.
¿Debo entender que todavía no hay noticias de tu hermano'
No admitió Annie. El grupo de búsqueda y rescate ha dejado de trabajar tras tres días de intenso rastreo, posteriores a la desaparición del avión de Daniel. No habían podido hallar indicios ni avión ni del cuerpo hasta ese momento. El veredicto oficial fue Daniel se había perdido en el mar.
Y ahora, por fin, te das cuenta de todas las dificultades deberá enfrentar si continúas con esta política de querer manejar Lyncroft Unlimited dijo Oliver con toda serenidad.
Annie miró sus gélidos ojos. Será imposible, ¿no?
Si.
¿Usted lo supo desde un principio, no?
Oliver se encogió de hombros casi imperceptiblemente. -Era inevitable que se suscitaran problemas serios. Tu hermano era la mano fuerte de Lyncroft Unlimited. Todos lo saben. Sin él, los inversores se inquietan.
Annie apretó el apoyabrazos de la silla laqueada negra. Hace dos días, los otros inversores y acreedores me invitaron a una reunión Me dieron un ultimátum: si no presto mi consentimiento para una venta o fusión inmediata, reclamarán el pago de lo que se les adeuda hasta la fecha.
Ya sabía lo de la reunión.
Annie arrugó la nariz. No me sorprende. Hizo una pausa -Pero igual, no fue.
-No.
¿Debo tomarlo como que usted sabía que yo no daría mi consentimiento? Annie contuvo la respiración mientras aguardaba la respuesta.
-No dije eso. Para mí, comprar la parte es lo mejor. Así, la empresa seguiría en vigencia para lanzar al mercado la tecnología inalámbrica de tu hermano. Una vez que eso suceda, todos los socios recuperarán el dinero invertido más una cuantiosa ganancia.
Las nuevas invenciones de Daniel se relacionaban con el área la electrónica que estaba revolucionando todo, desde los sistemas control computarizados de inventarios, hasta los procedimientos médicos. Daniel solía decir a Annie que la oficina del futuro se "inalámbrica". Todos los cables eléctricos que en la actualidad encadenaban los artefactos con las tomas de las paredes o con una fuente energética, desaparecerían.
No puedo vender la firma de Daniel. Annie cerró fuertemente los puños. Trabajó arduamente para ponerla en marcha. Invirtió en ella todo lo que tiene, no sólo su dinero sino su sudor y su genio. El futuro de la electrónica está en este asunto de lo inalámbrico y él será un pionero en este campo. ¿No lo entiende? Yo no puedo deshacerme de la empresa.
Las negras pestañas de Oliver velaron su mirada. No te desharás de ella. Obtendrás muy buen precio por esa firma. Hay muchos interesados que están dispuestos a echar mano en la nueva tecnología que tu hermano estaba desarrollando.
No venderé la empresa de mi hermano repitió Annie . No mientras Joanna y yo creamos en la posibilidad de que aún esté con vida.
Uno de estos días tendrás que ver la situación con más realismo dijo Oliver . Sabes que todo indica que lo más factible es que Daniel haya muerto. Lo sabes tan bien como yo.
Annie levantó el mentón. Yo sabría si mi hermano está muerto.
Claro que sí, maldita sea. Daniel es la única familia que tengo. Mi única familia desde la muerte de mi tía Madeline. Yo lo sabría si realmente él se hubiera ido para siempre de este mundo. Enterró sus dedos en el caprichoso manojo de rizos colorados. Lo sentirla muy dentro de mí.
Seguramente lo sabría. ¿No? Annie sabia que estaba aproximándose al final del camino. Desde que Daniel había desaparecido, no había podido descansar una sola noche como Dios manda. El shock inicial había desaparecido de alguna manera, pero esos temores secretos, que Annie había confinado en lo más profundo de su alma, a veces se escapaban de allí para abrumarla. Y en esos momentos, ella se deprimía terriblemente. Tal vez, su amado hermano estada realmente muerto.
Estaba exhausta. En las últimas semanas, había tenido que tomar demasiadas decisiones, responder demasiadas preguntas y soportar demasiada presión por parte de la gente que había invertido en la empresa. Y ahora que Joanna le había confesado lo del bebé, le quedaban aún muchos más problemas que enfrentar en el futuro.
No soy la única que sabría si Daniel estuviera muerto continuó Annie . Joanna tiene la misma firme convicción que yo. Las dos estamos seguras de que Daniel aún está vivo.
