TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / bam / Crónicas de mi muerte

[C:506783]


Llevaba horas caminando sobre un callejón desconocido, el día era oscura, las nubes se abarrotaban alrededor del sol, que no le permitían brillar, pronto mi mirada alcanzaba la cúpula de una hermosa iglesia que se asomaba sobre el tejado, cada que avanzaba la hermosa estructura se hacía notar aún más.

Justo sobre la torre más alta que conformaba la cúpula, sobresalía una hermosa cruz, que se tornaba hermoso al mezclarse con la naturaleza que se dejaba ver a unos cuantos kilómetros de aquel lugar.

En un momento menos esperado algo distrajo mi mirada, eran dos perros negros que se encontraban justo en mi camino, muy entretenidos peleando por un pedazo de carne. Se percataron de mi presencia y cada que daba un paso hacia adelante dejaban salir un gruñido terrible, miré fijamente a los dos animales y pude darme cuenta que el que tenia la mayor porción de carne le sangraba la cara.

Insistí por un buen rato para que me permitieran pasar, pero al parecer no les gustaba la idea, al momento que estuve justo frente de aquellos perros, un miedo terrible invadió mi cuerpo, pues la carne por la cual se peleaban eran restos de un recién nacido, abandonado sobre la banqueta, quise gritar en ese momento para ahuyentarlos pero no pude gritar, miré por todos lados buscando un alma que me pudiera socarrar pero para mí fortuna no apareció nadie.

Cuando las campanas de la iglesia se hicieron sonar, mi miedo aumentó aun mas, sentí como mi corazón se paralizaba, el toque de la campana logró que los perros se alejaran un poco de aquel bulto que tenían como banquete, el perro que había visto sangrarle la cara miró hacia donde yo me encontraba, tenía el hocico lleno de sangre, sus colmillos eran enormes que podrían destrozar a cualquiera, lo que más me llamó la atención fue que el perro le faltaba un ojo, por lo que no dejaba de sangrarle, mientras le buscaba la explicación a dicho descubrimiento olvidé por completo cuidarme del otro.
Justo al voltear la mirada, el segundo perro se encontraba en mi espalda, quise correr pero él se abalanzó sobre mí, la campana sonó por segunda vez, mi respiración se hizo más fuerte, cuando sentí que por fin el perro me tenía en sus garras la tercera campanada me transportó a otro plano.

Estiré mi mano y miré la hora eran las 2:45 de la mañana, yo estaba sudando frio, sentía que mi cabeza estallaría, mi corazón no dejaba de latir fuerte, me levanté por un vaso de agua, afortunadamente todo había sido un mal sueño. Por la ventana la luz de la casa vecina destellaba mi mirada, los perros ladraban y a lo lejos podía escuchar el ruido de los autos que ya transitaban sobre la avenida.
Por un buen rato no pude conciliar el sueño, siempre que cerraba los ojos los dos perros se hacían presentes, escuchaba el llanto del bebé o bien las campanadas de la iglesia, así que tome la biblia y me puse a leer un poco tratando de remediar la situación. Mientras terminaba de leer el versículo cuatro de salmos 23, sin darme cuenta me quedé profundamente dormido.

Texto agregado el 23-09-2012, y leído por 142 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
23-09-2012 Que pesadilla, tan espantosa. siemprearena
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]