Donde terminan las olas
Comienzan las huellas de tu amor.
Una mañana silente y luminosa
Te vi venir hacia mí
Sonriente y esplendorosa
Como un sol,
Como una fiesta.
Toda quedó atrás:
La soledad y la tristeza
De alguien que construyo
Un mundo en sus escritos,
De alguien que se refugio
En los libros y en el pensamiento.
Abrí los brazos y te sonreí también,
La felicidad es efímera
Y tan poco frecuente
Que bien vale la pena
Arriesgarse.
Me zambullí sin dudar
En tu pasión juvenil,
Sabiendo de antemano
Lo frágil y breve que es el amor
Pero al menos tendría
La certeza de que amé con todas mis fuerzas
A alguien que paso
Por instantes en mi vida
Ya habrá bastante tiempo
Para el recuerdo
Y para el dolor del recuerdo,
Pero ahora
Solo yo
Y tu carne joven y trémula
Sobre la arena fina
Haciendo el amor.