Mamá me regalo su planta de sábila
tengo que cambiar el olor de mi saliva
He gozado tantas infusiones sobre mi eje,
tengo la foto de mi sombra bebiendo
algo insípido.

No puedo quejarme en exceso,
fui yo el tonto anfitrión
que permitió la profanación de mi templo,
asquerosa acidez, pálida piel,
súplica frente al inodoro.

Sangreeeeeeee

Vampírica molécula de etanol,
esténciles en las paredes de mi estómago,
años atrás disfrute de fideos bañándose
y tarde de televisión a blanco y negro,
en ese entonces un alma no gemela
me rozaba.

Se me hizo costumbre arder en las madrugada
y recordar la atrocidad mamándomela
vestida de amor,
sus bragas sobre el planchador,
y las hormigas disfrutando nuestra demencia.

Es que su relación con una gastritis
me deja sumiso como un perro,
necesito el control de un ángel
cantando un verso que no me aburra,
una flor que no muera
si es que me olvido de regarla.

Una fémina caricia es la Milanta perfecta