Andrew Stefens y Karl Lift están en el golfo pérsico a bordo de una lancha patrullera. El mar reverbera y hace 50,9 grados centígrados y la sed los tiene cercados. Andrew va en busca de agua helada y encuentra que se ha acabado. Como es de reglamento reportan su posición para regresar a la base. Surgen los recuerdos. _ Estábamos en entrenamiento en el Caribe y enseguida de la base un campesino ha poseía un cultivo industrial de sandias_ relata Andrew. Los infantes le coquetean a las sandias y deciden saquear parte del cultivo. El campesino no se queja pero toma medidas. A la semana los infantes repiten la hazaña y aparecen 120 infantes muertos y, entre ellos, un almirante. La marina abre una investigación y encuentra Furadan inyectado en las sandías. Guardan silencio. No se puede poner brava mi vecina porque se robó mi gallina, dijeron en el consejo nacional de seguridad.