Sobrevenir

¿Faltara el bullicio de afuera?, ahora estaré perdido- se dijo abrigándose la espalda
Al fin era día viernes, podía haber ido a cenar o salir fuera de la ciudad, pero se dispuso a tratar de dormir, cerró los ojos, más bien los apretó rígidamente.
Se bajaba el molesto pantalón con los pies, los calcetines le apretaban, sin embargo no quería quitárselos.
Solamente apaciguaba la furia semanal…
Lloro la semana, la lloro hasta ponerse color grana en el cuello y pecho.
¿Que mas podía suceder?
Nunca es suficiente para los que han sollozado a escondidas en la faena.
Se dispuso a destaparse, abrió la ventana, entro el ruido de la calle como un tifón en pleno otoño.
Las lágrimas se esparcían por sus pómulos ardientes, la nariz asumía como desembocadura de las amarguras.
Las luces de la ciudad desde el sexto piso se apreciaban como árbol navideño, volvió a ilusionarlo.
No era amor, no eran las personas…
Condujo hasta el límite de la ciudad, fumo desenfrenadamente y regresó.
Piropeaba la porquería, mientras veía la calle que lo transfería a su hogar.
Adulaba la ciudad.

…Nota: Versátiles son los gustos que nos mantienen con vida.