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APARECIÓ Y DIJO…

“Tendrías a bien untar con un poco de betún mi calzado… Hombre”
Para eso estoy, diga. Tome asiento.
Daba la impresión de ser un varón con estilo, ese tipo que no hace ningún esfuerzo para lucir bien. Cincuenta años largos, barba bien recortada y una escasa mata de cabello blanco y enrulado que apenas le cubría la nuca.
(Qué zapatos bacanes…cuero labrado, fija forrados en gamuza. Este “coso” los robó de alguna parte…)
“Son de “Salvatore Ferragamo”…Hombre. Los pantalones, la chaqueta, la camisa y esta corbata -pasa el dorso de la mano por el anverso- son de “Brione”. El pañuelo de Brooks Brothers...”
Se miraron fijamente a los ojos y el limpiabotas no supo que decir.
Tras hacer gala de singular pericia con los cepillos y las franelas brillosas, el profesional golpeó suavemente un tobillo del cliente.
Ta pronto papi.
“Han quedado como espejo, muchas gracias…Hombre”. Tras arreglarse algunos frunces del pantalón se levantó prestamente dirigiendo sus pasos hacia el centro de la plaza.
¡Eh, oiga¡…se va sin pagarme…
¿Pagarte qué…Hombre?
¿Cómo? ¡Qué¡…la lustrada, oiga. ¿Me ha tomado por un gil?... viejo…
“No entiendo: ¿Acaso insinúas que te debo pagar algo por el excelente estado en que has dejado mis zapatos…Hombre?”
(Justo hoy tendré que ir preso por este viejo de mierda) Y claro. Yo cobro por trabajar…o te me estás haciendo “el rana” viejito…
“Hombre… nunca usé ni usaré el vil metal por lo cual no podré satisfacer tus deseos. Por otra parte tu reacción - permíteme expresarlo con dolor- luce desproporcionada, casi diría…desgraciada, teniendo en cuenta que...en fin.”

Omitiré revelar aquí las azarosas experiencias que transitó este individuo hasta que el mundo, conturbado a extremos inimaginables se convenció que él era no otra cosa que el Dios de los cristianos, corporizado en una talla física nada especial.
La única finalidad que lo impulsó a tomar la decisión de bajar a la Tierra – señaló a un periodista en exclusiva – fue para ver algunas películas de terror, llevarse algunas chuchería de recuerdo y saborear la famosa *Soupe a L’Oignon* , un Duck a l'orange y los famosos chivitos de “La Pasiva”. Con eso se daría por satisfecho.
No pesaba en sus planes ser distinguido como quien era, pero la fuerza de los hechos, que a su pesar protagonizó derivados de esa incomprensible y antojadiza voluntad de no retribuir lo que consumía o se ponía encima y consecuentemente, obligado a visitar una y otra vez las seccionales policiales, lo fueron llevando inexorablemente al protagonismo de una historia inaudita que conmocionó al ecúmene a pesar de sus deseos.
Inicialmente los órganos de prensa empezaron a interesarse por el “dato” filtrado por algún soplón.
El individuo cambiaba continuamente de aspecto y era imposible darle caza cuando se escapaba. Lo vigilaban suegras integrantes de un cuerpo policial de elite, perros especialmente adiestrados que le mostraban los dientes día y noche; lo mantenían sujeto con varias vueltas de cadena, dejaban a su alcance revistas pornográficas, etc.
Inútil esfuerzo.
Cuando “se le cantaba” desaparecía a través de las paredes más sólidas, con el atenuante de que las suegras se convertían en vírgenes, los perros en liebres, las cadenas se deseslabonaban y las chicas de las revistas se trasvestían asumiendo largos uniformes de enfermeras de guerra que convocaban angelicalmente a colaborar con la Cruz Roja y la donación de sangre.
El asunto asaltó los titulares de los diarios, se difundieron varias fotos de ese ser camaleónico. Fue noticia de portada en todos los informativos televisivos y el tema adquirió, como no podía ser de otro modo una dimensión prácticamente inédita, al punto que diferentes ministros del Interior tuvieron que renunciar por conducta negligente.
Alguno se suicidó ante la vergüenza de ser reprendido varias veces por el Presidente de la República cuyo descrédito iba en aumento ante la opinión pública.
La Asociación de Baristas y Afines amenazó con cerrar sus puertas por cuarenta y ocho horas si no se hacía algo ¡¡YA¡¡
Cuarenta y ocho horas sin cerveza ni panchos podría adquirir visos de catástrofe nacional.
Pero como dijo alguna vez Enrique Santos Discépolo… Aquí, ni Dios rescata lo perdido.
Fortuitamente el lustrabotas de la anécdota se encontró con Él en una pizzería.
En tanto masticaba su porción, notó que el anciano que estaba a su lado engullía con fruición un buen trozo con mozzarella di bufala agregada.
Al lado del plato humeaba un tazón con un líquido colorado.
Por deformación profesional observó el calzado del anciano. Creyó reconocerlo pero carecía de importancia en ese momento; lo que realmente lo confundía era esa combinación extravagante de pizza y té.
Dígame señor…y disculpe: Pizza con te, nunca vi. ¿Queda bueno?
“En verdad debo decirte…Hombre, que me gusta el té con masitas pero en este lugar me dijeron que ofrecen únicamente este sabroso producto y como tenía un poco de apetito lo acepté y debo confesar que no me arrepiento de la elección.”
Y… ¿té de qué?
Boldo…Hombre. Te lo recomiendo.
El lustrador esbozó una sonrisa que prontamente se convirtió en interrogante (¿Hombre? Pero… ¿Este no será el tipo ese del cual tanto se comenta?). Le miró nuevamente el calzado y la revelación fue inmediata. (…el de la plaza que se quiso ir sin pagar. No puede ser otro)
¿Usted no se lustró los zapatos conmigo hace más o menos un mes en la Plaza que queda de aquí cuatro cuadras?
Efectivamente, el día dieciocho de abril me atendí contigo…Hombre. Eran las diecisiete y veinticuatro, cielo parcialmente nublado, temperatura ambiente… diecisiete grados, sensación térmica dieciocho, vientos calmos que se desplazaban de Sur a Este. Había en ese lugar exactamente doscientas cuarenta y seis palomas y la transitaban en ese preciso instante cincuenta y siete personas, ciento catorce perros mascota, sin incluir las dos chicas que esperaban a sus novios, siete prostitutas y cuatro agentes del orden, uno de los cuales me llevó preso a instancias tuyas. Adujiste, si bien lo recuerdas…Hombre, que debía pagarte por el trabajo que habías realizado en mis zapatos y yo lo consideré una indelicadeza de tu parte aunque no me extrañó. En fin.
(¡¡Dios mío ¡¡Qué hago¡)
Te contesto: No puedes hacer nada en absoluto dado que…yo soy Dios.
Es más, por el bien de tu salud mental y la tranquilidad de tu esposa Emilia y tus hijos Maicol y Charlie, desde este momento te autorizo a divulgar ante las autoridades que yo soy el que buscan y lo demostraré fehacientemente. No quería llegar a estos extremos pero en vistas de que eres un “pobre tipo” no me cebaré contigo.