Nadie puede sobrevivir en las aguas de Alaska durante más de treinta o cuarenta minutos le recordó Oliver con toda suavidad . Tú lo sabes.
El detalle que todos parecen olvidar es que mi hermano era un genio certificado. Además, cada vez que volaba, tomaba precauciones que ningún otro en su lugar habla tomado. Por ejemplo, llevaba un traje de supervivencia. Y un bote. Y toda clase de complementos que pueda imaginar.
Ningún traje de supervivencia puede impedir que un hombre se congele indefinidamente.
Hay docenas de islas esparcidas entre ese lugar y Alaska. Cientos. La mayoría parecen apenas puntitos de tierra. Daniel podría haber sobrevivido en alguna de ellas hasta que llegara ayuda para él.
La operación de búsqueda y rescate ha sido realmente intensa dijo Oliver . Yo mismo me aseguré de ello.
Annie abrió los ojos desmesuradamente. ¿De verdad?
Por supuesto. Ya te lo he dicho. Daniel fue más que un empleado de confianza mientras trabajó para mí. Fue un amigo.
Me alegro dijo Annie apesadumbrada . Porque he venido a pedirle ayuda. Tengo la esperanza de que esa amistad que lo unía a mi hermano sirva para que me brinde su apoyo en este plan que he trazado.
Oliver la miró con una expresión de sumisa satisfacción. Era evidente que había estado esperando algo así. Quieres que yo te haga una oferta de compra.
No. Annie se puso de pie abruptamente y caminó hacia las ventanas que iban del piso al techo. Miró el apizarrado cielo y las grisáceas aguas de la bahía Eliott. No. Es lo último que le pedida. Ya le dije que no quiero vender Lyncroft Unlimited. No mientras pueda evitarlo.
Yo estada dispuesto a volver a vendérsela a Daniel en caso de que reapareciera.
Annie lo miró por encima del hombro. Es muy generoso de su parte, pero no creo que sea tan buena idea.
¿Por qué no?
Annie apretó los dientes. Porque sé, de muy buena fuente, que usted es un hombre peligroso, Oliver Rain.
El no pareció desconcertado por la noticia. ¿Es cierto? ¿Quién
-Daniel
-Tu hermano siempre ha sido muy inteligente.
Cierto. Un genio. Mire, ambos sabemos que si yo le vendiera la empresa perderla el control sobre ella. Usted podría hacer lo que se le antojara con la firma. Hasta podría negarse a vendérsela nuevamente a mi hermano. Y si lo hiciera, le pondría un precio tan alto que él no podría comprarla.
Podríamos arreglar los términos del acuerdo antes que firmes nada.
Simplemente, no quiero deshacerme de la empresa. Ni siquiera sabiendo que se la queda usted. El riesgo es demasiado grande. No se ofenda, pero francamente, creo que alguien tendría que estar más loco que una cabra para vender los derechos sobre las invenciones del genio de mi hermano.
Aplaudo tu lealtad y determinación. Pero entre tanto, estás soportando la presión de los acreedores de tu hermano. Pueden obligarte a vender o a fusionarte, Annie.
Lo sé. Cerró los ojos brevemente y luego se volvió para mirarlo. Ya han empezado a llamarme a diario. Después de esa reunión de hace dos días me he dado cuenta de que estamos en serios problemas.
Fue sólo una cuestión de tiempo. Tienen miedo, Annie. Seguramente, entenderás su postura. Lyncroft Unlimited es una empresa unipersonal en todo sentido y ese hombre ha desaparecido.
Tengo que ganar algo de tiempo. Todo lo que necesito es un poco de tiempo.
¿Cuánto?
Ese es el punto justamente. No tengo idea cuánto. Unos pocos días o semanas. ¿Quién sabe cuánto se puede tardar en encontrar a Daniel?
Oliver bebió un largo sorbo de té y luego apoyó la taza en el platillo. Annie siguió sus movimientos con la mirada. La delicada porcelana parecía muy frágil en esas manos tan fuertes.
Aunque yo te diera todo ese tiempo que necesitas, no podrías tener calmados a los demás durante todo ese tiempo dijo Oliver.
No por mis propios medios. Pero sí se tranquilizarían si pensaran que la empresa, otra vez, está en buenas manos. Todos saben que no entiendo un rábano de electrónica y que Joanna está en las mismas condiciones. Y tampoco tenemos ni la menor idea de cómo manejar tamaña empresa.
No coincidió Rain . Claro que no.
