Se plantean muchos interrogantes cuando se produce un hecho como el que se produjo en un pequeño pueblo de la Provincia de Buenos Aires.
Normalmente la gente se conoce entre sí, como suele suceder en casi todos los pueblos del interior y si bien no se debiera idealizar, la vida en estas localidades transcurre en forma placentera hasta que se produce un hecho que modifica substancialmente la realidad cotidiana

En los pueblos de provincia, incluso en ciudades grandes, hay que ser muy -macho-, hombre, para no serlo.
Un "enfieste" de tres personas mayores, (creo que casados) con una nena de 13/14, años es sin duda suficiente delito para ser penalizado, aún siendo por lo que parece, consentido por la nena.
Los pueblos del interior es verdad que suelen ser un infierno, a pesar de que la vida es muy tranquila y no hay mucho para hacer.
Uno de los entretenimientos predilectos es el de "sacar el cuero", como se suele decir por esos pagos, no hay muchas diversiones y esta siempre fué la predilecta de las "señoras", incluso la practican muchos de los llamados "señores importantes" mietras comparten un café en la confiteria del centro.

Recuerdo haber escuchado más de una vez en mi propio pueblo la frase: "esta tarde me arrimo por tu casa a tomar unos mates, y de paso cuereamos un poco, ¿a que no sabes de que me enteré?

Lo más probable que puede explicar en parte el apoyo que en este caso recibieron de la gente, que incluso los llevó a manifestarse en marchas por las calles del centro abogando por los inculpados, no creo que sea poner a salvo a propios ni familiares. Diría mas bien que lo relaciono con la modernidad, incluso a los últimos años.

Antes, una mujer no salía en un pueblo a manifestar por ningún motivo, y mucho menos por una peteada colectiva. No se lo permitía la hipocresía que cultivaban estas sociedades.
Hoy son menos caretas y se muestran, pero hay otras cuestiones que sí persisten.
Es posible que la familia de la chica no sea originaria del pueblo o que su familia no sea querida por algún otro motivo (razones económicas o de status social) y que los muchachos sí sean integrantes de la sociedad de General Villegas.

A la nena la llamaban la "ligerita", que en parte justificaría el hecho de que no salió el primer día a denunciar lo sucedido, lo que reafirma que el acto fue probablemente consentido, incluso habría que averiguar un poco bajo que trato –condiciones- se arregló el enfieste.
La chica no fué violada, drogada ni lastimada. Todo indica que tampoco fué obligada para hacer lo que hizo.
El "cagadón" ( como dirían en mi pueblo), es que siendo personas grandes estos muchachos, debían saber que estaban cometiendo un delito, y que nada de lo que eventualmente fuese la chica podía cambiar esta carátula, por lo cual, son indudablemente culpables a más de ser tres boludos importantes.

Probablemente muchas de las mujeres que participaron de la marcha, condenaron a la chica por lo que ellas o sus hijas supieron hacer con más privacidad, desde otro lugar social y económico.
Eso en los pueblos de comunidades cerradas, lamentablemente las cosas funcionan así.
En grandes ciudades del mundo es casi normal ver montones de chiquilinas de diez años en adelante que ejercen la prostitución.
Esto sucede a la vista de los autos y caminantes que pasan, y a la luz del día.
Estoy leyendo un recorte de un periódico del año pasado, que incluye exóticos lugares de turismo sexual.
Resulta penoso tocar estos temas, pero lamentablemente son realidades difíciles de esconder y digerir.
Tienen que ver con muchas de las cosas por la que estamos transitando haciendo la mirada a un lado o creyendo que esto forma parte de lo indeseado de un "progresismo" que hasta la fecha no logró comprender ni solucionar estos flagelos, mientras que de tanto en tanto aparece por televisión alguna travesti famosa y un infeliz que la va de conductor la presenta sin que se le caiga un párpado con el apelativo de... "aquí con nosotros la Señora fulana de tal".

Andre, laplume.