Estimado lector: A partir de ese momento el mundo no fue más el mismo. Se abrió una nueva era precedida por una gran confusión y toda suerte de calamidades. Felizmente en la Asamblea General de la ONU prevaleció la cordura y se entendió, tras analizar un sinfín de circunstancias, que lo más atinado sería que Dios le dirigiera la palabra al ecúmene y atemperase los ánimos.Una comisión internacional fue encargada de establecer los detalles logísticos del magno acontecimiento.
Se acordó por mayoría que el evento tuviera por sede el Estadio “Maracaná” de Río de Janeiro, Brasil, por su capacidad.
Las delegaciones del bloque comunista se abstuvieron de votar y durante todo el debate mantuvieron un silencio expectante. Afuera llovía torrencialmente pero los truenos que ellos sentían en esos momentos eran diferentes. El piso se movía y excepto ellos, nadie lo notaba.
No obstante algunas reticencias Dios accedió finalmente a verter algunas opiniones personales.
Huelga decir que Brasil debió convocar a personal de reserva para reforzar el Ejército, la Marina y la Aviación pues corría serio riesgo de ser invadido por una turba enloquecida proveniente de todas partes del planeta que pretendía entrar, del modo que fuere al país, con tal de sacarse una foto o conseguir una copia del autógrafo de Dios.
La locura general desafió las turbulencias de los mares y la zozobra de las selvas. Quién pudo, puso proa hacia el Brasil sin calcular los riesgos. Miles de aviones chocaron en el aire pues resultó imposible controlar la enorme cantidad de vuelos convergentes sobre el “Galeäo”.
Los más osados intentaron cruzar en canoa el Océano Atlántico. Los tiburones eructaban sin cesar.
A la Reina de Inglaterra el reuma no le permitía ni ponerse el sombrero verde y se disculpó.
Maradona no había nacido, aún así su aura ya estaba presente.
Una multitud - en su mayoría finalmente ametrallada sin piedad en previsión de algún percance grave – logró acercarse al lugar donde se desarrollaría el acontecimiento. Sólo doscientas cincuenta mil personas escucharon en vivo y en directo a Dios, apisonadas como sardinas sobre las enormes tribunas.
El Papa de entonces,- insólitamente la larga escolta hizo un desvío inadecuado en una autopista - no pudo acceder al estadio y debió escuchar la palabra de Dios encarnado, en el radio de un café oscuro y perdido en las estribaciones de un morro de Río de Janeiro con un par de morenas (de fuego) sobre las rodillas.
El celebrado escritor español Enrique Jardiel Poncela, a instancias de su alter ego, el periodista Perico Espasa, presente en el acontecimiento y cercano al estrado, relató magníficamente todos estos acontecimientos en el libro “La Tournée de Dios”, una gema del intelecto altamente recomendable.
El suscrito se ha tomado la libertad de copiar íntegramente el discurso de Dios escrito por el autor de marras por considerarlo una buena conclusión de su pobre relato, pero por sobre todo una pieza literaria de gran jerarquía que está, el suscrito considera, más acá o más allá de creencias o prejuicios.
Esta notable pieza la escribió un Maestro y considero un deber difundirlo por su amenidad y su profunda significación humana.

Dijo el Supremo Hacedor:

