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La Tumba

El último examen confirmó lo que ya en otras dos clínicas privadas le dijeron hacía un par de meses, el tumor en su cerebro era irremisible, no se podía extirpar por que el resultado sería aún peor. La solución que le ofrecían eran drogas, quimios, radioterapias, es decir matar las pocas neuronas que aún le quedaban y no le interesaba vivir así, quería algo de dignidad. Estaba muriendo, así que haría lo que había pospuesto hasta ahora, en diez meses se puede vivir una vida entera pensó con algo de tristeza.

Estaba casi por terminar su libro sin embargo de todo lo escrito en él, nada lo había visto por sí mismo, todo lo había investigado en la biblioteca, en la universidad donde trabajaba, en videos de arqueólogos reconocidos, pero trabajo de campo el ya hace mucho que no había hecho, desde ese extraño accidente que lo había dejado afirmado de un par de muletas. Para Heriberto fue un cambio brutal, sin embargo, no se dejó morir esa vez y tampoco lo haría ahora, en diez meses había mucho que hacer, volvería a la excavación donde casi había muerto hace unos años.

Vendió todas sus cosas, sus libros, su casa, el auto especial que usaba para lisiados, su casa en la playa, solo dejó la pequeña parcela que le habían heredado sus padres y un pequeño departamento que había recibido como indemnización después del accidente, hizo testamento rápidamente y se los legó a su único sobrino, Antonio, hijo de su hermana Amanda.

Citó a Antonio cinco días después y le informó de sus planes y de las decisiones tomadas, su sobrino lo miraba entre sorprendido y feliz, ir a Egipto al Valle de los Reyes era el sueño de todo buen excavador de tumbas, como ellos mismos se llamaban, claro que Heriberto no mencionó el tumor que crecía a grandes pasos dentro de su cerebro y tampoco aquella extraña frase escrita en Arameo y que le había provocado caer dejándole casi muerto, esa tumba no era de un Rey, después lo había descubierto, estaba oculta por que quien había sido depositado allí, así lo había querido, la frase estaba en un idioma que no correspondía a los faraones egipcios y tampoco a nadie que perteneciera a la nobleza de esa cultura milenaria.

La tumba habitual consiste en un corredor largo e inclinado, descendiendo a través de una o más salas hasta la cámara funeraria. La mayoría de las tumbas reales están decoradas con imágenes y textos religiosos. Las primeras tumbas con escenas del Amduat (el mundo de los muertos), y describe el viaje del dios sol a través de las doce horas de la noche. Desde Horemheb, las tumbas se decoraron con pasajes del Libro de las Puertas, que muestra el dios sol en su paso por las doce puertas (horas) que dividen a la noche, y garantizan al propietario de la tumba un paso seguro al más allá. El cielo raso de las cámaras funerarias desde el entierro de Seti I en adelante, fueron decorados con el Libro de los Cielos, que de nuevo describe el viaje del sol a través de las doce horas de la noche.

Sin embargo la tumba que a él le interesaba era distinta a todas, Heriberto estaba seguro ahora, esta tumba no pertenecía allí, habían ocultado algo de forma tan visible que hasta ahora nadie lo había encontrado, pues parecía una tumba corriente, humilde, desde afuera inadvertida casi, insignificante a los ojos de muchos investigadores, pero él la había encontrado y contenía sobre la lápida aquella inscripción que al pronunciarla era una maldición para el que la leía.

La universidad le proporcionó todo, permisos con el gobierno local, vehículos de terreno, una casa móvil y dinero suficiente para limar los aspectos que estaban oscuros en la investigación que llevaba a cabo. El más feliz era su sobrino Antonio, estudiante de último año de Arqueología.

Viajaron el 4 de noviembre a las 4 de la tarde en punto. El avión voló suavemente sobre la imponente cordillera, sin ninguna turbulencia que diera atisbo de tormentas o vientos tan normales en un viaje así de largo, cruzaron el mar para encontrarse después de más de 25 horas de viaje con el reflejo del sol imponiéndose al atardecer de África.

Esa misma tarde se instalaron en la casa móvil dispusieron las antenas y equipos y se fueron a la moderna ciudad de Luxor, un museo al aire libre fundada sobre la antigua Tebas, para presentar sus permisos con las autoridades y por la noche ya estarían en la antigua necrópolis.

Tres meses después, Amanda recibió la noticia: su hermano Heriberto había sido asesinado y su hijo Antonio estaba internado en el Luxor International Hospital Egypt , con graves heridas de cuchillo en su cuello, se había liberado de la muerte pero seguía inconsciente y con riesgo vital.

