TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / nidhoggnaglfar / LightShade -Cap 8-

[C:476804]

–Capítulo 8–

Alquimia

Estaba comenzando a oscurecerse cuando finalmente llegamos a Forgre. Era una ciudad bastante “rural”. Se veía la gente trabajando y numerosas chimeneas por doquier. Decidimos preguntar por la mejor posada, después de todo Nid pagaría.
–Disculpe señor ¿Sabe cuál es la mejor posada de la ciudad?
–Claro chicos, está directo por este camino, notarán que dice “Posada Herrera, lo atendemos como a las armas que hacemos” en un letrero que… ¡DIOS SANTO!, ESA ESPADA –gritó apuntándome–; ¡es idéntica a la de ese hombre!
–Gracias por la información, nos vamos –Nid comenzó a empujarme por el camino que señaló el hombre–; ¡hasta luego!
Todo el grupo nos siguió.
–Nida parece que ese hombre conoció a tu padre.
–Lo más probable es que estuviera aquí cuando visitaron este sitio –mencionó Nid que ya me había soltado.
La ciudad era bastante tranquila, llena de casas con jardín a los lados de la calle. Unas pocas personas circulaban a esta hora y cada una de ellas se detenía a mirar o mi espada o el bastón de Stella, que eran las armas más visibles. Finalmente llegamos a la “Posada Herrera”, al entrar nos recibió un pequeño anciano.
–Buenas noches, bienvenidos a mi humilde posada ¿Puedo ayudarlos en algo?
–Nos preguntábamos si tenía suficientes habitaciones, somos ocho personas.
–Estamos al límite, si de verdad desean hospedarse creo que podría adaptar dos habitaciones que quedan para cuatro personas cada una, por supuesto les cobraré como si fueran habitaciones dobles.
–De acuerdo, las tomamos.
–Sí me disculpan iré a prepararlas, pónganse cómodos.
Nos sentamos alrededor de una mesa circular a esperar a que el anciano volviera.
–¿Cómo dividimos las habitaciones? –preguntó Sanae, era obvio que planeaba algo.
–¡YO CON DRAGONCITO!
–¡NO, YO! –Sephi tomó el brazo de Nid.
–¿Van a empezar?
Sanae tomó ocho mondadientes de un pequeño vaso en la mesa, a cuatro de ellos les cortó una punta y luego los puso todos en su puño cerrado, escondiendo las puntas cortadas.
–Todos tomen uno, los cuatro iguales irán a la misma habitación.
Tomamos un palillo cada uno por orden. Sephi cortado, yo completo, Firion cortado, Stella cortado, Sanae pasó, dijo que se quedaría el ultimo, Nemhain completo, Akira completo. Era el turno de Nid, parecía comparar sus opciones…
–Vamos, no tenemos toda la noche para esperarte. Además es pura suerte, que pienses en cual sacarás no ayudará en mucho.
Nid cerró los ojos y sacó un palillo…
–Me salió completo.
–¿¡COMO!?
–Si podía elegir… no es suerte, basta saber de qué equipo juegas. Tomé el palillo que era más difícil de escoger, supongo que estaré en la habitación de Nida.
–¡No es justo, Nid hiso trampa, repitámoslo! –Sephi gritaba.
–Nada de eso Enana, además la que tenía la intención de hacer trampa era la que propuso el juego –Akira reía a carcajadas.
La discusión continuó hasta que el anciano posadero se hiso presente.
–Sus habitaciones están listas, por aquí por favor.
Todos seguimos al anciano hasta que nos detuvimos frente a la habitación con el número “304” inscrito en la puerta.
–La otra habitación es la de junto, 305, aquí están sus llaves y les informo que se sirve desayuno hasta las 10 en punto de la mañana, cualquier cosa que necesiten solo háganmela saber, que tengan una buena estadía.
Abrimos la puerta para notar una habitación bastante amplia, no tanto como las de Irias pero aun así se veían bastante bien. Había cuatro camas dentro de ella, colocadas dos a cada lado y bastante juntas.
–¿Cuál será tu cama Dragoncito?