"Yo no soy orador...
"No me gusta hablar, sino hacer. Casi, casi estoy por deciros, que no sé hablar, tal es mi falta de costumbre. Y, en realidad, he aquí la primera vez que me dirijo directamente a vosotros los hombres, porqué los Mandamientos de la Ley, que dicté un día, no os los dicté a vosotros; se los dicté a Moisés, mi Secretario (MURMULLOS.) ¡Hablar!... (ENCOGIÉNDOSE DE HOMBROS.) Hablar es "cosa humana, y por mi parte, yo no tengo nada de humano: me apresuro a advertíroslo para evitar desilusiones. (SENSACIÓN.)
"Digo que nunca, hasta ahora, me he dirigido directamente a vosotros, y agrego que, sin embargo muchas veces, millares de veces, cada año, cada mes, cada semana, cada día, cada hora, cada minuto, habéis tenido ocasión de escuchar mi Palabra y de oír mi Voz. (HONDO E INTERESANTE SILENCIO.)
¿No adivináis aún cuál es mi Voz y cuál es mi Palabra? Pues sabed que mi Palabra es la voz de la Naturaleza y mi Voz es la palabra de los Elementos. (EXTENDIENDO SUS BRAZOS, COMO PARA ABARCAR LA CREACION.) Mi Voz es los Arboles, las Plantas, los Seres, la Primavera, el Verano, el Invierno, el Otoño, el Mar, los Campos, los Montes, las Llanuras, el Desierto, la Selva; y mi Palabra es la Tempestad, la Lluvia, la Nieve, el Relámpago, el Trueno, el Rayo, la Galerna, el Tifón, el Terremoto, las Cataratas, el Fuego, el Viento, y también el apacible silbar de la Brisa entre las ramas, el ronco hervor del Oleaje, la infantil canción del deslizar del Río, las tintas cárdenas del Crepúsculo, las sombras progresivas de la Noche y las claridades del Amanecer. (EMOCIÓN.)
"Eso es mi Voz y nada menos que todo eso es mi Palabra. ¿Que falta debía hacer, pues, que yo os convocara aquí y, aprovechando un viaje sin objeto, os hablara con el lenguaje imperfecto del Hombre? Ninguna falta, en verdad. Este discurso mío debía ser innecesario.
“Debía serlo, porque en la obligación estáis de conocer mi Opinión, que os he expuesto millares de veces, cada mes, cada semana, cada día cada hora, y cada minuto; ya en la vida de los seres ya en el devastar de la Tempestad o en el fructificar de los Campos. Pero todavía no conocéis mi Opinión... y, lo que es más triste: no la conoceréis nunca. (MURMULLOS PROLONGADOS.)
"Sé cómo sois. Ansiáis una Ley, y no bien la tenéis la despreciáis. Suspiráis por conocerla, y una vez conocida saltáis sobre ella para alucinaros con otras leyes que creéis más justas. Pedís que se os marque un camino, para seguir otro camino cuando ya el primero lo tenéis marcado. Exigís un Dios, y cuando el Dios se os da, inventáis otro. (MURMULLOS DE CARIÑOSA PROTESTA.) ¡Oh! No protestéis: es pleito antiguo. Era mi pueblo el elegido, el pueblo de Israel, y ya entonces suplicó el Hombre a Moisés que fuera en mi busca. Y antes de que Moisés tuviera tiempo de encontrarme, el Hombre había levantado altares al Becerro de Oro. (NUEVOS MURMULLOS.)
"Nada ha cambiado desde entonces y hoy mismo digo que mis últimas palabras se perderán en el aire... (GRANDES E IMPOTENTES PROTESTAS DE ADHESIÓN Y DE AFECTO. DELIRIO DE IDENTIFICACIÓN CON DIOS QUE DURA LARGO RATO MILES DE ALMAS SE PONEN DE RODILLAS Y APOYAN LAS FRENTES EN LAS GRADERÍAS ABARROTADAS.. EL SEÑOR DOMINA EL TUMULTO Y SE DIRIGE A LOS ARRODILLADOS.) "Levantad vosotros, los que os humilláis sin necesidad. Y los demás, y todos, cesad en vuestra protesta de amor y de entusiasmo. No os engañéis con ellas ni supongáis que yo voy a engañarme porque al Hijo que me matasteis en la cruz también le vitoreabais y le echabais flores la mañana que entró en Jerusalén". (SILENCIO EMOCIÓNANTE. LAS TRES CUARTAS PARTES DE LAS MULTITUDES LLORAN A MOCO TENDIDO.)
"Voy, pues, a hablar, a pesar de todo, con todo, sobre todo v por todo... Escuchadme atentos". (DIOS HACE UNA PAUSA Y BEBE UNOS SORBOS DE WHIDKY CON COCA COLA. EL NUNCIO Y LAS PERSONALIDADES MÁS PRÓXIMAS A ÉL LE BESAN LAS BOTAS.)

PROMESA

Dios continuó de esta forma:
"Leo en vuestros semblantes ansiosos que esperáis mucho de mis palabras, leo que esperáis más que mucho, leo que esperáis demasiado. Vuestro principal defecto ha sido siempre esperar demasiado de mí, como si yo todavía tuviera que daros algo. . . Como si yo no os lo hubiera ya dado todo (ESTUPOR EN LAS MULTITUDES.)
"Todo, sí, todo os lo di al permitir que fuerais parte del Universo. Yo os di la Vida, y la Muerte antítesis esplendorosa, yo os di la Conciencia, la Inteligencia, la Voluntad, el Entendimiento y la Memoria; yo os di la facultad sexual con su emocionante consecuencia, la Procreación; y os di los Sentidos; y os di el Dolor —bien supremo— y haciendo que el Dolor no fuera continuo, sino intermitente, hice nacer "el Placer (cesación del Dolor) y os lo di asimismo.
"Todo, pues, os di, Y hoy ni puedo ni quiero daros nada. (LARGO RUMOR DE DESENCANTO).
"Se perfectamente lo que esperáis de mí y de mis palabras. Esperáis la felicidad, ¿no es cierto? (AHORA LAS MULTITUDES AFIRMAN CALLANDO.) ¿Y por qué esperáis de mí la felicidad? '¿Por qué me ofendéis suponiendo que yo haya podido estar miles de años sin daros una cosa que os pertenece? ¿Qué clase de monstruo injusto pensáis que soy yo para aceptar el que os dé a vosotros —precisamente a vosotros— la felicidad: lo que equivale a suponer que se la negué a los Hombres que os precedieron? ¿O es que imagináis que sólo vosotros habéis sido desgraciados? Pero, volviendo a lo que esperáis de mí: ¿porque es precisamente la felicidad lo único que confiáis en que os caiga de arriba?. . .

