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–Capítulo 10–

Fuerza v/s habilidad

A la mañana siguiente despertamos bastante molidas por la noche anterior, pero felices. Después de que nos levantáramos y cambiáramos nos dirigimos a la habitación de junto. Apenas entramos nos dimos cuenta de que Firion aun dormía y que Nid no estaba, en la habitación solo había dos camas y una de ellas estaba desocupada. Firion parecía estar soñando algo…
–¡FIRION! –gritó Stella a su oído.
–¡¿Ahhh!? ¿¡Que pasa!? ¡Yo no vi nada!
–¿Qué demonios soñabas?
–Nada, nada.
Mientras Stella intentaba sacarle a golpes la respuesta yo me dirigí hacia la ventana, seguramente Nid estaría ahí fabricando quien sabe qué, después de todo el sol llevaba unas horas brillando. Al momento que llegué a la ventana me di cuenta que tenía razón. Nid estaba de rodillas ocupado haciendo algo, aunque no podía ver qué era debido a que estaba de espalda. Lo que sea que estuviera haciendo no debía tener un gran tamaño.
–Buenas Nid ¿Qué haces ahora?
–Aun nada ya que por algún motivo todo lo que intento no funciona… tal vez olvidé algo. Dudo que esto sea un arma –levantó su mano mostrando un enorme anillo, deforme como la espada y la hoz que había visto anteriormente–. Por más que pasó la mano no sucede nada… Tengo la misma dificultad que Ellheim…
–¿Mi padre tubo algún problema al intentar hacer eso?
–Sí, según lo que recuerdo en el libro decía que solo con él no bastaba y que esto necesitaba ayuda de alguien más para completarse. Lo que intento crear recibía el nombre de “Megingord Járngreip”. Ni idea la razón de por qué será tan difícil crear esta arma, las demás no tuvieron problema.
Mientras Nid balbuceaba cosas que no entendía, pensé que el compendio mitológico podría ser de ayuda.
–Mmm, en el compendio no existe Megingord Járngreip…, lo que hay es solo Megingord que dice; Megingord: Una de las 3 valiosas posesiones de Thor, Dios del trueno Nórdico. Cinturón que al usarlo duplicaba su fuerza.
–Recuerdo que decía algo así, pero no mencionaba que fuera un cinturón. ¡Rayos! ¡Esto ha sido una completa pérdida de tiempo!
–Espera un segundo, también aparece Járngreip y dice; Járngreip: Una de las 3 posesiones de Thor, Dios del trueno Nórdico. Guantes de hierro que al usarlos evitaba dañarse el mismo usando a Mjollnir –releí en mi mente varias veces esta palabra.
–¡Eso era lo que quería!, pero no decía nada de cómo hacerlo, solo salía como hacer ese estúpido aro el cual ni siquiera puedo terminar.
–¿Y si yo te ayudo? Mi sangre es de alquimista…
–Preferiría que no lo hicieras...
–¿Por qué?, ¿tu vergüenza se extiende también a que las chicas te ayuden?
–No bromeo, es por esto –mostraba su palma derecha.
Al ver su palma me asusté un poco, estaba sangrando desde un orificio hecho en el centro.
–¿¡Que te pasó Dragoncito!? –Nid escondió rápidamente la mano.
–Agradecería que esto quedara entre nosotros…
–¿Le pasó algo a Nid? –preguntaron los demás que ya estaban en la ventana junto a mí, Sephi intentaba encaramarse para salir.
–¡Dragoncito está herido! Tiene una horrible herida en la mano, ¡debemos encontrar al que se lo hiso y apalearlo! ¿Nida sabes quién le hiso eso?
–Pues por lo que creo, fue él mismo –Akira dejó de gritar y miró directamente a Nid, junto con los demás.
–Debo admitir que es cierto…, mi sangre es parte de cada una de esas armas que llevan.
–¿Tienes que herirte para hacerlas?
–No es nada grave, incluso ya cicatrizó –limpió la sangre en su palma dejando ver una cicatriz con forma circular, no era muy grande que digamos. Era del ancho de un clavo pequeño.
–Vaya, se sacrificó para que todos podamos tener un arma…
–No deberías seguir lastimándote solo para hacer esto –Sephi le decía molesta.
Luego de este comentario los demás comenzamos a opinar igual, hasta Nemhain decía que no era necesario que terminara de hacer un arma para ella.
–¡Es por esto que no quería decirles!, sabía que no entenderían. Además puedo hacer lo que me venga en gana, es MI sangre y puedo hacer lo que quiera con ella.
Luego de seguir discutiendo, llegamos a la conclusión de que no podríamos hacerlo cambiar de opinión, como de costumbre, además se volvieron un poco más comprensivos luego de escuchar la explicación del procedimiento, que según él no requería más que una pequeña cantidad. Esta vez su herida era tan grande debido a los múltiples intentos fallidos con el tal Megingord Járngreip.
–Entonces, ¿no puedes hacerlo solo?
–No, y no quiero que Nida me ayude.
–¡PERO! ¿Por qué no puedo intentarlo?
–¿Acaso no viste mi mano?