Nid señaló la cama más cercana del lado derecho. Akira corrió a ponerse en la que estaba junto a esa y Nemhain tomó la misma pero del lado opuesto.
–Parece que no podrás estar al lado mío –dije.
–Bueno si no hay opción –caminó a la cama que estaba junto a la de Nemhain.
–¿Conmigo?
–¿Cómo que contigo?, es una simple cama y además están separadas.
–Entonces creo que yo me quedaré con esta –caminé a la cama que estaba junto a Akira.
–¿Nemhain, cambiemos?
–Sí te cambias entonces yo me cambio con Nida.
–¿Tanto me odias?
–No es eso, simplemente me ahorro problemas.
–¿Entonces me quieres?
–Nunca dije eso…
Pero Akira ya no lo escuchaba, tomó la almohada y comenzó a abrazarla, no quería ni imaginar lo que pasaba por su mente. Luego nos cambiamos yo y ella en el baño de la habitación, volvimos para ver a Nid con la cara incrustada en la almohada. Akira fue a su cama mientras yo apagaba las luces, luego de hacerlo me dirigí a la mía.
–Nidhogg –Con la oscuridad la voz de Nemhain sonaba muy tétrica.
–¿Qué pasa?
–¿Te molesta si hablamos sobre Sairacue?
–Sabes que no podemos hablar de eso con humanos presentes, me sorprende que no estén aquí después de que dijeras esa palabra…
–De que hablan, ¿de qué cosa no pueden hablar?
–De nuestro mundo, cuando nos envían aquí los Arcángeles determinan las reglas y si no cumples alguna simplemente se “aparecen” y borran tus recuerdos de lo que viviste allá –explicaba Nid–. Y entre una de las reglas está “No podéis darle el nombre de este mundo a los humanos”. Es una de las menos importantes, supongo que por eso ahora lo pasaron por alto. De todas maneras son pocas las cosas de allá que podemos contarles.
–Entonces no crees que no deberías hablar de eso Nemhain, ¿o acaso hay alguna razón por la que puedas hablar de ello?
–Porque Nidhogg ya no está en Sairacue.
–¿Y eso que tiene que ver? Los Arcángeles tienen poder tanto allá como acá, son como dioses. A mí también me contaron el sermón ese, como si pudiera olvidarlo...
–¿Dices que no importa que estés fuera de Sairacue?. Chicas escuchen esto, los Arcángeles son tres Seres con poderes casi ilimitados, y sus nombres son; Lucifer, Lilith y Mefistófeles.
–¡¿Estás LOCA?! ¡ROMPISTE LA REGLA PRINCIPAL!, ¡Vendrán a buscarnos en cualquier momento! Por primera vez veía a Nid tan histérico. Pasó el tiempo y nada ocurrió.
–¿Po–por qué no llegan?
–Te lo dije, mientras estés tu aquí, ellos no vendrán… ¿Ahora podemos hablar de Sairacue?
–Sí ese es el caso, me gustaría que comenzaras explicando el por qué de la ausencia de los Arcángeles, más detalladamente claro.
Luego se oyó un sombrío susurro, supuse que Nemhain había suspirado.
–Esto pasó justo antes de que me salvaras del guardia, la verdad era… que él iba a matarme.
–¿Entonces estuviste a punto de morir?
–Sí Akira, si no fuera por Nidhogg, yo no sería tu ente.
–Esa historia nunca me la contaste…
–Tenía… miedo. Sabía que los Arcángeles no aparecerían, pero siempre pensé que si hablaba sobre lo que me causó la pena de muerte podrían hacer una excepción.
–¿Qué era tan importante?
–Espera Nida, si habla podrían aparecerse los Arcángeles.
–Estoy segura de que no lo harán, por la sencilla razón de que en el grimorio de Nidavel está el pacto de 7 versos. Aquí va el por qué… Yo estaba trabajando en el castillo, cuando de repente oí a gente conversando. Me pareció extraño porque ese día se suponía que no habría visitas. Eran los tres Arcángeles, y estaban discutiendo. La conversación giraba alrededor de que Nidhogg no era llamado por ningún humano, y que si no se apresuraban podría despertar de nuevo el “Señor de Nifelheim” y que seguramente esta vez no podrían volver a pararlo. Lilith y Mefistófeles sostenían que se les había agotado el tiempo y que debían eliminarlo, pero Lucifer propuso otra opción.
