Llega la noche
Al vidrio de mis ventanas
Mi cara se hunde en la niebla
Y mis sueños sólo se cumplen sobre la almohada

Una rutina, un sin vivir
Una casa vacía
Un puñado de folios rotos
Albergan historias e ideas que un día escribí

Lo hice sin imaginar
La corta edad con la que lo descubriría
La inocencia, la dulzura,
Se fueron con una expresión tan fría...
Tanto como la mía

Y en el calor de las mantas
Me refugio sin entenderlo
Sin faros, sin guías
Tan solo acompañada por el ruido del viento

Y desde fuera, en la ventana
Se agolpan los copos de nieve
Como niños ante las tartas
De madres que aman y quieren

De sueños perdidos
Buscadora al alcance
De nada, de todo,
De todos y de nadie

Pero el invierno sucede
Y la primavera por fin llega;
Me verás recogiendo los trozos
De lo que de mi cuerpo aún queda.