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Estoy cansado de vivir en el campo. Fui un necio al permitir que mi hermana y su marido el loquero se vengan a vivir a la casa del pueblo. Es una linda y acogedora casa, cerca de la estación de trenes y cerca del Club, y cerca de todos mis amigos. Y yo como un estúpido, en un momento depresivo me vine a vivir a la vieja y derruida quinta, a cinco Km., del pueblo, creyendo que allí iba a encontrar la paz, que me brindaría la sombra de mis padres, paseando por los corredores en las noches de luna.
Me parece ver a papá sentado en la vieja mecedora que fue de los abuelos de él, fumando su pipa, mientras un chiquillo desgarbado (yo) le leía el periódico.

Han pasado muchos años y mi hermana se casó
“grande” como decimos por acá, por no decir que
era una solterona. Ahora, aunque grande, es feliz.
El caso mío es diferente. Me casé a los 18 años, me
separé a los 20, me volví a casar en otro país a los
22, enviudé a los 24 y así sucesivamente.

Ahora no sé si estoy separado o no. Vivo una
situación, un tanto compleja, y que desde afuera es
incomprensible y a veces desde adentro también.

Por ahora estoy viviendo sólo en la quinta y me
acompaña doña Sofía que viene casi todos los días,
creo, y que se hace llamar pomposamente mi ama de llaves. Jajá, me da hasta vergüenza, cuando atiende el teléfono y exclama:

— ¡Residencia Castillo!

Pobre vieja, parece no ver las ventanas sin vidrios,
las puertas atascadas porque se han hinchado con la humedad, los techos con sus pizarras rotas y las
goteras que ella ubica perfectamente cuando llueve,
porque apenas se insinúan las primeras gotas, corre
con varios diferentes tarros, ollas, cacerolas viejas y los ubica donde va a caer el agua que se cuela por los techos.
Esta adorable viejita, tiene una gran familia, todos
viven acá en Pilar, pero ella no puede estar un día sin venir. Dice, cuando le exijo que se tome vacaciones o unos días para estar con los suyos, que no me puede dejar solo, porque se lo prometió a mi madre. Las veces que me he ido, algunas durante años, ella ha seguido fiel a nuestra familia y no abandona la casa.
Ahora se ha venido a la quinta y le hace bien estar
acá. Se afana podando los frutales, regando su
pequeña huerta y allá en el fondo, tiene gallinas y en una enorme jaula, donde papá criaba sus pájaros, sus canarios, loritos y otros bichos, ella tiene varios conejos o liebres no sé bien, pero que son muy sabrosos, como los prepara ella.

Creí que iba a ser feliz acá, pero esto en la noche, es tan solitario, tan silencioso, tan oscuro que me llena de tinieblas el alma.

Hoy mismo iré y le diré a mi hermana que me iré al
pueblo. Que me deje la habitación mía, que tiene
baño, y que no los molestaré para nada. Sé que me
comprenderá…


Ya estoy viviendo en mi casa. Claro que un poco
restringido, porque no me puedo traer de la quinta
mis libros, ni mis colecciones de estampillas ni la de
juguetes de lata.
Mi habitación me parece más pequeña, porque
mi hermana me cambió la cama. Me compró una
cama grande, de dos plazas, enorme.

—Es por si enganchás a una gordita, esta vez.
Las flaquitas solo te traen problemas. No hay
como una gorda para hacer feliz a un hombre.

Me callé la boca porque mi hermanita siempre
me anda pinchando, acusándome de cualquier
cosa que me pase. Siempre yo seré el culpable.
Me abandona una mina por otro y me acusa de
no atenderla bien. Si se quedaba mucho tiempo,
era mi culpa que la trataba demasiado bien.
Siempre se llevó mal con Erika, mi novia eterna.
Que era muy bonita y yo no la merecía. O que
pronto me iba a abandonar por un hombre que
se comiera lo que ella cocinaba.
De la cocina de Erika nunca me quejé, porque muy poco comí de lo que preparaba, pero de los postres, ¡Mamita! ¡Que cosas ricas preparaba! Como buena hija de alemanes sabía hacer los mejores kuchen, los más ricos strudels, etc.

En las kermeses del Club, la gente se peleaba
por comprar sus exquisiteces.

Y pensar que por un chiste de mal gusto que le
hice, me largó. Se rió, pero cuando vio que todos
habían escuchado mi grosería, me tiró la bandeja
de “Calzones rotos” por la cabeza. Para peor, el
azúcar flor para espolvorear, de la que estaban
cubiertos los dichosos calzones, me cayó en los
ojos y me hizo lagrimear como un hijo de puta.

Por suerte, el hermanito de ella vio todo lo
ocurrido y no me golpeó mucho.
Claro mi hermana me culpó a mí. Como siempre.

Bueno, ya estoy aquí. También hay paz, claro
que no mucha. Ya mi hermanita tuvo la primera
pelea con doña Sofía, ya que ésta pretende
atenderme sólo a mí. Y mi hermana quiere que
colabore con la empleada de ella.
Doña Sofía le gritó que el que le pagaba era yo y
a mi hermana le agarró un ataque de risa tal, que
no la podíamos calmar.

Le tuve que confesar a doña Sofía que la que me
daba la plata para ella era mi hermana y aquí fue
que se enfureció mi ama de llaves, porque le
estoy debiendo tres meses y mi hermana le
aclaró que ya me había dado la plata y
puntualmente.
Me tuve que enojar y encerrarme en mi pieza
dando un terrible portazo.

Ya pasaron como tres horas de esto y nadie ha
venido a pedirme disculpas o a traerme una taza
de té, porque ya es la hora del té. Mi hermana y
yo estamos acostumbrados al “five tea o·clock”
a las 5 en punto de la tarde. Pero no me traen
nada.
Salgo calladamente al pasillo y me acerco al
comedor. Están doña Sofía y mi hermana
tomando el té con scones, a los que les ponen
mermelada, de duraznos creo. Se me hace agua
la boca y toso un poco para que se den cuenta
de mi presencia, pero es como si oyeran llover.

Paso junto a ellas y les digo que me voy al Club
para anotarme en algún curso de gimnasia, porque me noto muy gordo.

— ¡Sí, Edgardo! Estás gordo como chancho con
paperas — me dice mi hermana.

Cuando me llama Edgardo, es que no me ha
perdonado todavía. Doña Sofía me esquiva la
mirada. Creo que tampoco.
Soy un incomprendido!!!

Texto agregado el 22-01-2012, y leído por 336 visitantes. (6 votos)


Lectores Opinan
25-01-2012 Otra de tus interesantes y agradables historias, con que nos deleitas.******Un beso Ma.Rosa. almalen2005
23-01-2012 ¡Qué buen cuento! Se lee con placer y suavidad. Le felicito. YATAGAN
23-01-2012 Que bueno! Una nueva historia para entreternos, ya me hiciste reir con tu buen humor, siempre interesantes y risueños tus escritos, además de los detalles que estan muy bien.****** silvimar-
22-01-2012 y comenzamos nuevamente a disfrutar, gracias zumm******** shosha
22-01-2012 Bien por la nueva historia!!! Te invito a la nota de mi página. Besotes y estrellas!!! MujerDiosa
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