–Ese “de nuevo” que mencionaste, ¿no te referirás a que…?
–Cuando comencé a trabajar ahí una de las reglas era; “si ven al señor del castillo intentando dormir, NO LO PERMITAN”, era normal que nunca tuvieras sueño pero siempre que veías a alguien dormir lo intentabas hacer.
–Así que por eso siempre me distraían cuando lo intentaba…
– Si pero la historia no termina ahí, al parecer cuando dormías te transformabas en lo que vieron en la mansión. Nos advirtieron de que si veíamos al Dragón enorme ese, corriéramos a avisar para que trajeran a los Arcángeles ya que solo ellos sabían cómo detenerlo.
–Entiendo, así que no alucinaba cuando veía el castillo demolido…
–Bueno, como iba diciendo. Lucifer dijo que iría personalmente a Eucarias para encontrar a alguien, argumentando que el Ragnarok Nórdico era inevitable y si algún mundo debía desaparecer, no dejaría que fuera el suyo.
–¿Entonces querían deshacerse de Nid para evitar el día del juicio? De todas maneras no me parece una razón para matarte Nemhain…
–La razón viene ahora... nunca olvidaré sus palabras, esto fue lo que dijeron; “¿Estás seguro Lucifer?, acá podemos tener una oportunidad, aunque nos sea difícil pararlo, aun es posible., Pero si lo envías donde los humanos, además de condenarlos no tendremos ninguna esperanza de acabarlo, acá somos dioses y allá solo entes. Si lo llegaras a enviar sería mejor no poner un pie allá, o nos arriesgaríamos a morir con ellos…
–Entonces los poderosos arcángeles, conocidos como divinidades de Sairacue, ¿son vulnerables aquí?
–Sí, y si llegaras a enfrentarte a ellos sería mejor que lo supieras, no es necesario que seas el Dragón para darles pelea.
–Espera Nemhain, aquí hay algo que no encaja, como… ¿Por qué no simplemente eliminarlo mientras tenia la guardia baja?, no tenían que pelear con el Dragón.
–Sí, sí, y también ¿cómo sabias que Dragoncito encontró pareja si yo soy un año mayor que Nida? –no entendí mucho esa pregunta.
–Yo puedo responder a ambas –Nid sentaba bajo la ventana mirando al cielo–. Cuando un ente muere en Sairacue, este vuelve a su forma original, en mi caso… el Dragón. A diferencia de este mundo, allá al morir tu cuerpo se libera el alma, la cual también puede morir. Aunque técnicamente simplemente desaparece. Respecto a la pregunta de Akira, es una pregunta muy rebuscada, y eso demuestra que has entendido a la perfección la trama temporal de lo que ha dicho Nemhain…
–Jeje, para que veas Dragoncito, soy bastante lista.
–¿A que se refieren?
–La pregunta se enfoca a que Nemhain supuestamente vino a este mundo un año antes que yo, sin embargo sabía que yo estaba en este mundo, por eso es que hablaba sin miedo durante las noches sobre lo que ocurría en el castillo con Akira, sabía que yo estaba aquí. ¿Me equivoco?
–No, estas en lo correcto.
–¿Acaso nos espiabas? ¿Cómo sabes que le contaba historias?
–Me lo dijo Nemhain cuando pregunté si Akira tenía algún problema cerebral irreversible...
–¡No es un problema cerebral! Yo soy así... –Y que no lo negara...
–Ams, oye si es bastante raro.
–La verdad es bastante simple, cuando descartes las opciones posibles, intenta verificar las imposibles. La razón de que lo sepa es que ella aun estaba ahí cuando me fui…
–¿A qué te refieres con que ella seguía ahí? Cuando yo nací ella debió haber sido enviada para ser mi compañera ¿no?
–Como todo en el mundo hay excepciones, a veces los Arcángeles no entregan a los entes al nacer y menos sabiendo que uno de ellos sabía algo que no debía.
