Era un día especial en el que los tenaces rayos del sol iluminaban a todas las criaturas vivientes en la tierra. Uno de ellos se alejó de sus compañeros y entró fugazmente por la fina rendija de la ventana del hospital, donde había nacido la pequeña Elena. Todo el Universo se paralizó en ese instante para contemplar la belleza de la recién nacida.
Su carita era rosada cual tierna flor de gentil primavera. En su piel suave como la seda se podía apreciar un brillo nunca antes visto. Tanto su pelo de color dorado así como los azules ojos que reflejaban la inmensidad del cielo resplandecían ante la mirada de sus familiares.
Había nacido en un pueblecito llamado “Corazón Púrpura”.En el pueblo existían diferentes grupos de personas. Se podían encontrar los “floreros”.Ellos todos los días iban a recolectar flores olorosas y muy hermosas al bosque y luego las vendían a un centavo cada una, para fiestas, bodas y cumpleaños .En este pueblo también vivían los “populares”. Eran espectaculares músicos. Su música imitaba desde el sonido del viento hasta el latir de un corazón. Además en el bosque, en las afueras del pueblo vivían unos seres raros, introvertidos y con malos sentimientos .Todos los llamaban los “malandrines “, porque se encargaban de hacer sufrir con malas acciones al resto de las personas del pueblo.
La pequeña Elena ya había cumplido cinco años .Su padre era “florero” y su madre “popular”.Se habían conocido en un bonito día de primavera. Elena vivía tan feliz con sus padres, que los vecinos tomaron la decisión de nombrar a la casa “Sonriente “.Su padre José le enseñaba a la niña el arte de combinar el color y las formas de las flores para hacer preciosos ramos .La madre: Verónica incitaba a la niña a cantar hermosas canciones.
Así se criaba Elena, feliz con su familia en un pueblo especial. Dentro de poco la vida de la niña daría un giro fatídico.
Era 21 de febrero y todos los años se celebraba en el pueblo el Festival de los mangos dulces”.En este festival los “floristas “y los “populares” hacían competencias entre sí para saber quien era el mejor de cada uno de ellos. Cada año los padres de Elena resultaban los principales galardonados en sus categorías.
Como todos los años, la niña fue con ellos a la actividad y la verdad que se divirtió mucho. Pero entre tanta distracción y alegría los padres perdieron de vista a la pequeña Elena.
Los “malandrines” envidiosos” y con malas ideas siempre miraban escondidos desde la inmensidad del bosque el festival. Maldito fue el momento en el que la pequeña niña entre tanto alboroto corre tras su pequeña mascota canina llamada “Wati “que alborotando a pequeños ladridos por un olor a carne que provenía del territorio de los “malandrines”.Entonces al “Wati” entrar en la inmensidad del bosque , llega a la tierra de los maliciosos seres y tras ella la niña .
Desde ese día Elena pasó de una vida llena de amor y felicidad a un total infierno. Los malandrines siempre habían deseado capturar bárbaramente a algún habitante del pueblo, pero no lo habían logrado hasta ese día.
Los “malandrines “le cortaron muy corto el largo y rubio cabellote Elena. Además su cara blanca y suave la deterioraron con agua podrida del pantano. Además le pusieron un grillete con una cadena en el pie con el cual podía caminar un tramo pero jamás salir del bosque.
Estos odiosos seres físicamente eran pequeños, de color negro y lampiños, semejando hienas, pero más feas. Desde hacía medio siglo habían sido expulsados del pueblo por haber echado veneno a las flores y romper partituras de una hermosa canción.
Ellos tomaron a la pequeña como un valioso trofeo de venganza. La obligaban a diariamente a extraer del pantano alrededor del cual vivían renacuajos. Con estos se alimentaban los desquiciados seres. Además la pequeña tenía que arrancar las flores silvestres que crecían ahí y batirlas, hasta que se hiciera un líquido heterogéneo. Este líquido los malandrines lo utilizaban para que al ingerirlo sus corazones no tuvieran sentimientos .Día a día Elena ere vigilada por “Puercaz”, el jefe de la secta .Si acaso la niña cansada de agotamiento se distraía o dormía del cansancio, este ser sin ningún remordimiento lanzaba latigazos hacia su cuello.
Desde la desaparición de Elena en el pueblo nunca más habían sido felices. Ni sus padres ni el resto de los pobladores olvidaban la sonrisa amable de Elena y su cara desbordando alegría .Se habían cansado de buscarla .No la habían encontrado por falta de tesón, sino porque los “malandrines” todos los días cambiaban su ubicación en el bosque.
Ya habían pasado siete años desde el secuestro de Elena .Ella seguía viviendo como una esclava, realizando tareas inescrupulosas contra su voluntad y siendo azotada. Entonces el jefe de los malandrines había decidido que era hora de casar a la muchacha con su hijo “chanchón”.Le decían así porque era rechoncho y mugriento. Elena ya estaba adaptada a esa vida , no le quedaba más remedio que esperar una señal del destino que le dijera que a su vida volvería la felicidad.
Desde hacía meses había llegado al pueblo “Corazón Púrpura” el sobrino de un “florero “que desde pequeño había sido criado en otro pueblo .Al conocer la historia de la muchacha se quedó atónito .Tuvo la idea de comenzar de nuevo la búsqueda de Elena y así le dio nuevas esperanzas a los padres de Elena de encontrarla.
Había llegado el día de la forzada boda de Elena con “Chanchón”.La muchacha se encontraba atemorizada de seguir viviendo en un infierno que sería aún más cruel si se llegaba a efectuar la boda.
Ya todos los malandrines se encontraban reunidos .Habían quitado el grillete a Elena especialmente para la ocasión. Chanchón gruñía de felicidad al saber que dentro de pocos minutos sería el esposo de tan hermosa criatura.
Por suerte para Elena su búsqueda la habían retomado hacía ya dos días y el muchacho: Alejandro ya tenía localizado el lugar donde residían lo0s malandrines.
Justamente en el instante que había comenzado la ceremonia llegan al sitio. Los padres de Elena van enseguida al socorro de la muchacha llorando de felicidad por haber encontrado a su hija .Mientras, los hombres del pueblo encerraron en jaulas que llevaron a todos los “malandrines “.y los arrojaron al fondo del pantano, para que no realizaran jamás sus crueldades.
Mientras tanto Elena volvió feliz a su pueblo. Ahí todo volvió a la normalidad desde que llegó nuevamente la joven. Se comenzaron a realizar nuevamente los “Festivales del Mango Dulce”.
Años más tarde cuando Elena ya era una mujer en un día de un eclipse de luna donde solo se podía observar el sol se casó Elena con Alejandro, el responsable de que ella recuperara la felicidad y el que la haría feliz por el resto de su vida. Ese día los rayos del sol brillaron con tanta intensidad que secaron para siempre el horrible pantano que se encontraba en la inmensidad del bosque.