Annie avanzó un paso, ansiosa. Pero si un ejecutivo caracterizado por su excelente reputación en el campo de los negocios se pusiera a la cabeza de Lyncroft, creo que los inversores se quedarían tranquilos para siempre.
Oliver ni se movió, pero se leía cierto aire de frialdad en él e esos momentos. ¿Estás pensando en contratar a alguien para que maneje la empresa por ti?
Algo por el estilo.
Supongo que es una posibilidad. ¿Has pensado en alguien ya?
Hice que Barry Cork investigara discretamente admití Annie . El problema es que todos a quienes consultó dijeron que no aceptarían el puesto a menos que se les garantizara una parte sustanciosa y permanente del capital como forma de pago.
Dada la situación, es una exigencia razonable. Pero tú no quiere deshacerte ni de la más mínima parte de la empresa, ¿verdad?
No me atrevo. Probablemente, Daniel no estaría en condicione de recuperarla cuando regresara. Dentro de cinco años, Lyncroft Unlimited se convertirá en la empresa líder en electrónica del país Todos los que están relacionados con la industria son conscientes de su potencial.
Si ahora tú te asocias con alguien, Daniel lo tendría que soporta cuando volviera. ¿A eso le temes?
Exactamente. Los socios suelen ser un problema grave. Daniel me dijo una vez que él no quería ningún socio.
Debes entender que, en este momento, sólo tienes dos opciones. Aceptar la venta o fusión de la empresa de Daniel o asociarte con alguien que la administre por ti.
No puedo arriesgarme dijo Annie . Es probable que Daniel jamás vuelva a recuperar el control completo de su empresa.
Oliver tomó la tetera. Estoy seguro de que puedo ayudar en algo. Annie.
Ella se sintió muy aliviada. Eso es lo que esperaba escuchar.
Oliver la miró de reojo especulativamente. ¿De verdad?
Sí. Tal como yo lo veo, usted también tiene mucho que perder o ganar en eso. Después de todo, le conviene que la empresa de mi hermano sobreviva y lleve sus productos al mercado, ¿no?
Oliver la miró por encima del borde de su taza. Es cierto que mis ganancias serán jugosas una vez que estos productos hagan estragos en el mercado.
Bueno, se me ha ocurrido una alternativa que puede ofrecernos lo que ambos queremos.
¿Sí? Si bien pareció escéptico, la intriga que lo carcomía era evidente.
Sí. La empresa de Daniel quedará protegida y también su inversión. Annie volvió rápidamente a su silla y se sentó. Ahora que por fin había llegado él momento de explicar su proyecto no estaba tan nerviosa. Se inclinó hacia adelante y cruzó ambos brazos sobre la abrillantada superficie del escritorio.
Soy todo oídos, Annie.
Es un poquito difícil de explicar dijo ella . Pero si usted está dispuesto a escuchar, creo que estará de acuerdo en que puede funcionar. Tenga presente que esto no será para siempre, sino provisional, hasta que vuelva a aparecer mi hermano.
Oliver estaba a punto de servirse una taza de té y se detuvo. Esto se pone cada vez más interesante. Escuchemos tu plan.
Bien, como usted ya sabe, Lyncroft Unlimited es una empresa familiar. Mi hermano y yo controlamos todo el capital. Cuando Joanna se case con Daniel, también ella recibirá una parte de las acciones, pero no hasta ese momento.
Entiendo. Pero como ella todavía no se casó con tu hermano y como lo más probable también es que Daniel esté muerto, la que controla todo el capital eres tú. Por el momento, eres el único miembro de la familia que maneja Lyncroft Unlimited.
Cierto. Annie reunió todo su coraje para arrojarse de cabeza a la piscina. Pero si yo me casara, mi esposo también seria miembro de la familia. Yo le conferida una parte de la empresa.
El té se derramó sobre la negra superficie del escritorio. Abruptamente, Oliver apoyó la tetera. Durante un instante se quedó mirando, atónito, el charco de té, como si no hubiera podido creer que sus manos lo hubieran traicionado. Cuando volvió a levantar la vista, sus ojos parecieron de hielo. No sabia que estuvieras a punto de casarte.
Annie descartó el comentario. No. No exactamente. Quiero decir, señor Rain, o sea... Oliver... ¿Ha... has oído hablar alguna vez de un matrimonio por conveniencia?

Texto agregado el 03-04-2014, y leído por 100 visitantes. (1 voto)


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