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"Hacer algo claro y sin presbicia"
Cuando llegue a la casa de Mariano ya era 24 de Diciembre, entre por la puerta de la cocina para dejar las cosas en la heladera. Escuche a Mariano hablando, salí de la cocina y él estaba con una botella de tequila en la mano izquierda, tambaleándose de un lado para el otro contándoles a sus compañeros lo que le había pasado en el negocio hace unos minutos nada más, en la mano derecha sostenía el papel en el que había anotado el número de la chica y lo pasaba por la ronda mostrándoselo a todos.
Del resto de la noche mucho no me acuerdo, pero desperté en la ducha del baño y Mariano estaba con una chica en su cama, y no me quiero imaginar lo que habrá pasado. De un momento para el otro se me vino a la mente la cara de esa hermosa chica del negocio.
Volví al negocio por la tarde esperando a que ella aparezca otra vez. Hubo un monto de clientes ese día, y mi primo atendía conmigo. Como a las 8:30 no apareció ni un cliente más, asique salí afuera a fumar un cigarrillo. No pasaba ningún auto por la calle ni había nadie deambulando y no se escuchaba ni el ladrido de un perro. De la casa de enfrente salió la chica que tanto quería que se apareciera ese día, si no le quite los ojos de encima cuando cruzo la calle, menos cuando paso al lado mío para entrar al negocio. Me quede afuera y deje que mi primo la atendiera.
Quería hablarle, asique mientras ella estaba adentro yo pensaba en que decirle. Salió del negocio con tres gaseosas, mi primo no le dio ninguna bolsa y las iba abrazando para que no se les cayeran, quise aprovechar para hablarle un poco y le ofrecí mi ayuda.
-¿Queres que te ayude?, Se me hace que se te van a caer…
-Bueno dale, porque el que atiende tu negocio no me dio ni una bolsa
-…
-Ayer vine también y estabas atendiendo vos, pero no compre nada porque me olvide mi billetera. Un chico me pidió mi número ayer, estaba acá en tu negocio, ¿lo conoces?
-Si lo conozco, es un amigo de acá del barrio, y me contó que te pidió tu número…
-Pero no me pregunto ni mi nombre y ni se presentó, ni siquiera hablamos, igual le di el número de mi mamá, porque el mío no me anime a dárselo.
-Sí, igual, se fue contento con el número de tu mamá…
Me dio la sensación de que me sonrojé, asique antes de ella entre a su casa le pregunte su nombre. No sabía cómo hacer la pregunta, menos quería trabarme.
-¿Cómo es tu nombre?...
-Me dicen Mar, por María
-Soy Adrián…te dejo porque tengo que volver a atender el negocio…
-Bueno, gracias por ayudarme.
Nos despedimos los dos con una leve sonrisa y un “chau”, sentí que mi sonrisa casi alcanzaba mis orejas. Volví al negocio con la sonrisa puesta y con la suya en mi cabeza. Nada me gustó tanto como verla de ese modo y hablarle tan bien, a Mariano igual le gustaba, y tuve mis dudas en seguir hablándole. Pero había que hacer lo correcto para darle a esta historia un buen final.
En realidad no tenía con quien pasar navidad, a mis papas les dieron una semana de vacaciones y se fueron de viaje, mis tíos tenían planeado irse a festejar a la ciudad Trelew y yo esa vez me quede solo en Rawson. Era la primera vez que pasaba la navidad solo; igual tenia ventajas, mis papas se fueron con sus amigos y me dejaron el auto, mis tíos se habían ido temprano a Trelew y me dejaron el negocio, para que al otro día también atienda ya que eran días de semana. Dentro de todo la iba a pasar bien, invite a unos amigos a que fueran a mi casa después del brindis. Como siempre, saque lo que pude del negocio y lo lleve para mi casa, le dije a Mariano y Alicia, mi mejor amiga, que inviten más amigos.
Tuve la idea de invitar a Mar, pero no sabía cómo decirle, asique espere afuera del negocio a algún cliente y de paso prendí un cigarrillo mientras disimuladamente observe la casa de enfrente. Cuando termine mi cigarro ella salió de la casa y se dirigió al negocio asique entre atrás de ella, y la atendí yo mismo.
-Hola Adrián, me podes dar un atado de cigarros…
-Sí, ahora te doy.
-¿Qué haces hoy a la noche?
(Otra oportunidad inoportuna)
-Me junto con unos amigos en mi casa, después del brindis. ¿No queres venir?
-Bueno dale, ¿Puedo ir con unos amigos? Teníamos planeado salir a bailar. Te iba a preguntar si no salías.
-No, hoy no. Pero si, lleva a quien quieras.
-Bueno, ¿Y dónde vivís?
-Te paso a buscar por tu casa, acá enfrente.
-Dale te espero. Es la casa de mi hermana la de enfrente, estoy viviendo acá por un tiempo.
-Bueno, nos vemos a la noche entonces… ¿Me das tu número?, así te aviso cuando este afuera.
Me fue fácil hasta sacarle el número, y me pidió el mío asique se lo di. Pero tenía duda de que me allá dado otro número que no sea de ella. Se fue, nos despedimos y llegaron un par de clientes más; después de atenderlos cerré el negocio y fui a mi casa a ordenar y preparar todo.
Cuando llegue a mi casa acomode todo como para que entrara gente. Después cocine algo para comer, pero ya era tarde asique mientras los fuegos artificiales sonaban, yo comía en el pórtico de mi casa mirándolos. Puede que suene medio triste cuando cuento esto, comer solo en navidad. Pero la verdad, tenía ganas de una navidad lejos de mis papas, y ellos me parecen que pensaron lo mismo ese año.
La cuestión es que cuando se hace algo claro y no con timidez o miedo, capaz que una oportunidad se presente enfrente de vos y por más pequeña, difícil a la vista o confusa que sea, no se deja…

Texto agregado el 20-11-2013, y leído por 150 visitantes. (0 votos)


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