–Fui enviada aquí luego de que no les importara la información que circulara en este mundo. Después de enviar a Nidhogg, lo veían como un lugar condenado. Sería mala idea mantener a alguien con conocimiento sobre aquello de ese lado… así que me enviaron a este mundo cuando tú tenías 4 años, y fue el mismo día que enviaron a Nidhogg, se ahorraron el proceso de buscarme simplemente enviando a este lado a todos los entes que trabajaban allá.
–Entonces estos “Arcángeles”, ¿son los malos?
–No es que sean malos, solo son algo susceptibles a lo que se refiere a las mitologías, además buscan el bienestar de Sairacue, aunque deban acabar con este mundo para hacerlo –Nid no podía evitar incomodarse con la última frase.
Después de hablarnos un tiempo sobre cómo eran los arcángeles, nos dimos cuenta que no exageraban con lo de que en su mundo eran Dioses. Capacidad de crear vida, detener el tiempo cuando enviaban entes, e incluso cientos de cosas inimaginables, agregando que nunca envejecían y eran tan antiguos como el mismo continente en el que estábamos. Sin embargo luego de toda la conversación seguía pensando que pasaba algo por alto…
–Gracias Nemhain, por ayudarme a darme cuenta que ya no estoy bajo las reglas de los Arcángeles, junto con el conocimiento de su vulnerabilidad. Si hay algo que pueda hacer por ti, solo dímelo y lo haré.
–Hay algo… pero no sé si tengas el valor… –tuve un ligero presentimiento de a dónde iba esta conversación.
–¿De qué se trata? –increíble que alguien de más de 300 años no supiera de que hablaba.
–Duerme con Akira… –sabia que terminaría así.
–¿Co–cómo? ¡No puedo hacer eso!
–¡Nemhain te amo! –gritó Akira poniéndose de pie.
–No puedes echarte para atrás.
–Oye, oye espera, ¿no podemos negociarlo? ¡Suéltame!
–No, además aunque quisiera hacerlo no te soltará.
–¡Ahhh!
–¡Adónde vas! –gritó Akira. Lo próximo que vi fue a Nid escapando por la ventana.
–Sigue haciendo lo mismo que en Sairacue…
–¿Cómo? –Pregunté, tal vez ella sabia la razón de que actuara así–, ¿sabes por qué actúa así?
–La verdad no, solo recuerdo que también escapaba de la chica que le impusieron como pareja allá.
–¿¡NID TUVO NOVIA!? –Akira lo gritó a todo pulmón.
–Claro, la evitaba a toda costa… pero no sé la razón de ello, era perfecta para él, de unos 14 o 15 años y bastante guapa.
–Vaya… así que siempre ha sido así, me pregunto por qué…
Después de un rato pensando caí dormida.

A la mañana siguiente, desperté para ver que Nid usaba la desocupada cama de Akira a mi lado, Nemhain lo miraba desde la suya.
–¿Cómo te fue anoche, descansaste?
–Segunda vez que me pasa esto, menos mal que esta vez me zafé. Como voy traeré el Ragnarok solo para evitar que me lo sigan haciendo. Nemhain, dijiste que la despertarías... ¿lo vas a hacer?
–Oh si, dame un segundo –Pero antes de que Nemhain alcanzara a ponerse de pie, la puerta se abrió de golpe, y Sephi entro a la habitación.
–¡NID!
–Hola, Sephi.
–¿Qué hacen?
–Pues, íbamos a despertar a Akira, más que eso nada –dijo Nemhain.
Sephi corrió a la cama y comenzó a golpear a Akira usando a Flippy.
–¡Despierta! ¡Despierta! –Pero no se despertaba, Sephi parecía disfrutarlo.
–Sephi, pasa la nariz de Flippy lentamente por el centro de su espalda de arriba abajo, así despertará –dije, Sephi tomó a Flippy e hiso lo que le indiqué.
–Detesto que me despierten así… –dijo Akira somnolienta–, pero no importa, nunca había dormido tan bien como en la cama de Dragoncito.