–¿Y qué?, Es MI sangre y puedo hacer lo que quiera con ella, además soy una Alquimista, no puedes negarme hacer algo que solo unos pocos pueden –las palabras salieron solas de mi boca.
Al decir eso Nid guardó silencio.
–Hm, solo por eso… te dejaré intentarlo una vez, no quiero que te causes una herida de esta magnitud, admito que no puedo negarte tu raíces.
Salí por la ventana con la ayuda de Akira y Sanae que estaban junto a mí. Una vez fuera me coloqué junto a Nid para que me indicara que debía hacer. Los demás miraban desde la ventana sin hacer ningún ruido, Firion incluso cruzaba los dedos. Luego de ponerme de rodillas Nid colocó el extraño anillo frente a mí, para luego arrodillarse a mi lado y tomarme la mano –pude notar como Akira y Sephi eran consumidas por la envidia.
–Toma esto –dijo mientras ponía una piedra espiritual en mi mano, la piedra tenía una pequeña punta en uno de sus lados–. Debes poner la punta apuntando a tu palma, cuando la aprietes te hará una herida donde brotará sangre, hazlo mientras mantienes la palma apuntando hacia abajo –Colocaba mi mano con la piedra sujeta por debajo para luego guiarla a uno de los lados del anillo–. Ahora presiónala fuerte, dolerá un poco, aunque será simplemente por la herida que te causará el corte. Por nada del mundo abras la mano hasta que te diga.
En ese momento el soltó mi mano, yo presioné la piedra haciéndome la herida.
–Auch, disculpa, fue algo inconsciente...
Sentía como la piedra comenzaba a hacerse polvo cuando entraba en contacto con la sangre, y pensar que creí que la pulverizaba usando fuerza, cuando era la sangre la que lo hacía.
–¿Se hiso polvo?
–Sí, incluso siento como si pudiera moldearla –tomó la muñeca que tenía el polvo de piedra.
–Abre la palma –dijo mientras movía mi mano lentamente sobre la figura del anillo.
Al abrirla noté como el polvo seguía en ella. A medida que mi palma extendida avanzaba el anillo comenzaba a tomar forma, un hermosamente adornado cinturón de oro con correas e hilos con gemas a los lados era creado a partir de lo que parecía un hueso circular deforme. Finalmente completé la circunferencia, el cinturón estaba listo y se veía imponente. Intenté retirar mi mano pero Nid la seguía sujetando fuertemente.
–Solo por curiosidad, ¿Queda aún polvo en tu mano?
–Parece que si...
–Aun no acabamos entonces… ¿Puedes ver algo inusual? ¿Cerca del cinturón?
–Mmm, veo algo difuso al centro –veía como si hubiera algo transparente.
Nid llevó mi mano al centro, donde comenzaron a materializarse de la nada un par de guantes, eran enormes y estaban hechos de metal anillado.
–¡L–lo hice! –ya no quedaba polvo en mi mano.
–Excelente trabajo Nida –tomaba ambos enormes objetos y los examinaba minuciosamente, los demás me ovacionaban enérgicamente.
Entramos por la ventana con ayuda del grupo, fui recibida con alabanzas y palmadas en la espalda.
–Miren, Nid tenía razón la herida no es tan profunda.
–¿Te dolió mucho? –preguntó Sephi.
–Casi ni lo sentí, fue la emoción del momento más que nada.
–Nemhain, ¿quieres probar este extraño conjunto? –Nid interrumpió.
–Pero eso es muy grande para mí –Tanto el cinturón como los guantes eran enormes.
–Puede que tengas razón, pero dudo que un arma alquímica sea tan negligente como para ser solo de una talla –dijo riéndose, hace mucho no lo veía tan alegre. Nemhain flotó en dirección a Nid.
–El cinturón primero.
Luego de tomar el cinturón, Nemhain lo colocó en el piso y se puso sobre él de manera que ella estaba rodeada por este. Se agachó y comenzó a subirlo con sus manos lentamente, era bastante pesado al parecer.
–Límpiate la baba animal –estaba esperando a que Stella hiciera un comentario como ese. Cuando llegó a la altura de su cintura se detuvo.
–¿Y ahora qué?, no sucede nada y es muy pesado –podía verse el esfuerzo de Nemhain para sujetar el trasto.
–Vaya, pensé que haría algo…
Justo cuando Nid terminó la frase el cinturón comenzó a encogerse, hasta quedar perfectamente adaptado a la cintura de Nemhain.
–Guau, ojalá toda la ropa hiciera eso –dijo Stella.
–Parece que los guantes también se adaptaron –Nid mostraba ahora una versión a escala de los enormes guantes de acero–; pruébatelos.
Los guantes se ajustaban perfectamente a sus manos, pero no tenían tan buena imagen en ella.
–Te quedan horribles Nemhain –dijo Akira.
–Parece que heriste los sentimientos de los guantes...
Lo que decía tenía algo de razón, estos comenzaban a desvanecerse de forma inversa a como los creé afuera, al igual que el cinturón.
–¿¡Que pasó!? –Nemhain tocaba sus manos entre ellas intentando encontrar algún resto de los guantes.
