Nocturno 10. Hermanos

Este jardín respira como labios en susurros
vocecitas calladas que me traspasan
y me muestran los secretos de esta noche,
hablan las ramas con sus hojas, las raíces con la tierra,
el ciprés con la oscuridad que lo mece
la brisa con el cielo
mientras le abro los ojos a la luna y al vaho de sus palabras,
ahora, que las estrellas derraman aún tristes canciones
me pregunto ¿Habrá luz de la mañana?

Es puro misterio lo estelar, el azabache tintineante
vosotras, las lejanas, no sabéis que os miro
pues ni siquiera reparáis en mi insignificancia
¿O acaso lo intuís? y por eso lucís bellas y distantes.

Es un amor extraño, el que os tengo
ardientes faros de otras orillas
carne amando polvo de luz, en infinita lejanía
¿dónde me trajiste Ítaca? *
que sea largo el camino, largo y expectante
como de tu luz a mis ojos
quizás cuando llegues a mi casa,
la de los latidos y la curiosidad, habrás muerto
extinta, envuelta en muerte cósmica
enterrada en un ataúd sin luz y sin escapatoria
engullendo mundos y esperanzas.

Materia tú, materia yo, hermanos y eternos
polvo de dioses, trazas de divinidad.


(*) Ítaca es un poema de Constantinos Kavafis

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Antonio © M. ( T i T o. M.)
17/Septiembre/2012
Nómada