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Se sentó en una silla metálica de la delegación policial del centro de la ciudad, su aspecto parecía la de un vagabundo y pordiosero, vestía una gabacha color negro, pantalones y camisa color negro, el pelo largo y despeinado, botas de hule color negro, al parecer el color negro era su preferido, el cigarro que tenía en la mano izquierda estaba por dar los últimos suspiros, lo apago en el suelo y lo pisoteo con la bota derecha; lo interrogaban dos policías investigadores de hurto y robo, el primero entro y lo cuestiono:
-¿así que vos sos el ladrón de las tapaderas?
-yo no he robado nada-le respondió.
-¿a qué banda perteneces y a donde vendes las tapas?-le insistió.
-ya le dije que no pertenezco a una banda y no he robado nada-dijo un poco molesto.
El policía se levantó y lo dejo solo por un momento, pero al retirarse le dijo:”lo vamos a averiguar y te metemos al hoyo”, el segundo policía entro y un poco más tranquilo que el anterior le dijo:
-no te hagas el suizo, porque no nos decís la verdad y terminamos con esto-
-no tengo nada que decirles-le dijo.
-ya sabemos que vos sos el ladrón de las alcantarillas, porque no cantas donde las tenes escondidas, ¿dame una dirección para ir a buscarlas?-le pregunto el policía.
-yo vivo en las alcantarillas-le mencionó.
-como vas a vivir en las alcantarillas, es imposible-le insistió.
-miren ahí es donde vivo, solo una cosa les voy a decir: estamos en invierno, me van a necesitar-les dijo en un tono de voz amenazante.
Entro a la habitación el compañero del policía y le menciono que el ladrón de las alcantarillas no tenía antecedentes penales, en la base de datos no aparecía ninguna dirección donde buscar. Lo vieron de pies a cabeza, se cruzaron una mirada entre si y uno de ellos menciono:”así que vivís en las alcantarillas, ¿desde cuándo vivís ahí?”
-desde que tengo memoria-les respondió.
-¿y las tapas que las haces?-le pregunto un policía.
-para salir de las alcantarillas tengo que quitar la tapa y para entrar la vuelvo a poner, el problema es que cuando regreso ya la tapa alguien más se las ha llevado-le dijo.
Un sonido fuerte y ensordecedor se oyó a lo lejos, unas luces relampagueantes anunciaban la tormenta, de presto un sonido de goteo se oyó por todo el techo, poco a poco el sonido se volvió fuerte, la tormenta había hecho presencia en toda la ciudad, al parecer duraría toda la noche. Los dos policías vieron al ladrón de las alcantarillas un poco inquieto y molesto, este al verlos les dijo:”será mejor que me dejen libre o el agua lluvia no tendrá por donde salir”.
Colocaron al ladrón de las alcantarillas en un celda, los dos policías le hacían guardia, para no aburrirse encendieron una televisión, en los noticieros anunciaban que una fuerte tormenta estaba cayendo en toda la ciudad, alertaban a las personas a no salir de las casas mientras esta durara, durante el transcurso de la noche el noticiero de la televisión anunció que muchas arterias y calles de la ciudad estaban abnegadas e inundadas por la fuerte lluvia; los dos policías voltearon a ver al ladrón de las alcantarillas y este hizo un ademan con las manos, les dijo:”yo se los dije, que era mejor que me soltaran”.
Un policía se acerco y le dijo:”así que vives en las alcantarillas, y ¿cómo haces para sobrevivir todos los días, ahí?”
El ladrón de las alcantarillas le dijo:”mire vivo de lo que encuentro ahí, latas de aluminio, botes de plástico, bolsas plásticas una que otra moneda, vivo del desperdicio que nadie quiere en la superficie de la ciudad, así me gano la vida, yo no robo las tapas porque sé que es en contra de la ley, pero para salir la quito y cuando regreso ya no están, que puedo hacer yo, nada”.
El policía lo cuestionó diciéndole:”¿y porque no te salís de ahí y vivís en la superficie?
-no creo que me acostumbre, con todo este bullicio, algarabía, robos, delincuencia, carros, buses, microbuses, gritos, heridos, asesinados, extorsiones, muertes por doquier y el estrés, aparte de que toda la suciedad la tiran en la calle y va dar a las alcantarillas, para que quiero ser como uno de ustedes así de sucio, estresado y violento, no gracias; estoy más tranquilo allá abajo, ahí es donde pertenezco-
-no podes buscar un trabajo más decente y mantenerte de ese trabajo-le dijo un policía.
-para eso recojo las latas de aluminio, los botes de plástico, las bolsas plásticas, los botes de vidrio, luego las vendo de eso me mantengo, hay la voy pasando día tras día quitando la suciedad que los de la superficie botan y ya no les sirve-le dijo.
“las alcantarillas son como las arterias de la ciudad, por ahí respira también ella, de lo contrario se ahogaria y se manifestará en mas delincuencia, violencia y frustración.”-les mencionó el ladrón.
Los dos policías se observaron entre si y uno de ellos se puso el dedo índice en la sien haciendo la señal de que el ladrón de las alcantarillas estaba chiflado, bueno le dijo uno de ellos, será mejor que descansemos ya mañana será otro día, el ladrón los interrumpió diciéndoles:”mejor me liberan ahora o la ciudad se ahogara”.
Al siguiente día la lluvia fuerte no cesaba, en los noticieros de la radio y televisión anunciaban que una depresión tropical incrementaría las lluvias durante 48 horas mas, que se había declarado alerta amarilla para que la población se mantuviera alerta a cualquier eventualidad o evacuación que se realizaría. Los dos policías salieron a tomar un poco de aire fresco observaron que la calle de enfrente de la delegación policial se estaba llenando de agua, poco a poco el nivel de la misma se elevaba muy rápido, ambos le dieron parte a su jefe, este salió a observar y dijo:”nos vamos a inundar”, prepárense para evacuar, este les dio órdenes a los dos policías que prepararan el traslado de los reos a otra delegación, cuando le preguntaron por el ladrón de las alcantarillas les dijo:”si no tienen pruebas contra él y no tiene antecedentes, déjenlo libre”.
Los dos policías se acercaron a la celda donde estaba el ladrón de las alcantarillas, uno de ellos le dijo:”tenes suerte, la lluvia te ha ayudado, te vamos a sacar de ahí para que te vayas”. El ladrón se puso su gabacha color negro y se levantó de la cama para salir de la celda, los policías lo acompañaron a la salida de la delegación policial cuando estaban en la puerta uno de ellos le dijo:”estas libre, ándate”.
El ladrón de las alcantarillas les dijo:”no me han dejado libre así porque si, véanlo de este modo, soy un mal necesario para la ciudad, ustedes me necesitan, la ciudad me necesita para respirar también”.
Después de cuatro horas de haber liberado al ladrón de las alcantarillas los dos policías se habían quedado haciendo guardia ese noche también, observaron los noticieros en la televisión y estos anunciaban que el nivel de intensidad de la lluvia bajaría considerablemente, vieron en la noticias que las calles ya no presentaban signos de estar abnegadas e inundadas, los dos policías se extrañaron y uno de ellos dijo:”pueda que sea verdad lo que nos dijo, es un mal necesario para la ciudad”, el otro policía le respondió:”no será que el mal somos nosotros los que vivimos acá en la superficie de la ciudad”.

Texto agregado el 19-11-2012, y leído por 236 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
20-11-2012 Muy bueno y aleccionador. Además bien escrito. elpinero
20-11-2012 Me gustó, crear conciencia también es un mal necesario Carmen-Valdes
19-11-2012 muy entretenido. elisatab
 
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