–Así que a esto se refería Ellheim… –caminó hacia Sephi, la levantó desde debajo de los brazos y la llevó frente a Nemhain.
–¡Ahora me toca! –gritó Akira algo molesta.
–Ni aunque quisiera podría, eres más alta que yo.
–¡Entonces llévame en brazos! –Akira saltaba a los brazos de Nid, el cual aun los tenía en posición de sujetar a Sephi, cayó sobre él obligándolo a cargarla–. Me siento tan bien…
–Parece que olvidaste que mañana es el día…
–¿Qué día? ¡Ahhh! –rápidamente se dejó caer y volvió a donde estaba antes.
–Ahora a lo que iba, Sephi ¿recuerdas cuando te golpeé en Celcadiz y tu escudo bloqueó el golpe?
–Sí... –Sabía lo que venía.
–Necesito que recibas uno de Nemhain, puedes cerrar los ojos si te asusta.
–¡No!, no tengo miedo, adelante Nemhain ¡golpéame! –exclamó, se veía decidida.
–Nemhain golpéala, pero sin materializar las nudilleras, hazlo a mano limpia.
Nemhain se acercó a Sephi, retrocedió el puño y golpeó con todas sus fuerzas. Como era de esperar el escudo bloqueó el golpe junto a un sonido de golpe seco. Pero no el de la mano de Nemhain, el guante estaba puesto en su lugar y chocando contra la barrera de agua, al mismo tiempo el cinturón había aparecido de la nada.
–Los guantes volvieron...
–También el cinturón. Solo aparecen cuando golpeas, y parece que lo de que el cinturón duplica tu fuerza no es mentira –Nid se agachaba junto a Sephi y mostraba una de sus campanas, la cual había sido vaciada hasta la mitad–. Nemhain eres la personificación de la fuerza bruta, sin ofender claro.
–No es ofensa, además me alegra no tener visible esas cosas.
Ya era medio día, el tiempo pasó bastante rápido. Nos dirigimos al comedor solo para notar que sobre la gran mesa había un banquete tan grande como el de ayer. Luego de llenarnos de toda la comida que pudimos Forgre llegó desde uno de los pasillos y tomó su puesto.
–Buenos días, espero que hayáis dormido bien. Veo que estáis disfrutando de lo que mi palacio les ofrece.
–Es la mejor comida que he probado –Firion llenaba su plato como por quinta vez.
–Me alegra –A pesar de ser un anciano, era bastante activo. Su forma de hablar no representaba a alguien que estuviera en los últimos periodos de su vida.
–Entonces Forgre ¿Cuánto cree que tardará en prepararlo todo?
–Pues la verdad es que todo está listo, el único inconveniente es que no encuentro a nadie con la habilidad para usar mi espada…
–¿Qué tipo de espada es?
–Una espada larga y curva similar a Balmung, quise esforzarme por hacer algo tan bueno como lo que había hecho Ellheim.
–¿La tiene aquí?
–Sí, dame un segundo.
Llamó a uno de sus guardias y le susurró algo al oído. Minutos más tarde el mismo guardia entraba al salón con una larga espada envainada. Aunque tuviera la misma forma de Balmung, no poseía su enorme tamaño y era completamente negra.
–¿Tienes algún problema con que yo use esta espada? –preguntó Nid examinándola.
–Pero creí que probaríamos tus armas contra la mía…
–Yo no tengo ningún arma alquímica, solo he hecho para ellos, así que estoy completamente libre de participar.
–¿Pero tienes la habilidad para usarla?
–Confíe en mi, puedo usarla, y disfrutará de lo que puedo ser capaz de hacer con esto. Pero antes… Akira, ¿nos dirías a todos lo que hace esta espada?, siento una extraña forma de espíritu proveniente de ella –Akira saltó de golpe.
–N–no deberías usar eso Dragoncito…
–Ella tiene razón, no puedo responsabilizarme si te llegara a ocurrir algo usando a Tyrfing.
Abrí el compendio, ya se me había hecho costumbre buscar cada nombre que oía.
–Tyrfing: Espada maldita, siempre al ser desenvainada daría muerte a alguien, las heridas que causa no sanarán jamás y a su portador le espera el mismo destino que a su víctima, morir.
–¡¿Esta maldita?! –grité asustada.
–Claro que no, aunque tampoco es del todo falso… –Forgre explicaba–. Le dimos ese nombre debido a las propiedades mágicas que logramos adherirle, nada más eso... Pero debo admitir que si no la sueltas en un tiempo, si podría ser capaz de matarte.
–Sí me explica lo que hace podría idear alguna manera de usarla…
–Lo único que sé es que todos lo que la mantienen desenvainada mucho tiempo terminan muriendo, aunque no de heridas, simplemente mueren. Además de que las heridas que causa tardan el doble en sanar, esas han sido las conclusiones a las que llegamos luego de que la forjé.
–Yo se que hace además de eso –alzó la voz Akira.
–¿En serio? Ni si quiera la gente de Poikledas a podido ver sus propiedades... –Forgre abría los ojos por primera vez, todo el tiempo los mantenía semicerrados.
