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He perdido la inspiración

Carola, por esa época andaba con ella, era estudiante de psicología, de no ser así no se hubiera enredado con un tipo tan conflictivo por no llamarlo loco, pero al final estudiaba para entenderse ella misma, ella era libre, el hecho de salir conmigo no le implicaba no tener una aventura sexual de vez en cuando.
Iba a salir con este fulano pero cuando salían el fulano se encontró con otro fulano que le mostró la bolsa con droga, le enseñó lo que tenía para esa noche.
Entonces el fulano se dirigió a Carola y le dijo que no podía mantener su cita porque el otro fulano le había enseñado los genitales y tenía que ir a follarse al otro fulano. Así que como siempre la perra de Carola se dirigió a mí. Yo estaba en mi casa, y Carola se sentó y me dijo:
-Este loco iba a llevarme a un café, íbamos a beber algo de tequila y a hablar, sólo beber tequila y hablar, nada más, pero en el camino se encontró con otro fulano que le mostró la bolsa con droga, le enseñó lo que tenía para esa noche.
Entonces el fulano me dijo que no podía mantener su cita porque el otro fulano le había enseñado los genitales y tenía que ir a follarse al otro fulano, así que me quedé sin mesa, sin tequila y sin charla. – a ella le gustaba el tequila, follar, drogarse y hablar, creo que drogarse más que todo-
-No puedo escribir nada –le dije-. He perdido la inspiración.

Me fui a tomarme un trago de Vodka para poderme estabilizar, solo trabajaba, bebía y salía a conducir mi auto ebrio, era todo lo que hacia, en medio de todo escribía y nada más...

-Ocurre simplemente que un hombre no puede trabajar frente a un computador haciendo programas ocho horas al día y luego poder escribir. Ni siquiera puede escribir todos los días y embriagarse al mismo tiempo. Agota su mente, es una desesperación. Ahora no puedo hacer otra cosa que esperar, trabajar, embriagarme y que la inspiración llegue.

-Soy el escritor más grande del mundo -dije-. ¿Sabes lo difícil que resulta?
-no -contestó.-
-Puedo sentir cómo el dolor se arrastra por todo mi ser. Soy el escritor más grande del mundo pero solo yo me lo creo.
Escucha -pregunté-. ¿Dónde te conocí?
-En latinosfera era un bar, andabas ebrio y me invitaste a tomar vodka en tu carro.
-Bueno, eso lo explica un poco. Tómate una cerveza.
-Ya -dijo Carola-, ya sé. Necesitas estar solo.
Excepto cuando necesitas algo, excepto cuando cortamos de una vez y entonces te sientes perdido te pones a llamar por teléfono diciéndome que me necesitas, que te estás muriendo de la resaca. Eres débil y te rindes fácil.
Siempre que quiero estar contigo dices no, me cuentas un cuento y me dejas ahí, muriéndome de pasión y deseo.
- Debe ser que temo que me contagies de Sida; con lo perra que eres.
- vete al demonio, necesitas inspirarte, necesitas tu soledad, pues bien quédate con ella.
Ella era hermosa, era como un espíritu embutido en una forma incapaz de contenerlo que de vez en cuando se escapa, no era amor, no era pasión, no era locura, simplemente que cuando se drogaba era la única que le gustaba lo que yo escribía.
-Estoy esperando. –le dije- Alguna gente tarda dos años y a veces la inspiración no vuelve nunca.
Me voy a ir a buscar historias en los cuarteles, o monjas vírgenes en los bares, algo aparecerá.

Tomé mi botella de vodka y me fui…

-Vodka tu y tu maldito vodka. -me dijo.-
-¡Vodka! ¡Vodka! Está presente incluso en tus historias: «En fin, entré a él y Pedí una Botella de Vodka. A mi derecha estaba sentada una rubia castaña, un poquito flaca, me contó luego que andaba metida en cosas de teatro o algo así...» Estás acabado. Te material es limitado, muy limitado. No puedes escribir una buena historia, un buen cuento, ni siquiera puedes escribir una decente historia de amor, pregúntale a tus lectores de Internet…
-Vete al infierno, tu y tu sida, estúpida perra, porque hasta sida debes tener ya. –Le dije-
- Yo puedo escribir un buen cuento ya verás…
Salí a recorrer los bares a buscar una nueva historia, una buena, una muy buena…

Yo estaba sentado en un bar llamado Juan Sebatian Bar. Era alrededor de medianoche y me encontraba en mi habitual estado de confusión. Quiero decir, bueno, ya saben, nada funciona bien: las mujeres, el trabajo, el ocio, el tiempo, los bares... Finalmente sólo puedes ir y sentarte atontado, totalmente noqueado por el vodka, y esperar; como si estuvieses en una parada de autobús aguardando la muerte y esta nunca llegase.
Bueno, pues yo estaba allí sentado con la ansiedad que da el alcohol sentimental y aquí entra una con el pelo largo y moreno, un bello cuerpo y unos tristes grandes ojos marrones, pequeña, senos pequeños, culo pequeño. Yo no dí la vuelta para mirarla, seguí con mi vaso. La ignoré incluso cuando vino y me ofreció un trago… Demonios, Elmer el dueño del bar contrató una nueva mesera… Lorena.

-Ya sé! le escribiré un cuento a Lorena… -Me dije-

Pero nada, que va, solo un pequeño poema salió de mi mente hacia Lorena…

la verdad es que me gusta ser un gusano...
y los gusanos no comen oro ni perlas preciosas...
los gusanos solo comen manzanas podridas,
entonces yo buscaré algo más a la altura de un gusano,
porque Lorena es una piedra preciosa
que no se fijaría nunca en un gusano inepto
que solo quiere comer manzanas podridas.

Dejé entonces de buscar historias en la basura, y la llamé, llamé a Carola, seguiré mejor con mis gusanos podridos, por eso la llamé.
Ella nunca llegó, debió quedarse follando y drogándose con el insulso amigo de turno, al demonio con los perdedores, yo quiero ganar…
Di unas vueltas por la habitación. Miré mi computador, me asomé a la ventana y ví pasar un par de zorras, las novias de mis amigos, las novias de los otros que no son amigos, las novias de mis enemigos y hasta un policia. Empezé a escribir.

«Camila...
Camila Iba a salir con este fulano pero cuando salían el fulano se encontró con otro fulano que le mostró la bolsa con droga, le enseñó lo que tenía para esa noche.
Entonces el fulano se dirigió a Camila y le dijo que no podía mantener su cita porque el otro fulano le había enseñado los genitales y tenía que ir a follarse al otro fulano….»
Tomé mi botella de vodka, publiqué el cuento en Internet. Era agradable volver a escribir de nuevo aunque no sea mío y sea del vodka.

Ahora que lo pienso bien, no se llamaba Carola...

Texto agregado el 17-09-2002, y leído por 671 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
25-09-2002 Mil demonios por exorcisar. Hay una voz dentro tuyo buscando un hueco para hablar. Cerrá tu conciencia y dejá que sea ella la que guie tus dedos en las teclas, fabulosas historias han salido así. marxxiana
 
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