LA FELICIDAD

"Escuchadme bien. Vuestra conducta es absurda.
"Todo os lo procuráis por el propio esfuerzo: el dinero, la casa, los alimentos, las comodidades, lo necesario y lo superfluo, el éxito la gloria, el poder... Todo esto os lo procuráis sacándolo de vosotros mismos, y sólo la felicidad la esperáis de los demás". De tal suerte os entregáis al amor, por ejemplo, con la loca esperanza de que sea una mujer —o un hombre si sois mujeres— el que os hará feliz, y al daros cuenta de que no sois felices con el amor, os revolvéis furiosos contra é1. De la misma manera esperáis la felicidad de vuestros padres, o de vuestros hijos, o de un tío que tenéis en el extranjero y que no escribe hace once años; y ante el desmoronamiento de vuestros sueños, maldecís de los padres, de los hijos y del tío extranjero. O esperáis la felicidad de la Lotería Nacional, con el consecuente y lógico desencanto. O esperáis la felicidad de un nuevo Gobierno, lo que os arrastra a vivir en un perpetuo deseo de crisis. O, en fin, esperáis la felicidad de un cambio de régimen político y ensangrentáis vuestras manos en el charco rojo de las revoluciones para caer luego en la pesadumbre de haber cometido crímenes inútiles.
"Ahora es de mi de quien esperáis la felicidad.
"¿En qué lugar me catalogáis entonces? ¿Como tío del extranjero o como Presidente de la República? ¿Como Lotería Nacional o como compadre de Stalin? (RISAS QUE SE PROLONGAN UN BUEN RATO.)
"La felicidad (CONTINUA DIOS) os la di yo también cuando os di la Vida y la Muerte, la Conciencia, la Inteligencia, la Voluntad, el Entendimiento, la Memoria, la facultad sexual y la Procreación; los Sentidos, el Dolor y el Placer, y todo lo Creado. La felicidad está en eso.
"La felicidad brota espontánea de cualquiera de esas partes y también del todo. La felicidad se consigue manejando discretamente cada uno de esos elementos, y también todos a la vez...
"Pero ¿tengo yo la culpa de que vosotros manejéis esos elementos, y el todo de un modo idiota? No. Yo no tengo la culpa. La culpa es vuestra. (GRANDES RUMORES).
"Razonad conmigo unos instantes, aunque me consta que ni aun así os vais a convencer de que la culpa es vuestra... (SILENCIO EXPECTANTE.) Tomemos al azar uno de esos elementos que yo os he dado y que encierran la felicidad y examinémoslo. Tomemos el que más interés ha despertado en vosotros: la facultad sexual y su emocionante consecuencia, la Procreación. Yo os lo di para que fuerais felices con él. Yo ideé el separar las almas de los cuerpos, que es dolor, para que vosotros los unierais en el abrazo de los sexos que es placer, placer extraordinario y maravilloso y en el cumplimiento de mi idea hay una felicidad. ¿Pero tengo yo la culpa de que vosotros practiquéis uniones disparatadas o estúpidas o extraviadas? ¿Tengo yo la culpa de que elijáis mal? ¿O de que os hartéis mañana de lo que habéis elegido ayer? ¿O de que os unáis sin previa elección? (RUMORES TEMPESTUOSOS EN LAS MULTITUDES.) "Yo ideé la Procreación, que es dolor, para lograr el exquisito resultado de que perpetuarais vuestro amor y vuestras vidas en el Hijo: lo cual es placer, placer incomparable y felicidad como no hay otra. Pero ¿qué culpa tengo yo de que os pesen los hijos? ¿Qué culpa tengo yo de que hayáis complicado la vida de manera que los hijos resulten para vosotros una carga? ¿O qué culpa tengo yo de que os unáis sin desear el hijo? ¿Y de que hayáis hecho del amor una frivolidad. ¿Y de que evitéis los hijos con lavados “post coiturn”, con pastillas ácidas, con abluciones ováricas? ¿Qué culpa tengo yo, en fin, de que de una felicidad purísima hayáis hecho vosotros un amontonamiento asqueroso?" (PROTESTAS HOSTILES EN ALGUNAS MASAS, AHOGADAS POR LOS SISEOS DE LAS MAYORÍAS).
(DIOS CONTINUA ASI):
"Todo, todo, absolutamente todo cuanto os di y puse dentro de vosotros y alrededor de vosotros lo puse para que de ello extrajeseis la felicidad, y vosotros habéis sido tan torpes que habéis extraído de todo la desgracia. (NUEVOS RUMORES RUIDOSÍSIMOS). Os di la Inteligencia para que vierais claro que la felicidad está en la sencillez de la vida y vosotros habéis utilizado la Inteligencia para aspirar a más, siempre a más, y con el nombre de Progreso habéis inventado máquinas, doctrinas, costumbres, teorías, sentimientos, ideas, objetos e instituciones que sólo os sirven para envenenaros la existencia y hacerla agria, difícil problemática, indomable.
"Os di el campo como recreo de vuestra vista y como elemento vital y vosotros lo habéis llenado de letreros anunciando marcas de automóviles... Y estropeáis con presas y canales la salvaje belleza de los ríos, y echáis abajo los árboles para construir muebles cursis, y matáis preciosos pájaros para que se engalanen con sus plumajes media docena de prostitutas en los cuadros finales de las Revistas. Yo os di una Naturaleza feliz y habéis hecho de ella una cosa triste y utilitaria. Yo os di los Sentidos para que gozarais de ellos y vosotros extraviáis vuestros sentidos. Yo os di la Voluntad para que lograrais la dicha del trabajo y vosotros la habéis empleado en lograr la desgracia del vicio. Todo cuanto os di para ser bien usado lo habéis usado mal y en lugar de felicidad encontráis amargura... ¿A quién podréis culpar, más que a vosotros mismos, de todo esto? ¿A quién podréis culpar —poniendo ejemplo— de esa preciosa facultad del alma que es la Memoria, si en lugar de utilizarla para recordar las tristezas del pasado, lo cual os haría feliz el presente, la utilizáis para recordar el pasado venturoso, lo cual hace vuestro presente desdichado y tristísimo?"
"Y ahora yo os digo: no esperéis de mí la felicidad. No la esperéis de nadie. Para vosotros la felicidad es ya imposible" (ESTALLAN PROTESTAS TUMULTUOSAS QUE OBLIGAN A CALLAR A DIOS LARGUÍSIMO RATO. EL SEÑOR APROVECHA PARA BEBER UN NUEVO SORBQ, SIN QUE NI EN SU ROSTRO NI EN SU ACTITUD SE ADVIERTA EL MENOR SIGNO DE SORPRESA O DE ALTERACIÓN).

