Atisbos de cenizas sobre mi hombro izquierdo
El derecho nunca lo he utilizado
A menos que sea para sustentar irrealidades, de las cuales se cansa el alma
¿Apoco no?
Cenizas y otras cuestiones; fragmentos que se reforman para crear el todo, el hoy y sus distintas vaguedades, el cumulo de decisiones que llamamos yo
Mientras, los segundos reptan y forman la rutina, la que forma mis escamas
¿No sabias los humanos también cambiamos de piel?
De hecho cada siete años las células del cuerpo se regeneran
Eso quiere decir que nunca terminamos de ser nosotros ¿Y ustedes?
Las brazas desprenden cenizas que logro vislumbrar con el rabillo de mi ojo izquierdo, el que nunca mira a la derecha; la que nunca he utilizado
Mientras los minutos ya no reptan se diluyen cual cloroformo en la nariz
Inundando de falacias el ocio que consume la cotidianidad, el ahora y el si hubiera
Los fragmentos del naufragio que abrazamos para apuntalar la realidad
El fuego llena la noche y el silencio, el naranja fluorescente vestido de negro sirve como telón a las cenizas que vuelan sobre mi hombro y que únicamente puedo atrapar con el rabillo de mi ojo izquierdo
Ya no importan los minutos o las horas; todo ahora es el momento de usar el traje de Fénix: ¡Renacer de las cenizas!