Poética Del Arte

Cuando uno tiende a no decir nada, el silencio lo dice todo.
El arte nos llega a convencer de ello en su inmutabilidad por su
aislamiento contemplativo. Imagine ser tú o ser primitivo o incluso ser yo mismo para quedarme callado viendo pasar la vida en su menguante, para cuestionar el pasado y el futuro sin querer saber nada del presente. El poeta espera a alguien que quizás nunca llegue. ¿Donde la gente es un mundo aparte y no encuentra el momento de actuar, pensar y decir?. El arte es el espejo de espejismos de sus semejantes y su mirada interrogante. En este momento no se sabe si ser poeta es un sueño encofrado y las ansias lo convierten en un ser apasionado de disparates. No quiere volver a nacer, quiere retornar y tomar otro camino con conciencia. Un dibujo, una letra perdida, una danza bajo la lluvia como ritual matutino, un grito y después silencio. ¿Quién dice que el arte no es poesía? ¿Qué la imagen no es poesía? ¿Qué el mundo no es poesía? Pues la poesía se percata que mileno tras milenio la vida del universo cambie pero el poeta nunca cambia, aunque le sofoca la rutina. “y entre el espacio que hay en levantarme para ser de nuevo el mismo del día anterior con un día más” pero el poeta es el mismo.. En el acto íntimo el éxtasis hace que se anule el transcurso del tiempo. “para ti, para mí, para el mundo el arte puede ser
una mano, un pedazo de tiempo, para el arte los días parecen semejantes mientras que las noches tienen sus enigmas.