CONDENA

Cuando el tumulto cesó por completo, Dios prosiguió de esta manera:
"Si. La felicidad es ya imposible para vosotros. (NUEVAMENTE ESTALLAN LAS PROTESTAS). Es ya imposible, porque las condiciones de vida en que os habéis situado asfixian todo intento de felicidad, y, al mismo tiempo, vosotros ya no concebís la vida sino en las condiciones en que la tenéis.
"Estáis, pues, expuestos a desgracia perenne. (TUMULTO MAYOR QUE LOS ANTERIORES).
"Y mi palabra es ésta: ¡aguantaos, pues obra vuestra es todo...! (ESCÁNDALO INDESCRIPTIBLE, SE PRACTICAN ALGUNAS DETENCIONES, CON LO CUAL EL ESCÁNDALO ARRECIA).

BLASFEMIA

Hasta media hora más tarde no pudo Dios continuar. Dijo así, con el mismo tono tranquilo de antes:
"Pero no es sólo en busca de la felicidad a lo que habéis venido aquí. Algo más perseguís al provocar este Acto. Voy a decirlo yo mismo. Deseáis que explique y amplíe las declaraciones que hice, el día de mi llegada, a un periodista, y deseáis también que justifique algunas actitudes qué he observado durante mi estancia entre vosotros... No temáis que vuestra conducta me hiera. Estoy habituado a que el Hombre me pida cuentas a mí cuando los negocios no le van bien a él... Es lo que se conoce con el nombre de blasfemia y se halla penado inútilmente en vuestros Códigos". (RUMORES).

DIOS Y EL DIABLO

"En lo que afecta a las declaraciones que hice al llegar la explicación y ampliación son innecesarias a todas, salvo una. Aquel mismo periodista a quien se las dicté, las explicó y amplió acertadísimamente en su periódico. (ESPONTANEA OVACIÓN A PERICO ESPASA QUE OCUPA UNA TARIMA NO LEJANOS A LA SILLA DE DIOS). Pero digo que una de mis declaraciones no está explicada ni ampliada. Voy a hacerlo, porque es punto de arranque de algo sustancial que necesitan saber.
"Me refiero a la relativa al diablo..." (MURMULLOS DE SENSACIÓN).

SU DESACUERDO

"Yo dije hace diez días, al llegar, que el diablo es un caso de obcecación; que está completamente loco, y que ya lo he dejado por imposible...
"Ampliando la declaración diré ahora la verdad de por qué el diablo y yo no hemos estado nunca de acuerdo. . .
"La verdad es que él y yo tenemos un concepto totalmente distinto de la existencia.
"Para mí, la existencia está basada en el Dolor y su consecuente es el Placer.
"Para el diablo, la existencia está basada en el Placer y naturalmente, su consecuente es el Dolor. ..
"Esta, y nada más que ésta, es la razón del desacuerdo existente entre él y yo. ¡Pero ya es bastante!" (RUMORES DE INFINIDAD DE COMENTARIOS).

EL DOLOR

"Decía que el asunto del diablo es punto de arranque de algo sustancial que necesitáis saber.
"Vamos a ello. Y ello es que para mí la existencia está basada en el Dolor. Recordad bien esto. .. Recordad bien esto y os explicareis muchas cosas.
"Sin el Dolor no hay nada. El Dolor lo es todo.
"Mirad en derredor: el Dolor os circunda. El es la vida y sólo por él se vive y puede vivirse. Dolor de vivir. Dolor de morir. Dolor de obedecer. Dolor de ser grande y poderoso. Dolor de ser pequeño y humilde. Dolor de haber hecho lo que se hizo. Dolor de no haber hecho lo que se hubiera querido hacer. . . Dolor del deseo incumplido. Dolor, aún más terrible y angustioso, del deseo satisfecho. .. Por todas partes... Dolor, Dolor. Dolor. .. Afortunadamente. Afortunadamente, sí.
"Pues, ¿cómo sería de tediosa, de insípida, de vacua, de inane vuestra vida sin el Dolor? No os digo que hoy la encontréis agradable, puesto que vosotros mismos la habéis estropeado; pero sí os aseguro que sin el Dolor se os antojaría irresistible.
"Todos vuestros goces están elaborados con Dolor. Las sensaciones encierran su gran parte de Dolor correspondiente. La excitación es Dolor, y por eso cuando la excitación concluye encontráis en ello placer. Y la risa es placer porque ella resuelve un previo estado congestivo de Dolor.
"En todo, en todo, hasta en lo aparentemente más deleitable, hay —poco o mucho— Dolor. Vosotros mismos acatáis esa ley sin daros cuenta, y al pan que coméis le ponéis su parte de levadura amarga, y al vermouth le echáis bitter y a la carne asada la untáis con mostaza.
"Gracias al dolor, que aísla al que sufre dentro de sí propio, surge la meditación, la invención, la creación. Gracias al Dolor se salva el alma de caer en una continua, estúpida e inútil frivolidad. En lo que se ansia hay Dolor. En lo que se ambiciona hay Dolor también. El Dolor mueve, agita, arrastra. El Dolor impulsa: toda espuela es dolorosa.

"Como consecuencia del Dolor surge el Placer. Por eso ¡oídme bien! Por eso es mentira que yo condenara a la Mujer a parir sus hijos con Dolor. Es una de tantas leyendas que se me han colgado. Es una de tantas incomprensiones. No. Yo no condené a la Mujer a parir con Dolor sus hijos, sino que la hice donación de ese Dolor para proporcionarle el Placer de la maternidad: porque sin el Dolor el Placer no "existe". (GRANDES, PROLONGADOS Y APASIONADOS CO-MENTARIOS)


LA INDIFERENCIA DE DIOS ANTE EL DOLOR

Dios bebió agua nuevamente y siguió de esta forma:
"Y ahora os explicaréis mi indiferencia hacia las víctimas el día de mi llegada aquí. Ahora os explicaréis que fuera yo el único que no se horrorizó ni se conmovió cuando vi suicidarse hombres y mujeres ante mis pies y cuando mi coche avanzaba entre los regueros de muertos y heridos que iban dejando las ametralladoras".
"Ahora que sabéis que para mí la vida está basada en el Dolor, comprenderéis por qué nada de aquello me afectó lo más mínimo. Para vosotros el Dolor os horroriza. A mí me produce indiferencia." (FORTISIMOS RUMORES).
"Y ahora os explicaréis, ¡al fin!, mi pasividad cuando os afligen grandes catástrofes. Es decir: os explicaréis por qué cuando rezáis pidiéndome la conclusión de uno de vuestros dolores, yo no os hago "caso..." (TUMULTO, NUEVA INTERRUPCIÓN. DIEZ MINUTOS DESPUÉS, DIOS CONTINUABA CON ESTAS INTERESANTÍSIMAS PALABRAS).

