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Todo comenzó en las oscuras instalaciones del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas , hace ya 18 años, en la primavera del año 2026; protagonizada por un grupo de especialistas abocados a un proyecto ingenuo hasta la utopía, que hizo cambiar al mundo. Dentro de las hipótesis de los investigadores se encontraban la de conseguir un alimento que pueda terminar con el hambre en el mundo. Ambicioso proyecto por parte de los muchachos de la institución. Lo de muchachos es una ironía, ya que sus miembros ya tenían fecha de vencimiento, con el espíritu y las iniciativas adormecidas por la poca atención de la sociedad a sus aportes, a los postres, casi nulos. Las condiciones económicas de aquel año, ameritaban un esfuerzo al menos intelectual, que pudiera con las necesidades de millones de personas urgidas por una necesidad vital para paliar el hambre fruto de una sociedad injusta y desigual. Recién se salía de una brutal recesión económica en la primera potencia mundial China, rápidamente replicada en todos los confines del mundo.
Todas las ideas en la mesa, donde convivían las proteínas, tablas calóricas, sales e hidratos en una convivencia poco amigable. Los avances científicos muchas veces llegan de la mano de casualidades o causalidades, vaya uno a saber. Como los viejos cuentos de antaño, llenos de Eurekas y descubrimientos fortuitos, en las instalaciones del instituto iba a surgir la idea que cambiaría el mundo.
Como iba diciendo, todo fue casual, llenos de hipótesis desarrolladas hasta el abatimiento y con un sinfín de absurdos e impracticables métodos, los científicos aprovecharon el estancamiento investigativo alternando con una costumbre nacional de compartir las frustraciones con la ronda de mate amargo.
El lugar estaba lejos de parecer el MIT, las paredes cascadas por la falta de mantenimiento, instrumental obsoleto, algunas fotos familiares, una convocatoria del Sindicato de Trabajadores a un paro general de marzo de 2025 y un cuadro del General Perón emplazado en un pasillo que daba al jardín. En días primaverales el solaz mas deseado del personal era recorrer los amplios espacios verdes con senderos custodiados con una frondosa arboleda de añosos eucaliptos.
Las caminatas recorrían las inmediaciones del centenario edificio, con la compañía habitual de media docena de perros, confidentes de las desventuras de los científicos. El periplo culminaba con el merecido premio a los canes de con su comida favorita, un alimento típico de productos balanceados .
Una rutina casi mística no hacía preveer que el motivo de sus desvelos se les presentaba en la bandeja ofrecida a los pichichos.
Mientras se inclinaba reverencialmente hacia los platos se dio cuenta que lo que por mucho tiempo estaban buscando era precisamente lo que les ofrecía a los animales. Un sustituto dietario a la alimentación. Con el alma de científico que reposaba en algún lugar del alma compartió el almuerzo con los perros, alternando los bocados con agua mineral. Un sentimiento de saciedad se le instaló en el estómago y pasaron muchas horas hasta que su cuerpo le requiera reponer fuerzas y calorías.
-Buen comienzo, afirmaba Jorge.
Ya de regreso a sus labores, comentó, casi con tono de broma, su hallazgo, algo que no fue interpretado así por sus colegas, que hasta festejaron la situación lanzándose a un almuerzo opíparo con la comida de mascotas.
Les llevó cerca de dos años desarrollar un producto sustituto de la alimentación que sirva de base a una dieta equilibrada, saludable y a la vez económica.
Ya en los últimos meses fueron los mismos científicos los circunstanciales cobayos que experimentaron el alimento, que se complementaba con severos análisis de laboratorios y demás estudios para la evaluación de la eficacia en
el equilibrio y funciones del cuerpo humano. Un entusiasmo juvenil se apodero de esas mentes curtidas y la emoción brotaba de sus entrañas. ¡Lo habían logrado!.
La presentación se realizó en la Facultad de Biotecnología y asistieron cientos de representantes del mundo científico.
El indudable valor cultural que representa las artes culinarias, hizo que manifestantes de distintos sectores sociales se congregaran como señal de repudio al devenido alimento.