–Sí, en una pelea usando esa espada, la batalla se divide entre 3 bandos, Portador, Espada y Enemigo.
–¿Lo que quieres decir es que la espada es peligrosa para ambos bandos?
–Sí señor, las heridas que causa tardan el doble en sanar como ya dijo, otro efecto es que al ser desenvainada y usada rápidamente hará mucho daño y finalmente respecto a lo que la gente muere, es debido a que comienza a consumir espíritu al portador, cuando finalmente lo agota la persona muere.
–¿Y cómo sabes todo eso? –Forgre preguntó.
–Es porque tengo la habilidad de determinar propiedades en objetos.
–Vaya, si que te has armado un grupo de gente única…, generalmente las habilidades de la gente son más comunes, además de que no todos descubren su propia habilidad.
–Puede apostarlo, volviendo al tema... Si eso es todo lo que hace. Está bien, usaré a Tyrfing.
–¿Pero acaso no oíste que te puede matar?
–Con mi cantidad de espíritu y a la velocidad que la consume, tardará aproximadamente cinco horas en matarme, puedo usarla para pelear durante algún tiempo ¿no cree? –Sí Akira decía lo correcto, también pensaba que no había problema.
–Hm, está bien, pero si sucede algo no me haré responsable.
–Oye Nid, ¿tendremos que pelear contra ti?
–Sí, ¿alguien tiene algún problema con ello? –todos parecíamos tenerlo, pero nadie habló–. Forgre, creo que estamos listos para comenzar con esto.
–Sí es así, síganme.
Luego de recorrer uno de los pasillos llegamos a un enorme jardín, en su centro había un cuadrilátero de tierra.
–Sí vas a usar a Tyrfing te ruego que no peleen todos el mismo día, de verdad preferiría que no acabaras como los demás que la usaron por mucho tiempo. Lo podemos posponer para mañana y si lo desean podrían seguir hospedándose en el palacio.
–Apoyo esa decisión –levantó la mano Sanae.
–Yo también –dijo Firion.
–Está bien, pero si quiere posponerlo tendrá que ser para pasado mañana, ya que mañana estaré ocupado todo el día.
–No hay problema.
–Mmm, ¿quién quiere ser el primero? –Mientras Nid nos observaba, un inquieto silencio giraba alrededor de nosotros, nadie le respondió–. ¿Por qué tan callados?, me obligarán a decidir por ustedes… –nadie respondía, incluyéndome. Pensaba que cualquier cosa que dijera me haría ser la elegida, los demás debían pensar lo mismo–. Hm, que sea en el orden que hice su armas –Sanae comenzaba a sudar–. Sanae, tu vara fue la primera de las armas presentes, empezaras tú.
–¡Pero eso no es justo!
–Nada de peros, tuvieron su oportunidad. Además deberías estar feliz ya que no he usado esto nunca en combate –mostró la espada envainada.
–Supongo que tienes razón… –Seguramente no podría aprovechar mucho la espada si la usaba por primera vez, o eso pensé.
Después de aceptar ambos se dirigieron al sector de tierra.
–¿Alguna condición Forgre? –preguntó Nid antes de iniciar la batalla.
–Solo una, esfuércense.
–El primero que quede en situación de tener que ceder, perderá. Eso es todo lo que deben hacer para acabar con la pelea –dijo un Guardia que hacía a modo de juez–. ¡Pueden comenzar!
Nid desenvainó la espada y para mi sorpresa la tomó dejando la hoja en su espalda, como si fuera un cuchillo, la sujetaba con la mano izquierda al nivel de la cintura dejando la hoja detrás de él apuntando hacia atrás, no parecía un uso muy efectivo…. Sanae levantó la Vara y de ella empezaron a salir las “Burbujas” solo que a gran velocidad y sin que ella las lanzara, al mismo tiempo se movía alrededor de Nid el cual no cambiaba su posición y usaba la hoja de la espada para bloquear las burbujas, sujetando la empuñadura delante y sobre la cabeza, moviendo la espada de un lado para otro bloqueando, ahora entendía porque la usaba de esa manera. Sanae saltó en su dirección con el bastón en alto, del cual comenzaron a salir oleadas de agua, que impactaron a Nid dejándolo en el piso y empapado.
–¡LE DI! –saltaba Sanae de la emoción. Nid sujetaba la espada con la punta hacia abajo frente a él.
–Vaya, la espada bloqueó casi todo el impacto…
Nid corrió con la espada detrás de él hacia Sanae e intentó cortarla, ella lo evadió justo a tiempo.
–¡OYE!, ¡pudiste hacerme daño!
–Esa es la idea…
Esta vez Sanae no pudo reaccionar, su brazo izquierdo comenzó a gotear sangre aunque en muy pequeñas cantidades. La herida era muy pequeña, un pequeño corte como el de mi mano, a los segundos dejo de gotear.
–Deberías considerar eso como que te corté el brazo, si alguien más hubiera sido ese sería el resultado, alejé la espada de ti para que no te dañara gravemente, pero otro oponente no tendrá mi amabilidad… –Pude darme cuenta que Nid iba a atacarnos, pero solo dañarnos muy levemente, demostrando que podía hacerlo.