RELIGIÓN Y POLÍTICA

"Pero hablemos de política y de Religión... (SENSACIÓN EN LAS MASAS. SISEOS. SILENCIO PROFUNDO AL CABO). Hablemos de política y de religión, puesto que vosotros no sólo habéis venido aquí en busca de la felicidad y en demanda de explicaciones, sino que habéis venido también a saber cuál es mi opinión en religión y en política".
"Constituís dos bandos: los "blancos" y los "negros". Unos formáis vuestro programa posponiendo a todo las ideas de Patria, Historia, Ejército, Orden social, Familia, Iglesia, Dios, y creéis estar en "posesión de la verdad...
“Los otros habláis de Igualdad, de Libertad, de Unión, de Solidaridad, de Democracia, de Socialismo, de Comunismo y de Anarquía en confusa mezcla, y también creéis tener la verdad de vuestra parte. Lo que para los unos es Historia, para los otros es Porvenir, lo que unos llamáis Patria otros denomináis Universo, lo que unos queréis que sea Igualdad, otros queréis que sea Clases, cuando unos decís Iglesia Católica otros decís Ateísmo. Y otros creéis tener razón y esperáis ver hacia qué lado me inclino yo y a quién le doy la razón... ¡pues bien! (EXPECTACIÓN INDESCRIPTIBLE). (UNA PAUSA).


ESCÁNDALO

'Pues bien; yo no os doy la razón a ninguno. Yo no estoy ni con los "blancos" ni con los "negros"... (TUMULTUOSA DECEPCIÓN. CLAMORES DE PROTESTAS. GRITOS. DENUESTOS. BURLAS. SARCASMOS. DE UN DESORDEN. UN ESCÁNDALO SIN PRECEDENTES. TRES CUARTOS DE HORA MÁS TARDE DIOS NO HA PODIDO AUN REANUDAR SU DISCURSO. MUCHAS, MUCHAS MASAS DE GENTE VAN ACOMPAÑANDO SU MUTIS CON COMENTARIOS AGRIOS Y OPINIONES HIRIENTES. POR FIN, A LA UNA DE LA TARDE, DIOS LOGRA SEGUIR HABLANDO. UNA CUARTA PARTE DEL PÚBLICO HA ABANDONADO EL ESTADIO Y SUS ALREDEDORES).


DIOS, CONTRA LOS "NEGROS"

Dios continuó así, sin hacer alusión a lo ocurrido: "Ya dije al llegar qué forma de Gobierno aconsejaba para los Estados de la Tierra: las dictaduras inflexibles. (SILBIDOS). Añadí que yo no podía aconsejar otra cosa. Y ahora agrego que yo no podía aconsejar otra cosa, porque nunca he sido más que un inflexible dictador. Os dicté una Ley y os marqué una pena, y al que transgrede aquélla, le aplicó ésta sin apelación, sin indulto y por la eternidad. . . Recordad que esa fue la forma de Gobierno que aconsejé para los Estados de la Tierra: porque es imagen de la mía. . . (MÁS SILBIDOS). Allá vosotros si creéis que yo me equivoco, que yo puedo equivocarme. . . Os he dicho que estoy acostumbrado a vuestras blasfemias. . . No obstante, recapacitad, ¡oh, vosotros los negros! (AQUÍ DIOS ADOPTO SU ACTITUD Y SUS GESTOS MAS BÍ-BLICOS). ¡Recapacitad, fatuos, soberbios, gentes engreídas por una Inteligencia que yo os he dado! ¡Decidme!. . . ¿Es que creéis tener más talento que yo? (SILENCIO EMOCIONANTE).

¿Adonde vais con vuestra libertad, con vuestra igualdad? ¿Cómo aspiráis a ser iguales si yo os he hecho diferentes? ¿Cómo aspiráis a ser libres si yo os he hecho esclavos? Si uno es valiente y otro es cobarde, si uno es torpe y otro es inteligente, si unos sois hermosos y otros sois feos, si unos sois fuertes y otro débiles, si unos audaces y otros tímidos, si unos sois ambiciosos y otros no tenéis ambiciones, si unos estáis sanos y otros estáis enfermos, si unos nacéis esbeltos y otros nacéis contrahechos. . ¡Decidme, necios!, ¿Cómo vais a ser iguales? Lucharéis, forcejearéis, asesinaréis, destruiréis para crear la igualdad, y cuando os parezca que la habéis creado, los valientes, los audaces, los fuertes, los ambiciosos, los sanos, los inteligentes dominarán de nuevo a los cobardes, a los tímidos, a los débiles, a los que no tengan ambición, a los enfermos y a los torpes... Y advertiréis que la igualdad SOLO era un sueño... (APLAUSOS DE LOS "BLANCOS" Y HOSTIL SILENCIO DE LOS "NEGROS"). Y en cuanto a la Libertad, palabra hueca, concepto utópico, deseo iluso, ¿qué libertad pretendéis, si seguís —y seguiréis por los siglos de los siglos— siendo esclavos de las pasiones, de los vicios, de las virtudes, de las costumbres, de vuestro propio organismo, del Dolor, de la atmósfera respirable que os rodea y de Mí, en último término. . . ¡de Mí que soy la Naturaleza, la Tempestad, el Tifón, el Rayo, el Fuego, la Galerna!.. .
"¿A qué libertad aspiráis, ¡oh tontos inconmensurables, si unos ojos de mujer o la palabra balbuciente de un niño os atan y os dominan, os empujan y os conducen? ¿A qué libertad aspiráis si un papirotazo mío, si una inundación, si un ciclón, si un terremoto, si una guerra, si una plaga os pueden dejar tan desnudos y desvalidos como al salir del vientre de vuestra madre? ¿A qué libertad aspiráis cuando basta una parálisis o un simple reuma para haceros presos años y años en un sillón, en un pobre, en un humilde, en un triste sillón? ¡Ja, ja, ja, ja, ja! (Y DIOS SE RÍE CON RISA QUE DA FRÍO. LUEGO APOSTROFA TODAVÍA A LOS NEGROS"). ¡Bobos y mil veces bobos! Vuestras ideas están en pugna con los principios 'eternos de la Naturaleza y todos sucumbiréis en esa lucha, absurdamente desigual. ¡ Y en cuanto a vosotros, los comunistas ateos, negadme, que no por eso podréis escapar a mi poder de Amo, y yo seguiré riendo!. . Y vosotros, los anarquistas de acción, destruid, que yo, la Naturaleza gigantesca e inquebrantable, seguiré riéndome también de vuestros ridículos esfuerzos de pigmeos!"
(Y DIOS RÍE, RÍE, RÍE). (GRANDES MASAS DE PUBLICO DESFILAN EN SILENCIO).


