¿Y tú, qué pides?

Enero y febrero siempre los engullo rápido, antes del tiempo previsto, ya que son simple monotonía. Marzo viene a ser un poco más azucarado, pasa lo mismo con abril y mayo. Extraigo su deleitoso jugo suavemente, sin prisa, saboreando pausadamente cada momento, hasta sentir en total plenitud el aroma de la primavera.

Al llegar a junio, y los meses restantes que representan el verano, no puedo evitar ponerme nostálgico, pero no porque hayan sido malos tiempos, sino todo lo contrario. Esos momentos hasta el amanecer, abrigados por la noche cual sabana, ya sea en una cala de Palafrugell con una mujer, un amigo o un guiri que acabas de conocer o ya sea en tu propia terraza con una cerveza discutiendo anécdotas de tiempos pasados con tus seres queridos. No puedo evitar pensar que será de aquellas personas que conocí, con los que tan buenos momentos pasé, y las cuales jamás volveré a ver. Y bueno, simplemente octubre y noviembre transitan por mi boca mientras pienso en la vida que habrá llevado cada una de esas personas. Si habrán sido capaces de cumplir los sueños que tuvimos una vez de jóvenes, y habrán conseguido ser al fin y al cabo, y de eso es de lo que se trata…, felices.

Como siempre a finales de año a uno inevitablemente le hacen la característica pregunta de,
-“¿Y tú, que deseos tienes para el año que viene?” –

Pues como bien dice una encantadora canción,

Tú Eres El Sol En Mi Cara
Cuando Me Levanta
Yo Soy La Vida Que Ya Tengo
Tú Eres La Vida Que Me Falta
Así Que Agarra Tu Maleta
El Bulto, Los Motetes
El Equipaje, Tu Valija
La Mochila Con Todos Tus Juguetes

Y!, Dame La Mano
Y Vamos A Darle La Vuelta Al Mundo
Darle La Vuelta Al Mundo
Darle La Vuelta Al Mundo

La verdad este ha sido siempre mi sueño, y es verdad que los sueños sueños son, pero no por eso voy a dejar de intentarlo.

¡Ah cierto, se me olvidaba! Aún me queda diciembre. Bueno… Para cuando llego a diciembre tengo tal aglomeración de uvas en mi boca que no tengo tiempo ni de pensar, sentir o saborear nada, más bien en ese momento lo que procuro es el no atragantarme e irme al otro barrio.