Los ojos de Mike se abrian poco a poco entre parpadeos.

- ¡Compañero Stalin! - gritaba una voz

- ¡Presente! - gritaban varias.

- ¡Compañero Mao!

- ¡Presente!

- ¡Compañero Castro!

- ¡Presente!

- ¡Hasta la victoria!

- ¡Siempre!

- ¡Avanzamos para ganar!

- ¡O morir!

Mike despertó de golpe oyendo pasos de una marcha militar, movió la cabeza a ambos lados observando. Estaba atado en su puesto de guardia, varios cadáveres militares a los lados y en la niebla gente vestida de rojo.

Arrastrándose en busca de alguna arma escuchaba los gritos.

- ¡Viva la revolución!

- ¡Viva!

- ¡Viva el pueblo!

- ¡Viva!

- ¡Viva el postpartido!

- ¡Que viva!

A lo lejos se escuchaban disparos, las pisadas se alejaban camino a la base, Mike alcanzó una pistola antigua de origen alemán. En la base las balas volaban de un lado al otro entre el postpartido comunista y los militares, finalmente la supervivencia roja había ganado dejando a Víctor contra la pared.

- Mi general, dolares fascistas... - decía un soldado mientras traía dolares de los tiempos pasados.

- ¿¡Que te compraron?! - gritaba el general mientras ponía un revolver en la nuca de Víctor.

- Mucha gasolina, un poco de munición pero mayormente gasolina. - respondía con miedo.

- ¡Aceptaste dinero burgués! - el general disparó a las piernas - ¡Eso es ilegal para el padre pueblo!

Mike se acercaba con sigilo aprovechando la niebla hasta llegar a la entrada, allí vio como bañaban en gasolina a Víctor, el general celebraba en ruso con sus compañeros antes de volver a mirarlo.

- ¡Tranquilo inmundo capitalista! - terminaban de bañarla - ¡Morirás con tu producto más vendido!

Mike buscaba la manera de que el frío exterior evitara que Víctor ardiera, pero era imposible. Su cuerpo se rodeó en fuego de un segundo a otro, su piel se caia a cuajos mientras los comunistas cantaban "venceremos".

- ¡Compañeros! ¡Buscad todo lo que sea de utilidad para el pueblo!