DIOS, CONTRA LOS "BLANCOS"

Luego siguió hablando de esta suerte:
"¡Y escuchadme ahora vosotros, los "blancos", los que me aplaudíais hace un instante por creer que os daba la razón! Escuchadme y sabréis que tampoco estoy con vosotros. . .
"Vosotros defendéis las ideas de Patria, de Ejército, de Historia, de Orden social, de Familia, de Iglesia, de Dios. Defendéis esas ideas, sí. Pero ¿quién os ha dicho que yo apruebo vuestra defensa? ¿Queréis conocer mi opinión respecto a lo que llevasteis a cabo con esas ideas, que, a vuestro juicio, son mías. Pues mi opinión es ¡qué os habéis hecho un lío con esas ideas! (SENSACIÓN ENTRE LOS BLANCOS).
"Decidme, ¿cómo podré estar con vosotros, gentes injustas, si sois los descendientes directos de los que persiguieron a mi pueblo elegido? ¿Si vosotros mismos tenéis en poco el trataros con hebreos y sólo los toleráis a vuestro lado cuando son ricos y presiden los Consejos de Administración de los Bancos?
"¿Y cómo podré estar con vosotros si constantemente me hacéis de menos adorando a ejércitos de Santos en lugar de adorarme a Mí? ¿Es que no os dais cuenta de que sois gentiles, de que levantáis demasiados altares, de que habéis materializado con objetos representativos lo más espiritual de mi Idea, de que habéis pluralizado mi religión, de que incurrís en constante pecado de fetichismo y de politeísmo? ¿Cómo podré estar con vosotros, insensatos, si no os diferenciáis en nada de los paganos de la antigua Roma? Ellos tenían un Dios propicio para cada ramo de la actividad humana, y vosotros los tenéis igualmente. ¿Qué líos son esos de Santa Lucia, abogada de la vista, San Isidro, protector de la Agricultura, San Antonio arbitro del matrimonio, Santiago, patrono de la guerra?. . . ¿Cómo suponéis que pueda yo aceptar una Señora de Lourdes que cure la parálisis. o un San Cristóbal que proteja a los automovilistas cuando viajan por carretera? ¿ Qué hay que entender por Sagrado Corazón"? ¿Y por Cuerpo Incorrupto de San Isidro? ¿Quién os ha dicho que adoréis vísceras, reliquias y objetos? ¿A qué viene lo de orar a docenas de Vírgenes distintas y asegurar que ésta es más milagrosa que aquélla? ¿Por qué rezar ante docenas de cristos diferentes, diciendo que uno mueve los ojos y otro llora, que el de más allá desclava una mano y el de más acá mana sangre? ¿Qué clase de barullo confuso, de galimatías embrollado, habéis hecho de mi sencillísima religión? ¿Cómo, después de esto, podéis creer que estoy con "vosotros?

"¿De qué manera grotesca e infantil habéis interpretado mi Idea y mi Ley? ¿Pensáis que tenga yo algo que ver con vuestros desfiles, con vuestras procesiones, con vuestros conciertos sacros, con vuestros millares de imágenes, con vuestros centenares de oraciones? ¿En qué cabeza cabe que yo pueda aprobar vuestras peregrinaciones, vuestros cilicios, vuestras ofertas, vuestras promesas, vuestros cirios, vuestras joyas? ¿No comprendéis que nada de eso puede ir conmigo?
"Yo no admito más que una oración: el Padre nuestro. Y es sólo una oración de conformidad; por eso decís en ella: hágase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo. Yo no admito más, que un himno: el "Te Deum", y es sólo un himno de gratitud. Y lo demás que rezáis no reza conmigo.
"¿A qué vienen vuestras oraciones de petición?
"¿No sabéis que yo soy INMUTABLE, es decir, que no puedo cambiar de opinión? ¿Por qué me pedís, entonces, que ocurra una cosa o que deje de ocurrir otra? Si no me entendéis, si no me comprendéis, si todavía no sabéis cómo soy, ¿a quién se le ocurre pensar que yo pueda estar con vosotros, los "blancos", los que presumís de estar conmigo?" (NUEVAS MASAS DE ESPECTADORES SE MARCHAN AL LLEGAR DIOS A ESTA PARTE DE SU DISCURSO.)

