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El hábito (IV)

"Hoy tomaré los votos y ni siquiera he tenido un agasajo como Dios manda... Qué mala suerte: el que no me sale maricón, no puede o de plano no le gusto. ¡Ay, Diosito! Yo sé que no es normal lo que te pido, pero ponme un hombre de a deberas en mi camino. De los demás yo me encargo... Fue en lo que estaba pensando el día en que te conocí y, cuando la hermana Leonora me ordenó que te ayudara en la biblioteca, creí que eras la respuesta a mis plegarias. Estabas ahí parado, embebido en tu libro, como a mí me pasaba en las tardes cuando me perdía en la biblioteca, al descubrir al Marqués de Sade y su forma de escribir tan bonito de cosas de mujeres y de la forma de hacer el amor.
"Me asusté y dije: 'Dios mío, sí que respondes rápido a las peticiones'. Me decepcioné un poquito cuando te me resististe ahí mismo, pero ni tarda ni perezosa te di mi dirección de correo electrónico y el número del convento para estar en comunicación, y verdad de Dios que prometí que no te me irías vivo.
"Para mi mala suerte las pocas oportunidades que tuve en mi vida resultaron un fiasco. El único hombre de buen ver que había en el pueblo resultó que no sabía si le gustaban las mujeres; ya cuando estaba desnuda en el arrollo. Y con el viejo Atenógenes, el de la tienda, ya estaba yo 'como agua para chocolate' y resulta que su mugrero no le respondió y me salió con el pretexto de que era por nervios de que su mujer nos cachara... A mí se me hace que ya no le servía. Y luego, al venir aquí y buscar la oportunidad de estar a solas con el padre, que ya es un hombre mayor, me sale con que: 'Aleja de tu mente esos pensamientos, niña'. Estoy yo para sermones... entonces que te veo, guapo, en la mera edad de merecer, delgado con ese misterio de los hombres que saben muchas cosas y me digo: 'Mira nomás lo que me mandó Diosito después de noches y noches aprendiéndome el responsorio para la toma de votos.
"Cuando creí que todo serían rezos y ayunos, que te apareces y te encuentro ahí parado, serio, como si hubieras encontrado a tu princesa en ese libro, y me cuentas la historia... Pos dije: 'Está medio loco', pero no 'liace', yo lo compongo. Algún defecto debería de tener. Y 'aluego' que te veo en la ceremonia, ahí como conejito asustado... Me dije: 'Uy, pos aquí está este papacito', y 'aluego' que te veo conectado en la computadora y que me dices que estás re cerca...
"Me dije: 'Ora es cuando. No soy tan sinvergüenza como pa' salir a buscar hombres, pero lo he pensado. Eso de no tener quien me quiera como que no se me da.
"Cuando a mi apá se le metió la puntada, quesque monja, yo me dije: 'Pos cómo, si las monjas no tienen hombre... pero pos ya cuando me dijo que comen tres veces al día, que no les falta ropa ni zapatos, pos como que no me pareció tan mal, y 'aluego' la madre me agarró voluntad porque soy obediente.
"Que 'hija, ve a lavar los peltres'. Y pos ahí voy y sin rezongar como siempre. Que 'hija, las camas...' Ahí voy. Que 'hija, a barrer...' Pos sin chistar y hasta los baños y pos ella se figuró que era una especie de santidad, porque un día me comparó con no sé qué santa. Yo no sé de muchas cosas désas, pero a lo que sí le agarré rápido fue a lo de la computadora, porque una de las hermanas me dijo que podía hablar con personas de otros lados del país y del mundo y dije, pos en una de ésas encuentro a un hombre que me saque de aquí y me lleve con él y también me dé comida tres veces al día y todo el amor que yo necesito y quiero.
"Sentí re feo que tú no quisieras estar conmigo en la intimidad. Aunque sea muy aventada, pos todavía no se dé hombre, y me dejaste venir enterita como llegué a tu cuarto. Por eso me puse triste y pensé que tampoco te gustaba, pero ahora que me dices que todo el día piensas en mí y que sientes lo mismo que yo, pos no entiendo por qué no podemos estar juntos. No entiendo eso del sacrilegio, si yo tengo ganas contigo y tú conmigo, ¿por qué no? ¿Qué tiene que ver eso del celibato? ¿En qué faltamos el respeto a quién? Cuando te dije eso de que te amo en el zaguán, fue algo que dije sin pensar. Sólo se me salió. ¿Si voy orita en la noche a tu cuarto en el hotel, ahora si podremos estar juntos?

EH

Texto agregado el 26-07-2011, y leído por 101 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
23-08-2011 No puedo dejar de leer. kone
05-08-2011 Me enganché totalmente con este cuento. Sigue? glori
 
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