Érase que será que fue un bosque encantado. En el cual vivía un caracol, pero no un caracol cualquiera, el era un caracol muy especial, el más rápido del mundo entero. El caracol se llamaba “ Timoteo “, todos al verle pasar le decían… Timoteo que te veo, era muy conocido en el lugar.

El bosque era un lugar maravilloso, lleno de color y luz, en el había un cristalino manantial, que tenia su agua transparente y fresca. Los árboles eran frondosos, llenos de frutos de diversas formas y sabores, la yerba alta y fresca, sus flores aromáticas y de gran belleza; de fondo se oye el trinar de las avecillas y el cantar de un ruiseñor. Allí los animales eran los únicos habitantes y disfrutaban de una paz celestial.

Timoteo todas las mañanas se levantaba muy temprano y a todos que el veía saludaba… ¡ Hola buenos días señor cien pies ! , ¡ Hola señor saltamontes ! , ¡ Hola señora Mariposa ! , siempre tan atento era el caracol. Timoteo era amable y simpático con todos y se hacia querer, le gustaba de alimento la yerba fresca y siempre comía en el bosque. Una mañana desayunando se le ocurrió una idea…
“Nunca salí yo del bosque para comer distinta yerba“, ¿A que sabrá la yerba fuera del bosque?, después de pensarlo no dudo y decididamente se puso en camino, para salir del bosque a la aventura.

Timoteo en una carrera salio del bosque y se adentro en un extenso y verde valle, la yerba cubría todo el valle y llegaba hasta unas montañas en el horizonte, que feliz se sentía al ver tan magnifico valle, en el cual cruzaba un caudaloso río. Empezó a comer de la verde y rica yerba, comió y comió hasta sentirse lleno, se sentía ya muy pesado de tanto comer y decidió descansar haciendo una siesta. Cuando Timoteo despertó se llevo una sorpresa... Ya se había hecho de noche, no tenía ni idea de lo alejado que podía estar de su bosque, solo le acompañaba el sonido de un ruidoso grillo que le despertó; el se asusto al comprender que la noche era muy oscura y sin Luna. Timoteo se puso a llorar, a nadie le dijo que el se iba ausentar del bosque, para venir al valle, nadie sabría adónde buscarle, lloro y lloro desconsolado. De pronto en el manto de la oscuridad un punto de luz en la lejanía, observo Timoteo que este punto de luz , se movía constantemente y que está se aproximaba hacia el o al menos el pensaba en ello; asombrado se pregunto... ¿ Que será esa luz ?

La luz se acerco hasta Timoteo, dejando ver que era una bella y reluciente luciérnaga… ¡ Hola ! dijo sorprendido el caracol, ¡ Hola ! contesto la recién venida luciérnaga, preguntando a la vez ¿ Como te llamas caracol y porque llorabas ? .- Timoteo es mi nombre y lloro porque estoy perdido en medio de está oscuridad… ¿ Como te llamas tu luciérnaga ? .- Yo me llamo “ Lucecita “ .- siendo tan pequeña ¿ Me has escuchado llorar de tan lejos ?, .- Así es, nosotras todo lo oímos, hasta sentimos los pensamientos más profundos.

No te aflijas más caracol, yo te serviré de luz para que pronto encuentres tu camino de regreso y encuentres tu bello bosque encantado, muchas gracias respondió el caracol, a tan noble gesto por parte de Lucecita. La luciérnaga con su potente luz brillante, pronto vio el rastro que dejo a su paso el caracol, siguiendo el rastro hablaban y hablaban, entre ellos nacía lo que a posterior sería una gran amistad.
Un peligro estos dos amigos tenían que salvar sin imaginarlo, en unos momentos se estaban aproximando a una emboscada, Lucecita en conversación con Timoteo puso sus cinco sentidos y no percibió a un sapo que estaba escondido en unos zarzales. Cuando estuvieron los dos próximos al sapo , este salto sobre ellos, Lucecita cayo al suelo aturdida y Timoteo la recogió; la subió a su lomo con su gran rapidez y se dio a la fuga, el sapo con sus grandes saltos les perseguía y cortaba distancias…
Timoteo llamaba sin cesar a Lucecita para que viniera en si y recobrara el sentido, el sapo casi les tenia al alcance... Cuando desperto Lucecita vio el gran peligro y haciendo un esfuerzo brillo más que nunca, dando una potente luz cegadora. La cual dejo inconciente al sapo y pudieron ponerse a salvo, los dos amiguitos contentos estaban ya fuera de peligro.

Estando contento el amigo Timoteo y teniendo tanta visibilidad, con la luz obtenida de su amiga Lucecita le dijo… Agarrate fuerte Lucecita que veras lo rápido que puedo llegar a ser. Nuestro amigo Timoteo vatio su propio record de velocidad, llegando a su bosque encantado en pocos momentos. A la mañana siguiente el agradecido Timoteo, le enseño el bosque a su amiga Lucecita, al verlo quedo ella maravillada de tanta belleza y también de la nobleza de Timoteo. Todos en el bosque recibieron de buen agrado a la heroína, que salvo a su amigo Timoteo, se cuenta aun después de muchas generaciones, que está amistad aun perdura en el bosque encantado; es un ejemplo para las nuevas y futuras generaciones. Espero este cuento haya sido acertado y de vuestro agrado.


Autor; nito69


Cuento dedicado a mis hijos.


Moraleja si por comer te has de ausentar, deja primero dicho adónde vas, el que tiene un amigo tiene un tesoro.
Este cuento tiene varias moralejas, yo puse dos, encuentrales las demás.

nito69... José Antonio Pradas Del Rey. Es del país de España, vive en la provincia de Barcelona, en una ciudad llamada ... Badalona.