–¡Vamos Sanae! –comenzamos a gritar todos, incluyendo Sephi y Akira.
–Jeje, no quería tener que recurrir a esto… –Sanae incrustaba la vara en el piso al igual que Nid lo hiso en el almacén. Desde el punto en que se conectaba la vara comenzaba a extenderse una gran cantidad de agua, que empezaba a ocupar cada centímetro del terreno.
–Vaya, esto se pone interesante. Supongo que lo aprendiste viendo como la usé, ¿y ahora que vas a hacer?, ¿piensas que me resbale con el agua del piso?
–Para nada, esto es lo que haré… –Sanae se agachó golpeando el piso lleno de agua con la mano derecha, extrañamente no salpicó nada, y parecía haber atravesado la delgada capa de agua como si abajo no hubiera suelo. Una enorme mano hecha de agua salió debajo de Nid empuñándose con él dentro.
–No quería tener que mostrar esto, lo aprendí intentando imitar lo que hiciste en la guarida de Fausto pero lo que yo hago es diferente… –Sanae sacó la mano del agua, pero la que sujetaba a Nid no despareció. Caminaba hacia él con la vara apuntándole.
Supuse que bastaría que la acercara a su cuello para que el guardia declarase que Nid perdía. Sanae estaba frente a él con la vara apuntándole. El guardia dio un paso al frente para dar su dictamen pero justo en ese momento Nid cortó con la espada la mano desde adentro y esta se deshizo al instante, y con el impulso del corte golpeó la vara, haciéndola volar por los aires y caer a unos metros de ella. Los papeles se invirtieron y ahora era Nid el que apuntaba a su cuello.
–No deberías relajar la mano que sujeta tu arma solo porque crees que has ganado…, además deberías saber que mi fuerza espiritual es mayor a la tuya, esa mano no me iba a contener mucho tiempo.
–¡Gana el portador de Tyrfing!
–No lo puedo creer ¡GANÓ! –gritó Forgre. Sanae caminaba hacia nosotros rendida.
–Me venció, aunque era de esperarse. Ahora te toca Sephi...
–¡Estuviste ESTUPENDA! –dijimos todos al unísono.
–Jeje, debo admitir que lo hice bastante bien pero no fue suficiente.
–No te desanimes, es Nid después de todo…
Sephi temblaba frente, supuse que dejaría que todo acabase para evitar pelear con él.
–Vamos Sephi si ganas haré algo por ti, aunque no se que sea… –Nid cambiaba la forma en que sujetaba su arma, ahora la esgrimía horizontal y de frente con la mano derecha, apoyando la hoja en la palma izquierda.
–¿Es qué usará un estilo diferente con cada uno? –Sanae refunfuñaba–: se burla de nosotros… ¡Hey Sephi, si ganas Nid te dará un beso! –a este se le cayó la espada.
–Hm, está bien pero será en la mejilla… ¿Qué dices? –O Nid comenzaba a cambiar o tenía mucha seguridad en que iba a ganar.
–¡YO TAMBIEN QUIERO ESA REGLA! –comenzó a chillar Akira.
–Vamos Nid apégate a la ley pareja –le gritó Sanae.
–Diablos… Ahhh, está bien de acuerdo –No parecía muy contento, es más, estaba muy incomodo al dar esa respuesta.
–¿Preparados?
–No, deme un segundo –lo detuvo Nid– ¿Sephi recuerdas que dije que recordaba la forma de liberar las campanas?, te lo diré ahora por si no te molesta y espero que hagas uso de ello. La frase que debes recitar es: “Que las continuas campanadas rompan el impérenme hielo de Nifelheim, Campanas de escarcha”. Ahora sí estoy listo.
–¿Y usted señorita?
–¡Espere! –Sephi corrió hacia Sanae, después de entregarle a Flippy volvió a su lugar en el terreno cuadrado.
–¡Comiencen!
Sephi corrió hacia Nid con las campanas girando como habíamos visto con anterioridad, sabíamos que lo que tocara al giro de las campanas se haría polvo… Tyrfing se interpuso entre las campanas y él, al chocar se produjo una gran chispa, y Sephi cayó de espalda unos metros.
–Solo bloquee tus campanas… vamos Sephi, debe haber algo nuevo que hayas descubierto, como Sanae ¡Sorpréndeme! –Sephi al oír esto se alejó–. ¿Ahora huyes? ¿O planeas recitar la frase? –Seguía sin moverse pero con la espada en el mismo lugar.
–¿Será que alguno de nosotros podrá ganarle? –comentó Firion inseguro.
–Yo lo venceré, ¡y me haré con ese beso!.
Sephi se detuvo y lanzó una de las campanas, iba tan rápida que parecía una flecha. El hilo hecho de agua se estiraba indefinidamente.
–¿Ja, eso es todo lo original? –Bloqueó la campana con la espada, fácilmente–. ¿¡Cómo!? –caía piso después de ser ¿impactado?
–¡Gane!, ¡Gane! –gritaba Sephi.