Al llegar a Luxor las novedades no eran muy alentadoras, debían tramitar la repatriación del cadáver de su hermano, la salud de su hijo no prosperaba y tampoco despertaba de su inconsciencia. El Prefecto de Investigaciones de la ciudad les citó para informarles de la situación, la muerte de Heriberto se había convertido en un verdadero dolor de cabeza para la policía egipcia, lo que en un principio parecía un simple robo, ya no lo era tanto, los vehículos y sus pertenencias no habían sido tocados. Antonio y su tío habían sido sacados del remolque y asesinados con un tipo de daga que no había sido encontrada. Así que les pidió a Amanda y José Antonio que fueran al lugar del crimen para chequear si algo se les había pasado por alto en el inventario.

Amanda no se dio cuenta de inmediato, fue cuando regresaban desde la excavación en el automóvil policial, - ¡el mapa! gritó alterada, el prefecto detuvo el auto para darse vuelta a mirarla y entender de qué hablaba.

- El mapa de las tumbas que le regalé para poner en la pared del tráiler, mi hermano se emocionó cuando lo vio, lo lleno de comentarios y escribió una frase en un lenguaje que me dijo que era arameo sobre un lugar de la esquina norte que no estaba marcado en el mapa, pero que él dibujó a lápiz, me comentó que ese era el objetivo de su viaje.

- Pues llévenos a esa tumba señora, quizás encontremos la pista que necesitamos

Al llegar al lugar, una mujer de aspecto joven vestida con un nijab que la cubría por completo, dejando solo ver sus ojos, estaba en el lugar, al advertir la presencia de Amanda su esposo y los autos policiales, corrió alejándose a una velocidad que no parecía posible, se fueron los tres en pos de ella, mientras que otros dos policías del vehículo de escolta trataron de cercarle el paso también por entre las ruinas, la mujer sacó una extraña daga desde entre sus vestiduras y al verse rodeada por los policías se enterró el arma en el estómago.
Mientras que en la tumba sin nombre una explosión la tapió por completo.

Una semana más tarde Antonio despertó para alegría de sus padres, quienes deseaban llevárselo lo antes posible de vuelta a casa, cada minuto en ese país les hacía sentir la tremenda pérdida de Heriberto. Antonio no recordaba gran cosa, pues en la oscuridad de la noche, les habían obligado a salir a la intemperie y los habían herido de muerte sin mediar palabra alguna.

Las pericias definieron que la extraña daga era el arma homicida, la mujer era de origen libanés miembro de un movimiento de resistencia chiita, la tumba aquella, era la entrada a un largo túnel que se adentraba en el desierto desembocando en una antigua y amplia cámara que ocultaba un lugar de entrenamiento y arsenal. La mujer murió antes que pudiera decir quién mas estaba involucrado en el asesinato.

El lugar había permanecido por siglos oculto, había sido usado con el fin de entrenamiento por muchos y distinto grupos en la historia, se lo habían ido heredando por generaciones, predispuesto para no ser encontrado. Habían marcado la lápida de la entrada con una maldición para alejar con ella a los supersticiosos y a los que pudieran hallarla y llenaron la entrada de trampas para aquellos más osados que no hicieran caso o no entendieran las palabras, así había pasado años atrás cuando Heriberto descubrió por casualidad la entrada. La muerte había venido por él tres veces, pero esta vez no había podido esquivarla.

Texto agregado el 22-11-2013, y leído por 283 visitantes. (15 votos)


Lectores Opinan
09-12-2013 UNA BRUTAL HISTORIA ESCRITA CON Y DESDE LAS VISERAS, NO DEJAS NADA PARA DESPUÉS ,CONMUEVEN TUS PALABRAS QUE PONEN MISTERIO AL FINAL A DONDE LA MUERTE SE HACE DE CUERPO PRESENTE UN ABRAZO ME ENCANTO Y ME ENTRETUVO TU BELLO RELATO rolandofa
06-12-2013 Muy buena historia, debes tener conocimiento sobre lo que hablas aquí. rotonda
04-12-2013 Wuao.. Qué historia, miga. Bien narrada y con todo el poder para captar la atención. Simplemente, MAGISTRAL. Un abrazo, querida Carmen. SOFIAMA
04-12-2013 "La tercera es la vencida" Talvez era la maldición. Buen escrito! za-lac-fay33
03-12-2013 Entrenidísima historia. ¨Pensé que Heriberto había encontrado el Santo Grial o la tumba de Jesucristo. Igual me gustó la trama, pero me dio pena que Heriberto se muriera tan pronto. Un abrazo a la distancia... guidos
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