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Inicio / Cuenteros Locales / Deilost / Coleccion 7ª: Perennidad

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Dime algo. Lo que sea. Quiero ver como se sellan tus labios. Como arde tu recuerdo en la hoguera. Quero sentir el calor de las llamas. El dolor de tus palabras. El amor de tu mirada. Y en el silencio que acompaña a las cenizas encontrar la razón de la vida. La razón de este continuado devenir, de este pujar sin sentido ni color que llamamos existencia. Mi corazón se aferra a las llamas. Mi mente recorre la oscuridad. Pero que perenne agarre. Pero que desolado paisaje.



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Yo soy el silencio.



Y el silencio calla.



La vida amamanta.



Pero el silencio, vacío, siempre vacío, insaciable pide más.



Y la vida le da más.



Y el silencio chupa, lame, saborea, traga, vomita y escupe cada pequeña, mínima gota de leche celestial.



Y la vida, sin sustento, se seca de tanto dar.



La vida muere, pútrida.





Y el silencio se queda solo, llorando por algo que lo amamante, que le quite el vacío de entre los labios.





Yo soy el silencio.





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“Y vuelvo a una noche estrellada.

Y tu diciendo: Enamorémonos..."







Saltas. Gritas. Todo tu cuerpo, en desazón, se mueve, gira. Baila. Bailas. Y yo te observo. Te miro desde un rincón. Callado y pensativo, si es que aquello puede existir. Tu estas en el centro de todo, de la habitación y el universo, y no te importa. ¿Cómo diablos es que no te importa? Tu misterio me estremece, mientras los haces de luz recorren tus formas como manos lujuriosas. La música, apática y llena de estrepito, sacude mis oídos y te da sentido. Y entonces el sol se sale de orbita y avanza abrasador. ¿Hacia dónde? Hacia mí. Una mano, blanca y brillante, ahora roja, luego azul, verde, amarillo y vuelve al rojo, se extiende en mi dirección. Una invitación, celestial, a hacer el ridículo juntos.





¿Qué me cuesta morir en tus brazos y nacer en el sol, caer de nuevo en la oscura trampa de la luz y el calor y llevarte a mis estrellas? Nada, realmente. Nada y un pedazo de mi alma, tan supuestamente eterna.





"Y, si no vas a volver, dímelo.

Yo sé que nadie se ha muerto de amor, yo podría ser el primero hoy.

Y mañana despiertes, sola, en paz.

Aquí con mi hombro voy a estar.

Déjame robarme tu dolor.





Déjame robarme tu dolor..."



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There's a side of me, few have seen. A little beast, caged. Do you wanna know? Do you wanna see?



That little place where my bloodlust is right, even so: primordial, essential. I know, I know. This is just blabbery for you, my dear. What horrible secrets, what forbidden desires could that petty little carcass of a soul hold?





My girl, my girl, you're so wise and yet so naive. Back down, there was a time when I was feared. A time where I used to eat souls, harvest minds and destroy worlds. However, little cutesy maiden of mine, that time passed a long ago. Now my chest is weak and my arms fragile. My mind isn't what it used to be. Yet there is still rage. Yet I still uphold the End. If I wanted... If I wanted I could bring Armageddon upon those simpleton peasants. Just a clip of the fingers, a bow of the head, a little chuckle and voila! Gone. However those times passed and died within their own flames. Now I'm just this boring excuse of a man, alone in the night of the years, you, girl of white skin, my moon. Indeed those were better times. Dead times.....





Mind a stroll down the river, little girl?







" Sure, gramps!"





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La bestia agarro el pescuezo del hombre y lo destrozo en dos sacudidas fuertes. La bella beso la piel y le deseo una feliz condena. La ciudad ardió y la bestia sació su sed de sangre en la hoguera, sobre una pila de cuerpos destrozados y rotos, rezumando bilis y sangre. La bella beso sus labios empapados en sangre y luego contemplo el hermoso espectáculo de la gigantesca pira funeraria, ciudad, tumba comunal. Luego monto a la bestia y esta corrió entre las calles rotas y los edificios caídos y salió por las puertas ardientes de la ciudad, hacia campos abiertos y bosques oscuros, bajo la luz de la luna.







Y ahora no me pueden decir que no hay amor perfecto, ¿eh?









Te amo, mi Bella Bestia.

Texto agregado el 21-10-2013, y leído por 94 visitantes. (1 voto)


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