Aún estás en los recuerdos apretados
en los labios corroídos por la afonía
por la palidez, la anemia de tu presencia.
Llegas en estos segundos que estacan el tiempo
vives aún en esta noche que sobrevivo
en estos ojos fríos de marea pesada
en estas manos sin memoria de tu cuerpo
en este recuerdo que vuelve a matarme
sin contemplación, que me roba la amnesia
que me roba la fortaleza, después el desgano.
Vives en este recuerdo que vuelve a matar mi cuerpo
que lo deja a un costado de la cama, vacío.
Cada tanto vuelves, te apareces sobre el silencio
cuando juro otra vez, que ya no te quiero.