- Haber repite de nuevo la historia.
- Para que? Si de todas formas no me vas a entender
- Pues…me ayudaría a tratar de ponerle sentido a todas tus frases atropelladas.
- Esta bien Lorenzo, de nuevo te lo voy a contar, pero no me vayas a interrumpir
- Lo prometo
- He decidido que este será mi ultimo año de vida
- Ahh…otra vez con lo del suicidio.
- Bueno nada de interrupciones
- Lo estoy intentando.
- He decidido que no quiero llegar a los 30 años, sin haber terminado una carrera, sin un marido que me quiera, sin hijos, sin sueños cumplidos, con el corazón agonizante y lleno de desilusiones.
- Y no se supone que ya te habías curado de la depresión, que estuviste en un tratamiento con el sicólogo, que buscaste a Dios.
- Si
- Entonces?
- Entonces que?
- Te rindes y ya.
- Ahh, no seas tonto, simplemente estoy haciendo un balance de mi vida y recordando al sicólogo el me preguntó que quería yo de la vida y le dije que ser feliz y ya vez…..no lo logre, pero no te sorprendas, en el fondo ya sabia que seria asi.
- Vamos, calmate, ponte a escribir otra historia de tristezas y se te pasara.
- Como estas seguro?
- Ya lo has hecho antes.
- Jaja, muy chistoso, yo estoy hablando en serio.


Esto es lo ultimo que recuerdo de mi ultima conversación con Cecilia, mi mejor amiga y en secreto mi gran amor, luego al despertarme en el sofá de su apartamento, vi sangre en mis manos y estaba fresca, no entendí que pasaba mi vista se nublo y de repente estaba hablando otra vez con ella.

-Te asuste anoche.
- Un poco Cecilia.
- Pero si tu me conoces bien.
- Si lo se, pero no pierdo la esperanza de que cambies.
- No me pongas cuidado y terminemos la tarea.

Abrí mis ojos y ahora la sangre estaba seca, corrí al baño a mirarme en el espejo, y quede mas perplejo, no era mi rostro el que se reflejaba, era sus ojos, sus grandes ojos cafés que me miraban, pero en las manos tenia sangre al igual que yo, no pude evitar preguntarle.
- Que pasa mi muñeca, estoy enloqueciendo.
- No querido amigo, solo que te cansaste de mi

Y su rostro desapareció y ahí estaba yo, con sangre en mis manos y de golpe lo recordé todo….

Cuando le pregunte que si hablaba enserio, ella corrió a la cocina y tomo un cuchillo y se corto el cuello, yo solo atine a acercarme y tratar de cerrar la herida con mis manos, pero todo fue en vano, eso en verdad fue lo que paso señor Juez.

- Claro señor Lorenzo, ahora expliquenos, donde esta el cuerpo.
No lo se señor Juez, cuando desperte estaba de nuevo habando con ella.