–¿De él...? Oye acosadora, deja a Nid, el saldrá conmigo después de que le robaras la cama.
–Esto no cuenta, él me dejo la cama porque quería.
–¡¿Estás loca?! Estas ahí porque decidiste no volver a tu cama después de que Nemhain me engañó.
–Nada de eso, yo no te obligué a devolverme el favor.
Cuando parecía que la pelea alcanzaba niveles más altos me fui al baño a cambiarme, cuando regresé en la habitación solo quedaba Akira y Nemhain.
–¿Qué pasó?
–Dragoncito dijo que tenía algo más importante que hacer y salió por la ventana. Y la insoportable Enana se fue después que él. Tengo hambre, veremos si queda algo para desayunar, ¿nos acompañas?
–No gracias, iré más tarde.
–Ams, entonces nos vemos luego.
Akira y Nemhain abandonaron el cuarto.
–Nid, ¿estás ahí no? –pregunté en dirección a la ventana.
–Sí, lo estoy.
–No puedes escapar de ellas por siempre…
–¿Quien escapa?, les dije que tenía algo importante que hacer.
Caminé hacia la ventana, debajo de ella se encontraba Nid con un enorme bastón. Estaba hecho del material de la espada que había visto antes, blanco y agujereado.
–Usas eso como excusa para huir, ¿Por qué no simplemente escoges a una? Si decidieras con cual salir, pienso que todo se arreglaría. Si tuvieras novia dejarían de insistir tanto.
–Pero yo no quiero novia, ¿Por qué no simplemente pueden ser amigas, como lo son tú, Stella, Firion, Sanae y Nemhain?
–Simplemente porque no tienes control sobre sus sentimientos, no puedes hacer que las demás personas sientan lo que tú quieras que sientan.
–Lo sé, pero es tan molesto.
–¿Siempre has sido así?, digo escapar de relaciones amorosas…
–La verdad es que no, supongo que ahora con lo de que no se presenten los arcángeles puedo contártelo. Como ya mencioné viví trescientos treinta y tres años en Sairacue. El futuro rey no podía gobernar solo, por lo que traían una chica diferente en promedio cada quince años. Tú puedes decir que es bastante tiempo, pero para mí no. Era terrible pasar ese tiempo con alguien la cual era enviada a este mundo abandonándome. Como nunca fui elegido rey, los arcángeles no podían mantener a mi compañera conmigo, era más simple traerla aquí y conseguirme una nueva. Finalmente me harté, y evité encontrarme con las chicas nuevas que traían, sabía que nunca seria declarado rey y que todo aquel con quien me familiarizara finalmente me abandonaría aunque no quisieran hacerlo, desde entonces comencé a escapar de ellas. Las traían con la orden de que fueran cariñosas y que otra sarta de idioteces, así que era peor todavía ya que me seguían a todos lados. También comencé a detestar todo lo que me pareciera injusto.
–Vaya, así que si tenías una razón de peso… –yo no hubiera podido vivir así–; creí que era solo tu actitud, pero ahora ya no estás allá, no tienes por qué seguir siendo igual…
–300 años de adaptarme no se cambiaran en semanas o meses –fue lo único que dijo. Me alegraba saber algo más sobre él pero decidí cambiar de tema.
–¿Por cierto, que haces? ¿Vas a remodelar la vara de Sanae?
–No, esto no es una vara.
–Pues parece una, ¿entonces qué es?
–Ya verás… –sacó del bolso algunos fragmentos, igual que la ultima vez los pulverizó en su mano y pasó la palma sobre la vara.
La Vara no cambiaba mucho con el pasar de su mano, se transformaba en un palo de madera, similar al de cualquier árbol.
–Genial Nid, creaste un trozo de madera.
–¿Eso crees? mira esto –metió su mano izquierda en el bolso, retiró algo aunque no vi que fue.
–¿Qué sacaste?
–Más fragmentos.
Luego juntó su palma izquierda con la derecha y las movió de la misma manera que sobre el palo, solo que ahora perpendicularmente al extremo, una afilada hoja aparecía de la nada.
–¿Es como el arma de Akira?
