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Es esa la manera en que las cosas se dieron. Raymond, trató al principio de detener cualquier conato de la bronca, pero su propio carácter lo traicionó. Después de todo era algo con lo que solía lidiar. Pensó en las habladurías que se darían entre sus amistades, lo que los vecinos inventarían sobre él o su familia, lo que sus nietos, si algún día los tuviera, viéndolo fijamente a la cara; si inventaría una historia cualquiera sobre cualquier cosa para no explicar su situación. No tendría palabras para encubrirse más que las mismas palabras.

Durante el lapso que duró la caminata de la cantina a su casa, no paró de pensar en las razones que lo llevaron a actuar de esa forma, en los motivos que tuvo para perder la razón en cinco minutos, siete palabras y dos gestos. Pero era eso lo único que quedaba dentro de su cabeza, dos escenas de película en blanco y negro, una escena final, el cintillo de los subtítulos de un karaoke y tal vez los créditos al final que simplificaban un poco el poder juntar las piezas. Era claro que aunque la situación no hubiera estado en sus manos las cosas no habrían cambiado de rumbo ni Raymond habría olvidado todo lo que había olvidado.

También el olor a madera podrida y vieja, a vidrio, a humo de cigarrillo barato le decía algo; las imágenes de algunos rostros estaban aún en sus retinas, tenía la noción primaria de haber visto todo aquello antes, sin embargo sabía que no tenía memoria de cinco minutos atrás. También el humo del aceite en el sartén y el queso derretido sobre la pieza de pan, el envase con el logo de Coca Cola y una mesa adornada para cualquier ocasión. Pero tampoco eso explicaba lo que había sucedido.

Raymond ha querido desde hace mucho explicar ciertas cosas a su mamá, sabe que es muy probable que no haya nada por decir, ella está muerta, papá no quiere saber nada de él. Los nietos, los hijos, la madre, el padre, la esposa, el envase y el queso, todo quedaba en un silencio de significante e imagen. Pero hizo un esfuerzo más, sabía que tendría una reacción, un impulso que evite quedar acostado. Un solo recuerdo de algo que haya sido real bastará para desatar esa reacción en cadena que es la memoria. Por un momento pensó que jamás sabría lo que había sucedido o que en verdad nada había sucedido y él era una cosa rara que no tenía noción ni sentido de algo que estuviera fuera de sus ojos. Raymond sabía que se llamaba Raymond, porque siempre lo supo, esas cosas que se saben sin querer saberlas. Se acercó al espejo y ahí estaba, una vez más, la letanía de descifrar tres rompecabezas y hacerlo uno, completar la idea abstracta que él en verdad era algo o había un recuerdo en su cabeza.

Trató de juntar más de un hecho alterno. Más de un gesto. Más que las palabras que le habían dicho y la bronca que había armado por nada. Son de esas cosas que pasan sin que nadie entienda nada. Mientras el sonido de la estática de la televisión se atrincheró en algún momento en hipotálamo, pero no sucedió nada, sólo se vio golpeando aquella puta contra la pared. Vio como la sangre había corrido en un hilillo rojinegro entre las bebidas y las manchas de lodo. Dos energúmeno atrás de él apretándolo con fuerza y sacándolo a la calle.

En la cama, sentado, con el espejo en su mano; trata de descifrar en qué momento dejó de pensar en qué era y se convirtió en esa imagen que estaba frente a él. Raymond se acostó viendo al techo, como si pudiera encontrar la solución de qué era todo aquel conglomerado de imágenes, sonidos, olores, y que ninguno significara nada.

Cerró los ojos. Golpeó varias veces la pared con sus puños. Golpeó su cabeza contra la pared tratando de descifrar las piezas de aquella pesadilla. Durmió, sabía que al despertar todo comenzaría de nuevo.

Texto agregado el 13-09-2011, y leído por 372 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
30-05-2015 Sat 30 May08:18 madrobyo No tenés puta idea de lo que es trolleo, putita mejicana. PrincipeNegroMx
17-04-2015 ¿qué hago yo aquí, leyendo?¿Me puedes explicar? No, dejémoslo. Le sacaría aquello de sólo se vio, etc, etc. Qué enredo, pero mejor enredo que línea explicativa con sabor a si se salta ésta se jode. Si al final es la desorientación, la angustia, la incapacidad de entender y no lo que pasó, lo que conforma este cuento. Digo yo, por joder, como siempre. Besos, porque se me canta y qué. eride
16-09-2011 Vos y tu madre y tu padre. Me gustaría que dejaras de mencionar al padre y la madre en tus relatos. Si, ya se, no todos lo tienen, pero muchos si y me estorban. Lo demás, como siempre, depresivo hasta el hartazgo. Este además es cíclico, inconcluso, desesperante. Bien hecho. -Carmen-
16-09-2011 Estoy desvelada así que me vine a leerte... Mi gato está junto a mí y le he leído el cuento en voz alta. Se durmió en el segundo párrafo. Buen síntoma. Te faltó el plural de "energúmeno" en el antepenúltimo párrafo. (sigo en el otro twitter) -Carmen-
15-09-2011 Este me gustó cómo lo narraste, la parte final, lo de golpear a la puta, lo habría dejado no tan obvio. Me quedo mejor con lo de cinco minutos, siete palabras y dos gestos... nomegustanlosapodos
 
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