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Cuento Muroviano – Memorias de África

Nota del autor: Este cuento es una adaptación libre, basada en la película de Sidney Pollack “Out of Africa” ( Memorias de África ) traducida en España,
cualquier similitud, con situaciones, lugares o personajes reales y/o ficticios, es pura coincidencia.
Música: La banda sonora del magistral John Barry Out of África (Memorias de África)

Adaptación libre

Kenya East Africa 1913


Yo tenía una granja en África, al pie de las colinas de Ngong….



El joven criado kikuyu, con su ridículo sombrerito turco, se subía regularmente los ridículos guantes blancos, que le obligaba a llevar Karen, para servir la cena

Desea algo más msabu,

No, puedes retirarte, sirve el café en la sala, dijo sonriendo

Karen, se levanto de la mesa, y los dos apuestos caballeros que la acompañaban esta noche, se levantaron al unísono, siguiéndola hacia la sala, donde ya esperaba una humeante cafetera de café fuerte y la licorera de coñac, perfectamente ordenada y dispuesta en la mesita de caobilla y bambú, junto al sofá Chippendale, de cuero verde.

La Baronesa Blixen, invito a sentarse a sus dos nuevos amigos, se trataba de
Lord Denys Finch–Hatton Aristides Dermon y su íntimo amigo Sir Maximiliano Gesimol Berkeley-Murlov.

Denys se recostó sobre el Chippendale, esperando que Karen le sirviera el café y la primera copa de coñac, que agradeció con una mirada cómplice, Maximiliano, se sentó en el suelo, sobre la alfombra de piel de cebra, muy cerca de su amigo, con la espalda apoyada en el Chippendale, y el brazo sobre las rodillas de Denys,

-a Karen le extraño esa forma de sentarse, -pero se guardo de realizar cualquier tipo de comentario, aún no los conocía demasiado y se encontraba tan sola, que no quería perder la posibilidad de una buena amistad, por una impertinencia, en la granja se hacen pocos amigos, pensó en silencio - sirviéndole otra taza de café Kenyata, tan fuerte como la vida y con ese olor tan característico

- mientras le llenaba la copa a lord Berkeley, Denys inquirió curioso:
¿Que hace Ud bien, baronesa?, Karen un poco ruborizada, por los efluvios mágicos del coñac, que lagrimosamente resbalaba por la copa, lo miro a sus profundos ojos azules y dijo – invento cuentos – mis amigos dicen que lo hago bien.

Denys, miro a Sir Berkeley-Murlov, que seguía recostado a sus pies, y bebiendo un largo trago de coñac

-Ha llegado el momento de demostrar sus cualidades, Baronesa, la noche va a ser larga y fría, incorporándose y dirigiéndose a la chimenea

- Las noches son siempre largas y frías en las llanuras del Serengheti, sobre todo si no tienes con quien compartirlas.

- Denys, atizaba el fuego, que chisporroteaba al son de la música de Mozart del viejo gramófono – y sin volverse - ¿Cómo lo hacemos?

Dígame el principio del cuento, que yo lo seguiré


- Érase una vez un chino llamado Wu

- Que vivía …..

Karen, empezó a contar su cuento, con una sensualidad, que dejo a Denys hipnotizado, desde casi la primera palabra, de vez en cuando, se atusaba el pelo con la mano, bebía un largo trago de coñac y se encendía un Chesterfield sin boquilla, dando pausadas caladas y mirando exhorto, el voluptuoso recorrido del humo

- Sir Berkeley-Murlov, intentaba escuchar atento a Karen, pero miraba extasiado a Denys, su blazer azul marino, y su pantalon índigo claro, y a veces perdía el hilo de la historia, huyendo su mente, a las acampadas que junto a Denys solían hacer por la llanuras del Serengheti, de caza, los dos solos y toda África por hogar,

Recordó casi sollozando, cuando Denys le lavaba la cabeza una tarde, junto al río, recitándole los poemas de La canción del viejo marinero de Samuel Coleridge


"¡Adiós, adiós! pero esto te digo
A ti, Invitado a la Boda
Reza bien quien ama bien
A todos, hombre y ave y animal.
"Reza mejor, quien ama mejor
A todas las cosas, grandes y pequeñas;
Porque el querido Dios que nos ama,
Él hizo y ama a todas
." El Marinero, el del ojo brillante,
El de la barba con la edad agrisada,
Se fue, y ahora el Invitado a la Boda
Se alejó de la puerta del novio.
Se fue como alguien que ha sido turbado,
Y es de una sensación desesperada:
Un hombre más triste y más sabio
Se levantó a la mañana siguiente.