–Sí, es una hoz, ella es la única del grupo junto a Nemhain que no tienen armas alquímicas...
–Eres muy bueno chico, tanto como los últimos alquimistas que pasaron por aquí… –escuché a mi lado, el anciano encargado de la posada estaba a mi lado observando.
–¿¡Que hace usted aquí!?
–Cuando entré la vi mirando hacia abajo, parecía muy interesante y por curiosidad me asomé a ver también.
–Sí no le molesta anciano preferiríamos que no hablara con nadie de esto, nos advirtieron que en esta ciudad actúan un tanto extraño respecto a las armas.
–No tengo problema con ocultarlo, pero no sé si los demás hagan lo mismo –dijo mientras apuntaba hacia el frente. Algunas personas se aproximaban a nosotros, después de todo estábamos al borde del camino–. Aquí la gente tiene olfato para estas cosas.
–¡UN ARMA ALQUIMICA! Y ESE CHICO LA HISO, ¡YO LO VI! –gritaba un hombre que corría hacia nosotros–. A los pocos momentos estábamos rodeados de una semicircunferencia de gente que se extendía desde ambos lados de la ventana.
¡Es un Herrero Alquímico! –decían unos–. ¡Ha venido a enseñarnos a forjar usando alquimia! –gritaban–. ¡Por fin serán revelados los secretos de la forja alquímica! –insistían otros–. Nid rápidamente metió la Hoz dentro del bolso.
–Oigan, no sé de qué hablan, aléjense –Entraba a la habitación por la ventana. Después de cerrarla aun veíamos a la gente afuera.
–Sí quería pasar desapercibido, creo que lo arruinó joven.
–¿Qué problema tiene esta gente? ¿Por qué les emociona tanto que Nid pueda hacer esas armas?
–Como sabrán la ciudad de Forgre es conocida como la “Ciudad de Herreros”. A través de los años ninguna otra ciudad ha forjado mejores armas que las provenientes de aquí, la única excepción a esto eran las armas creadas por la familia Naglfar. A diferencia de nosotros que usamos fuerza y paciencia, ellos usaban conocimiento y talento. Forgre siempre tuvo la esperanza de que algún miembro de la familia nos revelara sus secretos, pero nunca lo hicieron y la esperanza de ello se esfumó hace 13 años cuando murieron los últimos de la familia. Chico, ¿te apellidas Naglfar?
–No, no tengo apellido, soy un ente.
–Vaya… que cosa más rara, bueno te recomiendo que no salgas mucho, esta gente te seguirá a todos lados –Se marchaba.
–Menos mal que hice la hoz, su efecto me será muy útil para esta situación –Sacaba la enorme arma del pequeño bolso, luego cerró las cortinas–. Esto te pondrá los pelos de punta Nida.
Colocó los pies juntos mientras sujetaba la hoz frente a él con una mano, apoyándola en el piso con el extremo opuesto a la cuchilla.
–¡Dame el poder de decidir quién muere, Hoz de Thánatos! –recitó.
Su bufanda comenzó a girar, extendiendo tela como si tuviera una larga capa cubriendo su cuerpo completo. Sobre su cabeza se extendía una capucha que tapaba su rostro y dejaba su cara como un vacio negro. Ante mi tenia a la personificación de la muerte más utilizada en libros, el ambiente se ponía frio al mismo tiempo que por mi espalda corría un escalofrío.
–¿Qué… te… parece…? –escuché la voz de Nid, pero con el efecto de la de Nemhain, aunque más apagada y pausada.
–Te vez terrible, si Akira o Sephi te ven así, seguro las traumarías de por vida –podía verlo flotar, y emanar desde el piso un extraño humo negro.
–¿Tu… lo… crees?
–Sí, pero ahora eres todavía más llamativo, ¿cómo es que te ayudara a pasar desapercibido?
–Solo… puede… verme… gente… si… yo… quiero… que… esa… persona… me… vea… o… si… estoy… combatiendo… –hablaba increíblemente lento.
–¿Por qué rayos hablas así?