DIOS CONTRA LOS "NEGROS" Y CONTRA LOS "BLANCOS"

Y abarcando con sus brazos extendidos a "blancos" y a. "negros" en conjunto, Dios dijo:
"Por todo lo expuesto, no estoy ni con vosotros los "blancos", ni con vosotros los "negros". Y no estoy con ninguno, además, porque unos y otros tenéis ideas comunes, igualmente equivocadas y contrarias a mí.
"Unos y otros habláis de humanidad; esto es: de dulzura, de sentimentalismo, de protección al débil... Y yo os digo: ninguna de esas ideas son mías... (MÁS DESFILE DE ESPECTADORES). Ya advertí al empezar mi discurso que yo no tengo nada de humano. Y ahora agrego que estoy muy lejos de vuestro sentimentalismo. Os he advertido también que mi palabra es la voz de la Naturaleza y que mi voz es la palabra de los Elementos: Y bien: ¿no estáis hartos de oír esa palabra y esa voz? ¿Y os han hablado esa voz y esa palabra de sentimentalismos, de dulzura, de protección al débil? Cuando los Elementos se desencadenan, ¿no los veis rasgar, hendir, arrasar, quemar, anegar, matar, destruir, destrozar por igual al débil que al vigoroso?... Y la voz de la Naturaleza ¿de qué os habla? ¿De qué os ha hablado siempre sino de lucha, de crueldad, de triunfo del más fuerte? Los insectos, los animales, las plantas, los árboles, los mares, los ríos, ¿qué hacen más que combatir eternamente unos con otros, en un combate sin cuartel, sin piedad, sin dulzura? ¿Os creéis vosotros superiores a ellos, ilusos?
"¿Por qué entonces me enmendáis la plana?"

LA GUERRA

"¿Por qué habláis de paz y de supresión de las guerras, por ejemplo, si yo he sido partidario de la guerra siempre? Yo instituí la guerra y os la enseñe. Yo fui, quien, para prohibir la entrada al primer rebelde —Adán—, coloqué a la puerta del Paraíso, el primer soldado armado de una espada. ¿No habéis leído en el "Deuteronomio" que yo, por boca de Moisés, incité a mi pueblo al combate y le prometí la victoria, colocando a los sacerdotes en vanguardia? Yo tuve al sol dos días sin ponerse, con objeto de dar tiempo a Israel para completar su triunfo. Yo aprobé miles de combates, con las crueldades que les son afines. Aprobé el que Débora atravesase con un clavo la cabeza de Sisara. Y aprobé el que Gedeón se vengara de las autoridades de la ciudad de Senhot, que le habían negado víveres, haciéndolos morir a golpes de látigo de espinas. Y aprobé el que David rajara a sablazos a los vencidos hijos de Arrimón y los aplastase luego bajo las ruedas de los carros y amasase los restos, como la arcilla... ''Escrito está el que yo aprobé lodo eso... ¿Acaso no lo habéis leído, según es vuestra obligación?" (MUTIS DE OTRAS NUEVAS MASAS DE ESPECTADORES, QUE SE RETIRAN HORRORIZADAS.)

DIOS Y SU HIJO

Dios siguió cada instante más grandioso, más formidable, sinaítico: "¿Cómo voy a estar con unos y con otros, si en parte todos habéis asimilado la dulzura y el sentimentalismo maravilloso y equivocado de mi Hijo, y yo, según ya he dicho, no he estado nunca de acuerdo con mi Hijo? Pues ¿qué? ¿No sabéis que yo no opinaba como El? Mi Hijo es el que ama a todo el género humano y yo soy el que mata a todo el género humanó, a excepción de Noé, los suyos y una pareja de animales de cada especie. ¿No sabéis que no aprobé la conducta de mi Hijo cuando os ofreció a los hombres el sacrificio de su Vida? ¿No sabéis que lo dejé abandonado a su destino al ver que no podía convencerle? ¡También eso está escrito! ¿No os acordáis? ¿No os acordáis de que mi hijo confesó lo ocurrido entre nosotros al decir en la Cruz, dirigiéndose a mí: "Señor, ¿por qué me abandonáis?" (SE MARCHAN NUEVAS MASAS DE GENTES. ESTE ES EL MOMENTO EN QUE EL NUNCIO DE SU SANTIDAD SE VA TAMBIÉN, SEGUIDO DEL ELEMENTO OFICIAL) Yo no estoy de acuerdo con mi Hijo. El creía que se os pueden dominar por la dulzura. ¡Yo sé que con vosotros no hay otra razón que el látigo! ¡El látigo! ¡ ¡El látigo y nada más que el látigo! ¿Y sabéis por qué? Yo os lo diré, puesto que me hacéis hablar. ¡¡ Porque sois los seres más viles salidos de mis manos!! ¡¡Porque sois mi vergüenza y mi único arrepentimiento!!..."

APÓSTROFE FINAL

El aspecto de Dios al llegar aquí, al echar en cara su vileza a la humanidad, producía espanto. Así debía de ser su aspecto cuando se le apareció a Adán después de la Desobediencia. Así debía de ser su aspecto al presentarse ante Caín después del Crimen. Así debía de ser su aspecto cuando abrasó Sodoma y Gomorra; y cuando ordenó abrirse las cataratas del Cielo para conseguir el Diluvio; y cuando destruyó los ejércitos de Faraón, cerrando sobre infantes, caballos y jinetes las aguas espumosas del Mar Rojo. Y así, debía de ser su aspecto, en fin, cuando vio cómo los brutales soldados de Roma clavaban en un madero el cuerpo convulso de su generoso Hijo, aquel hijo alucinado por la propia bondad, que creyó que valía la pena de sacrificarse por esa bestia despreciable y lasciva que es el hombre, y por esa animal inmundo y despreciable que es la mujer.
Dios apóstrofo finalmente, con voz estruendosa, con inverosímil voz, con voz que rompió los micrófonos:
"¿Cómo? ¿Cómo voy a estar con vosotros? ¿Cómo voy a estar con los "negros"? ¿Cómo voy a estar con los "blancos"? ¿COMO? ¡SI YO "ESTOY SOLO! ¡Perpetuamente solo! ¡ENTERAMENTE SOLO!...
Y era verdad.

Nadie sabe como volvió a sus pagos. Pero que volvió no hay duda: La Asociación de Baristas y Afines levantó la medida anunciada. Todo volvía a la ansiada tranquilidad.

(No creo que ningún lector haya llegado hasta aquí. Dios me aconsejó desistir de esta idea absurda pero no le di bola)

LUIS ALBERTO GONTADE ORSINI
MAYO DE 2013

Texto agregado el 25-05-2013, y leído por 50 visitantes. (0 votos)


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