por la mañana el locutor
en su programa de chismes de la mañana
un té y a esperar
el teléfono suena y te enfadas
contestas bien y te sientes como un chiquillo
en la habitación hay mucho ruido
y no hay aire acondicionado
pero tienes un radio con audífonos
y puedes escuchar el piano
el programa obsceno de la tarde
y después está la salida
y la casa y la comida
y la tele
y la cama acogedora
con sus sueños y sus terrores de la muerte
entonces dejas de estar aquí
dejas de pensar
dejas de sentir
te transportas
te vacías
te recargas
te alejas
vuelas por un aire que no es aire
alucinas
y te presiguen tus temores
pero ahora delirantes
y despiertas congestionado
sin poder respirar
aliviado y confundido
la vida empuja y sigue y sigue
y no tenemos opción otra que
dejarnos llevar
por la violenta corriente
que nos arrastra y nos ahoga
y nos lleva también
con esperanza
a alguna parte
donde volveremos a ser
y no tenemos alternativa
excepto la que tomamos
y va construyendo nuestro destino