Si bien en el año 2028, fecha del lanzamiento, los avances científicos estaban a la orden del día, se conservaba aún la costumbre de la elaboración de platos al mejor estilo del Siglo XX, con el agregado de gustos, sabores y colores que realzaban las comidas. Claro, eso si, un deseo inalcanzable para muchos hogares.
Los primeros usos dietarios se dieron en las reparticiones públicas, principalmente Hospitales y Escuelas, algo alejados de la ceremonia que implica la reunión familiar alrededor de la mesa, compartiendo alimentos y experiencias cotidianas.
Creo que es la comida de los enfermos la que fue mas fácilmente sustituible, casi que los internados les reconfortaba mas un buen paso de suero o una transfusión a los espantosos platos elaborados con un esfuerzo constante por lograr una comida sosa, fría, sin condimentos, que quedaban mas en los platos que es sus estómagos.
Con beneplácito aceptaron el nuevo producto aún a pesar de que en los albores del descubrimiento, no repararon en la satisfacción visual de los bocados, dado que resultaron realmente sabrosos y ricos para los paladares.
De pronto todo estalló y un boom de consumo hizo insuficientes las todavía incipientes producciones alimentarias. Es curiosa la poca atención dispensada por aquellos grupos de científicos a las consecuencias político, sociales y económicas del vulgar y hasta paupérrimo descubrimiento, que diera origen a una nueva era pos modernismo que se diera el llamar “Revolución Nutricional”.
Todo lo rico, lo saludable, lo sabroso venía de la mano de estas albóndigas irresistibles que llegaron para instalarse definitivamente en las preferencias del mundo entero.
Poco a poco fueron mutando las actividades económicas que, basados en una cadena de distribución de alimentos fraccionados a producciones a granel destinado a las grandes multinacionales de alimentos. Es así que empezaron a desaparecer los comercios minoristas de alimentos, las cadenas de supermercados y las grandes fábricas de artículos tradicionales. Solo se encontraban comercios de comida balanceada, ofrecida hasta por expendedores automáticos, sumados a los ahora tradicionales despachos express. En las nuevas construcciones casi no se destinaba espacio para las cocinas, y los comedores fueron reemplazados por salas de estar y de esparcimiento. También las tradicionales y opíparas ceremonias se agasajaban ahora con espectáculos musicales, música y baile, y que solo hacia acordar los grandes ágapes a la hora de las bebidas.
Porque en los tiempos que siguieron solo se mantuvieron ciertas bebidas espirituosas, los últimos estertores de glorias pasadas.
Otro aspecto peculiar de los nuevos hábitos, fue la aparición de nuevos cuerpos, que fueron torneándose reemplazando adiposidades por músculos, y las figuras esbeltas y desarrolladas eran cosa de todos los días. Ni los desocupados cirujanos plásticos imaginaron tallar los cuerpos como lo configuraban las devenidas dietas del siglo XXI.
Grandes procesos migratorios se dieron desalojando las grandes urbes con destino a las nuevas ciudades que surgieron como consecuencia del trabajo local en la obtención de alimentos dando fin a la utopía de la globalización.
Los últimos años resultaron bastante difíciles con la aparición de grupos radicalizados de defensores de las costumbres culinarias, que pugnan por volver, al menos a modo de culto de las viejas recetas de los chefs del siglo anterior.
Pero como muestra la historia, todo evoluciona y nada ni nadie puede cambiar el rumbo como si un ejército celestial indicará al hombre su destino.
Hoy es un día muy especial, soñé que me encontraba en un restaurant almorzando una milanesa con papas y huevos fritos y un deseo incontrolable se apoderó de mi, mis papilas gustativas hacían descender hilos de baba por las comisuras de los labios. Me traiciono el inconsciente trayéndome un manjar de los deleitados en mi niñez.

OTREBLA


Texto agregado el 05-10-2013, y leído por 213 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
05-10-2013 Muy original, (a lo mejor futurista), con buen humor y excelente redacción. Gocé con la lectura. ¡Gracias! simasima
 
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