–Claro que no. Que truco mas bueno…, cuando bloquee la campana usaste las gotas que salpicaron para atravesar el bloqueo y golpearme, muy ingenioso ¡pero no funcionará de nuevo! Sephi lanzó ahora las dos al mismo tiempo. A lo que respondió usando la hoja de la espada para cambiar la trayectoria de las campanas, sin salpicar ninguna gota… Estaba muy sorprendida, era capaz de adaptarse a cualquier situación y formar rápidamente un contraataque eficiente. Nid comenzó a golpear a Sephi, como era de esperarse el escudo la protegía pero había algo distinto… el agua de las campanas no parecía reponerse e incluso comenzaron a gotear. Después de unos 15 minutos de pelea donde las campanas estaban casi vacías, Nid dejó de atacar implacablemente y se detuvo.
–Sephi, si el agua se acaba las campanas se romperán… deberías decir la frase, incluso podrías llegar a vencerme si la usas –Sephi tomó las campanas y recitó siguiendo el consejo.
–“Que las continuas campanadas rompan el impérenme hielo de Nifelheim, Campanas de escarcha”.
Pero... ¿nada sucedió? Nid miró a Sephi y con su mano izquierda en alto, simuló que movía campanas. Sephi comprendió el mensaje y las sacudió, por primera vez desde que recuerdo… las campanas sonaron. Una sensación de frio llenó el ambiente y cerca de ella se abrió la tierra. Una gigantesca mano salió junto a un ligero temblor –me recordó bastante a cómo salía el dragón, aunque la mano era mucho más pequeña–. Una enorme figura humanoide salía de la tierra, era deforme y parecía estar hecha de roca y hielo, se notaba su cara aunque era abominable.
–¡¿Qué es esa cosa!? –gritamos.
–Es un gigante de escarcha...
Apenas Nid dijo eso la monstruosidad se abalanzó sobre él con el puño en alto.
–Woah, este sujeto sí que pelea en serio.
El gigante seguía golpeando al escurridizo Nid, llegué a pensar que si uno de esos golpes lo alcanzaba él seria historia…
–¡Suficiente! –Tomó a Tyrfing con ambas manos y golpeó al gigante en la cabeza, con la hoja claro, no quería herirlo al parecer. El gigante luego del impacto cayó al piso provocando retumbando. Nid se acercó a Sephi con la espada apuntándole–. Con el gigante derrotado no tienes escudo –lo demostró moviendo su cabello usando la espada.
–¡Gana el portador de Tyrfing!
Luego de un grito de emoción de Forgre, Sephi iba hacia Nid. Después de preguntarle algo que no oímos hiso sonar las campanas sacudiéndolas, el gigante caído se desvaneció dejando atrás una gran cantidad de escarcha.
–¡Sephi!, bien hecho incluso destrozaste el lugar –gritó Sanae, el agujero por donde salió el gigante continuaba ahí, solo que no era muy profundo. Además el terreno había quedado casi totalmente destruido por los golpes.
–Haremos un descanso mientras preparan el terreno –dijo Forgre. Nid envainó la espada y se dirigió hacia nosotros–. ¡Chico eres genial!, el manejo, la postura, la improvisación, realmente fue magnífico. Y no solo tú, diría que tus compañeros están a solo un nivel más bajo que Ellheim.
–No creo que sea tan así como para llegar a compararnos con él... además no hace falta tanto halago Forgre, la espada que forjaste es increíble. A pesar de no tener las propiedades de un arma alquímica es increíble lo fuerte que es, diría que la única diferencia es que la tuya tiene propiedades negativas para el portador, debe ser la forma de compensar las demás cualidades.
–Me alegra saber que hice algo de calidad.
Luego de una hora de conversación sobre los enfrentamientos anteriores, la Arena ya estaba totalmente reparada. Stella y Firion se miraron…
–Nid nos entregó el arma al mismo tiempo… ¿Cómo decidimos quien primero?
–¿Y si entran al mismo tiempo?, incluso podrían usar pactos… además sin su arma liberada no tiene gracia –Nid reía.
–¿Acaso nos subestimas? Vamos Firion, hagamos lo que aplazamos en Celcadiz.
–Está bien, aunque me parece injusto dos contra uno… –Esa era la principal diferencia entre Firion y Stella.
–¿Preparados?
–¡SI! –Nid tomó la espada de forma diferente otra vez, ahora la empuñó como si fuera una espada de una mano y girando la muñeca la incrustó en el piso, parecía ser un bastón.
–¡Comiencen!
Stella fue directo a los pies de Nid, el cual saltando lo evadió, sin embargo Firion ya estaba puesto en posición de atacar en caso de que lo evadiera… ¡Corte!, si no hubiera sido porque se colocó la bufanda y desapareciera, ya habría recibido un golpe mortal.
–Ajaja, genial me obligaron a ponerme la bufanda apenas comenzamos, creo que no podre subestimar su trabajo en equipo…
–Pues parece que ahora mismo nos estas subestimando –dijo Stella apuntándolo con el bastón. La bufanda de Nid se estaba incendiando.
–Vaya… no lo noté –Se la quitaba, su capa comenzaba a ondear. Recordé que dijo que la usaría para disipar espíritu en caso de que sucediera algo así.