Karen termino su relato, cuando ya amanecía en las ventanas de la casa de la granja de las colinas de Ngong.

Denys, aplaudió con admiración el relato de más de seis horas, que les había regalado la Baronesa Blixen, y apurando el último trago de coñac, se disponía a levantarse, cuando de repente, Sir Barkeley-Murlov, saco de una pequeña cartera de cuero una estrella dorada de cinco puntas de latón brillante y con un magistral lanzamiento se la clavo en la frente a la Baronesa Karen Blixen, que recostada en la butaca, murió de inmediato, con la cabeza recostada a un lado y un hilillo de sangre corriéndole por la frente y goteándole desde la nariz, a la blusa de encaje blanco, - sus ojos permanecían abiertos – Sir Barkeley-Murlov, se levanto del suelo donde había permanecido junto a Denys toda la noche, y dirigiéndose hasta la baronesa, le paso la mano por el cuello, levantándole la cabeza de la butaca y le paso por la cabeza un cartel, dejándoselo muy bien colocado sobre su pecho manchado de sangre, en el cartel se leia “ 1* Murlov ”


Hace fresco en el amanecer de la colina, y de la bruma baja del amanecer aparecen dos elegantes caballeros, que se dirigen al descampado a unos doscientos metros de la casa, donde habían dejado un biplano aparcado, despegaron, hacia el este, en busca del sol y después de dar dos vueltas a la casa de la colina, emprendieron viaje siempre siguiendo el curso del río, hacia las cataratas Victoria,


Denys pilotaba desde la parte de atrás del biplano, y cuando el sol estaba ya un poco alto, Sir Barkeley-Murlov hecho su mano para atrás, para que Denys, se la cogiera en amoroso gesto, estando así un buen rato, una lágrima resbalo de la mejilla de Denys, cuando vio en el cuadro de mandos que, se había quedado sin aceite en el sistema hidráulico, y que el aterrizaje de emergencia, era inminente.


*Ahora de pronto se corta la banda sonora

En el ajetreo del servicio por la mañana en la casa, el joven criado kikuyu entro en la sala, dando un grito aterrador, se dirigió hacia Karen, balbuceando, llorando
¡¡¡Msabu, msabu ¡¡¡ ¿quien te ha hecho esto? y llorando se postro a sus pies, recordando, que fue ella, la que le curo su pierna hace unos años.

Una sonrisa, tiene dibujada la cara de la baronesa, sentada en la butaca, con su estrella clavada, detrás de ella pegando al respaldo de la butaca y debajo de un cojín de patchwork, se encontraron los criados unas tijeras manchadas como de aceite hidráulico.

Ya han pasado, más de seis meses desde la muerte de la baronesa Karen Blixen, fue enterrada en un pequeño promontorio, donde se divisa toda la llanura, un lugar perfecto para cazar, se ha visto que a la caída de la tarde un par de machos jóvenes de león, se apostan en el promontorio, para observar la llanura, donde los ñus y las gacelas pastan, buscando un sitio donde pasar la noche.

Uno de los leones, lleva colgado al cuello una pequeña cartera de cuero, la calavera de la baronesa enterrada allí, sigue riéndose a carcajadas.


Antonio © M. ( T i T o. M.)
Mayo 2011
Pensamientos Vagabundos

Texto agregado el 23-05-2011, y leído por 377 visitantes. (8 votos)


Lectores Opinan
23-05-2011 Empecé...cuando víe que se trataba de Africa mía, no seguí, quiero quedarme con la imagen de la mejor pelicula que vi. Gracias. azucenami
23-05-2011 Que buen relato, lleno de ironias, muy pero muy bueno jaja, te dejo 5 estrellas bien merecidas!! (algunos no se merecen ni que los nombren, pero bueno..)******** silvimar-
23-05-2011 Excelente e irónica narrativa. Me gustó mucho, por las dudas te dejo 5 estrellas, no vaya a ser que un león se desayune conmigo. Magda gmmagdalena
 
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