–Sin esa bufanda nos acercamos más a vencerte –Firion decía seriamente, su actitud cambiaba cuando peleaba en serio.
–¿Eso creen?
–¡Claro que sí!
Luego de esa afirmación de confianza, Firion comenzó a agitar la espada dejando llamas en el aire de diferentes formas, Stella a su vez las trasladaba de posición y las lanzaba como proyectiles. Unos minutos más tarde el campo estaba completamente lleno de llamas.
–¡Genial!, no sabía que Stella y Firion fueran tan fuertes –Sanae miraba emocionada.
–Debo admitir que incluso yo estaría nerviosa si fuera Dragoncito…
–¡No!, ¡Nid no puede perder!, acosadora de poca Fe, deberías saber que Nid es invencible –La golpeaba a usando a Flippy.
–También pienso que vencer a Dragoncito es imposible si pelea a su máximo, solo digo que yo estaría nerviosa, pero míralo a él tan calmado como siempre, incluso parece que lo estuviera disfrutando.
Akira tenía razón, a pesar de tener todas las de perder, Nid sonreía estando rodeado por cientos de llamas.
–Ajaja, ¿Qué opinas ahora de nosotros chico? ¿Sigues pensando que somos débiles?
–Yo nunca dije que eran débiles…, sin embargo te aseguro que ustedes no van a ganar –Con la mano que le quedaba libre movió el cinturón de la vaina y la dejó a la altura de su cintura, luego introdujo a Tyrfing en su funda.
–¿Te estás rindiendo tan luego?, ¡pero si acabamos de empezar! –Firion comenzó a hacer una malla utilizando el fuego, luego rellenó los espacios vacios con aun más fuego. Nid solo esperaba ya que estaba completamente rodeado de llamas, dudé que quisiera quemarse.
–Es increíble, ojalá yo pudiera trabajar así con Sephi, saben lo que el otro piensa sin ni siquiera hablarse.
–Es genial ¿no?, tener una habilidad como esa.
–¿A qué te refieres con habilidad?
–Firion puede escuchar lo que piensa Stella, siempre lo ha hecho.
–¿Solo puede usar esa habilidad con ella?
–Sí, puede hacerlo desde que la llamó por primera vez.
–Vaya, que selectivo… ¿y cómo funciona? –Nemhain no podía evitar mostrar curiosidad.
–La verdad no sé, creo que lo que pienses tienes que hacerlo como si fuera para él, lo mismo como hablas, la verdad es bastante complicado –En serio no entendía mucho del asunto, Stella me había explicado lo mismo.
–Hm, probemos...
Nemhain se quedó mirando a Firion fijamente mientras este completaba la pared de fuego, de repente se detuvo y miró hacia nosotros, luego volvió a trabajar en la pared.
–Jijiji... funcionó –Nemhain se ¿reía?
–¿¡Funcionó?!
–¿Qué le dijiste?
–Le dije que si ganaban, Sanae había dicho que saldría con él.
–¿¡QUÉ!? ¿¡Por qué no dijiste que Akira lo haría!?
–El sabe que le gusta Nid y no me habría creído, además ¿no es que estés obligada a salir con él no?, digo no prometiste nada.
–No será que… ¿de verdad quieres salir con él? –Akira atacaba.
–¡CLARO QUE NO!
–Juez, denos la victoria, ¿no ve que está acorralado? –gritaba Stella al juez.
–Lo siento, pero lo único que han hecho ha sido dejarlo rodeado, la circunstancia no determina que esté derrotado.
–¡Entonces ríndete!
–No tengo por qué rendirme en una batalla que no he perdido… –aunque su frase era algo incoherente, estaba en lo cierto.
–¡Entonces nos obligas! –Stella condujo la pared de fuego hacia él, mientras tomaba su bastón gritando ¡INFIERNO!, al igual que la vez que combatimos al dragón.
La pared se esparció a través de todas las conexiones de fuego que había alrededor, Nid ya no estaba, en su lugar había una enorme esfera hecha completamente de fuego que comenzaba a expandirse después de que Stella utilizara su ataque.
–¿Estará bien? –preguntó Akira en voz alta y llevándose la mano empuñada a la boca.
–De–debe estarlo –incluso Sephi parecía perder la esperanza.
–Ajaja, ¿Infierno?, para que dices eso si ese ataque no lo necesita –se oyó la voz de Nid desde dentro de la esfera–; si es por nombrar algo, te diré el infierno que conozco… ¡Nifelheim! –oímos un sonido del desenfunde de la espada.
Junto a sus palabras un sonido de abismo lleno el lugar, la misma materia negra de cuando Nid usaba la vara de Sanae parecía consumir las llamas desde dentro, finalmente no quedaba fuego ni materia negra, solo Nid apuntando con Tyrfing a la garganta de Stella.
–¡Gana el portador de Tyrfing!
–¿¡Que fue eso!? –Esta vez Forgre corrió hacia Nid, después de que hablaran Forgre volvió a su asiento con una sonrisa de oreja a oreja.
–Creo que es todo por hoy, me ha hecho muy feliz que mi obra maestra fuera capaz de vencer a tres armas alquímicas forjadas por alguien tan habilidoso.
–No hay de qué Forgre.
–Ya se hace tarde y después de un día tan agitado creo que deberíais descansar.
Forgre nos acompañó al gran salón donde la mesa ya estaba lista esperándonos, luego de comer y hablar sobre el día hasta más no poder nos despedimos de Forgre y dirigimos a nuestras habitaciones. Al llegar a la habitación de chicas notamos que Firion y Nid seguían avanzando.
–¡UN MOMENTO! –exclamó Sanae. Ella, Akira, Sephi y Nemhain fueron al cuarto de los chicos, para salir trayendo una de las enormes camas–. ¿Nos ayudan?
–¿A qué se debe este cambio de ubicación? –A Nid no le gustaba nada la idea y se veía bastante nervioso, sin embargo Firion se adelantó corriendo a ayudar en llevar la cama.
–Nemhain cree que es hora de que le digas a Nida lo que tanto le ocultas, si no lo haces tú lo hará ella. Y queremos que estés presente para cuando lo hagas o ella lo haga… –Nid se quedó congelado en ese mismo sitio.
Rápidamente Stella y yo nos incorporamos a mover la cama. Cuando todo estaba listo teníamos 8 camas puestas en la habitación. Aunque a Nid se le había pasado el espasmo, seguía excesivamente nervioso. Una vez que todos nos cambiamos y luego de una golpiza exprés de parte de Stella a Firion, que llevaba un pijama similar al de Sanae pero blanco, todos nos dirigimos a nuestras camas con excepción Nid que seguía sentado mirando por la ventana.
–Ayer te dije que hoy sería el día… ¿llegaste a una conclusión? –Ahora entendía por qué actuaba tan raro la noche anterior –¿Y bien?, ¿le dirás la verdad? Y no me refiero a la mentira que contaste que la energía espiritual de Nida es altísima…
–¿Eso es mentira? –No fui la única que preguntó.
–Sí, Nidhogg dile la verdad ya que tarde o temprano se enterará y preferible que sea de tu boca que de golpe por alguien más.
–Respecto a lo de la energía espiritual…, no es cierto que tu nivel es muy alto, si fuera así serias similar a tu madre… –Media cada palabra que decía.
–¿Entonces?
–La cantidad de espíritu que tienes es Indefinida, Infinita. No solo tu máximo es muy alto sino que también va aumentando a medida que pasa el tiempo.
–¿Pero por qué ocultabas algo así?, digo es algo sorprendente pero no veo razón alguna para ocultarlo –dijo Sanae.
–Cuando me enviaron aquí, los Arcángeles me advirtieron que no hablara de ello. Pensé que algún día podría decirlo pero abandoné completamente la idea después de lo que paso en Celcadiz.
–Entiendo… –dijo Nemhain– ¿Lo hacías para protegerla?
–Sí, después de ver lo que los humanos hacían por riqueza, e incluso siendo algo que podían conseguir por ellos mismos... elegían el camino más fácil y cobarde, secuestraron a Nida esperando recibir piedras espirituales sin merecerlas, un acto detestable. Entonces imaginé que si hacían eso por dinero, ¿Qué harían por poder?, y teniéndolo ¿Qué harían con él? Esperaba nunca decirlo y así evitar cualquier riesgo, después de todo descubrieron lo de las rocas, sin culparte Firion claro, no fue tu intención.
–¿Pero de que te preocupas?, yo siempre seré yo, sea el poder que tenga. Aunque este sea infinito… –Vi como Sanae se paralizaba mirando a Nid.
–¿E–el deseo…?
–Una mente ágil como siempre Sanae, el deseo que me pidas no tendrá límites, puede ser “Cualquier cosa”, incluyendo inmortalidad, divinidad o lo que a tu imaginación se le ocurra.
–¿Y?
–El deseo que pidas no necesariamente puede ser para ti… pueden obligarte a que lo uses en alguien más, ahora entiendo por qué lo ocultaba Dragoncito...
–Supongo que a esto llaman a sacarse un peso de encima –Se ponía de pie.
–¿Adónde vas? –la fría voz de Nemhain interrumpía la huida–. Ya te lo dije, si no se lo dices tú, se lo diré yo.
–¿¡Pero por qué es tan importante que sepa eso!? –incluso se enojó.
–Porque debe saber lo que en verdad ocurrió, incluso podría haber alguna esperanza para ellos. Aunque me desagrade pensar que Selene tenga la misma esperanza.
–No lo haré.
–Yo no seré tan suave… –le advirtió Nemhain.
–¡Pero!
–A la una.
–¡Te prohíbo!
–A las dos…
–¡No, no lo harás!
–A las…–En ese momento Nid apareció detrás de Nemhain con una cuchilla apuntando a su cuello.
–¡Nid, cálmate!, suelta eso –comenzamos a gritarle.
–Hablas y…
–¿Y QUÉ?, ¿me matarás? Lo dudo mucho Señor del Castillo –extrañamente al oír que lo llamaba así, cayó de rodillas detrás de Nemhain–. Tres.

Texto agregado el 21-04-2011, y leído por 45 visitantes. (0 votos)


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