–Es… difícil… hablar…, intentaré… estar…callado… tu… habla… por… mi…
Con lo que sabía, asumí el hecho de que caminaría con la muerte en la espalda. La sensación de tener esa figura siguiéndome no era para nada placentera. Salí del cuarto solo para ver que había mucha gente esperando fuera.
–Hey chica –dijo una mujer en frente del tumulto–; ¿dónde está el chico que creó el arma alquímica?
–Ehm, pues, si me dejan pasar se los diré.
Se abrió un angosto camino entre la gente.
–¿Y bien?
–Está debajo de la cama, pero no le digan que yo les dije.
–Entendido –y la gente entró a la habitación rápidamente mientras yo luchaba por salir de ahí, notaba que Nid avanzaba lentamente pero sin preocupación, no solo era invisible, también podía atravesar a la gente. Cuando finalmente logré salir de la multitud me dirigí al comedor donde probablemente estarían los demás.
–¿Eres un fantasma acaso? –pregunte sin mirarlo, era cierto, me ponía los pelos de punta hacerlo.
–No…., solo… puedo… pasar… a… través… de… seres… vivos… y… objetos…, no… así… de… paredes… o… el… suelo…
–Ya veo.
Cuando llegué al comedor divisé una mesa donde todos estaban sentados y caminé hacia ella, parecían bastante animados conversando.
–Hola chicos –dije sentándome en una silla–; ¿cómo les va? –Se quedaron mirando a mi espalda.
–¡¡AAAH!! ¡Nida se va a morir! –gritó Akira muy fuerte, la gente de las demás mesas se voltearon a ver.
–¡Shh!, ¿de qué hablas?, no voy a morirme.
Firion, que parecía estupefacto, dijo temblando.
–Nida, puede que no lo veas… pero hay algo similar a lo que se describe como a la Muerte detrás de ti.
–Nida es cierto, yo también puedo verla –confirmó Sanae.
–Sí se calman les explicaré lo que ocurre.
Les expliqué lo que había sucedido, desde lo que dijo el anciano, hasta cuando salimos del cuarto. Cuando finalicé el relato todos miraron a Nid sorprendidos, el cual levantó la mano izquierda que no sujetaba la hoz a modo de saludo.
–¿Dragoncito hiso esa arma para mí? Tendré que agradecérselo… –extendió los brazos e intentó abrazarlo, pero cayó de golpe al piso, atravesándolo.
–Podría… acostumbrarme… a…esto… –noté como todo el grupo sufría de un escalofrío, incluyéndome.
–¡Ahhh!, rayos, entiendo el por qué quieres evitar que hable.
–Veo todo Negro –oímos la voz de Akira, tenía la cabeza dentro de Nid.
–Deja… de… hacer… eso…, es… molesto…
–¡Deja de hacer eso o seguirá hablando!
–Ya, ya.
–Ahora en serio, ¿qué haremos en esta ciudad?, no creo que necesitemos armas. Deberíamos pasar de ella… –señaló Sanae.
Pero en ese instante entró un numeroso grupo de guardias armados, que luego de observar por los alrededores marcharon a nuestra mesa y nos rodearon aunque no de forma amenazante.
–Se nos ha ordenado llevar aunque fuera a la fuerza al grupo que acompaña al chico que fue visto realizando Forja Alquímica al palacio de nuestro líder, el honorable Lord Forgre –dijo uno de los guardias.
–Vayamos… –dijo Nid.
–Está bien, los acompañaremos.
Luego fuimos escoltados por toda la ciudad hasta un enorme palacio. Se encontraba al lado de la salida oeste de la ciudad. Ya era mediodía cuando entramos. Apenas llegamos al gran comedor del palacio nos encontramos con Forgre, era un hombre muy anciano con una larga barba .Me imaginaba que el mismo había sido el fundador de Forgre. Frente a él había una larga mesa llena de la más apetecible comida que hubiera visto.
–Por favor, podéis serviros lo que quieran.
Sanae y Firion se sentaron en las sillas más próximas y comenzaron a engullir… cero vergüenza. Después de que todos nos sentáramos en la mesa, sobró un puesto –dudaba que fuera para Forgre, el seguía sentado en su trono.
–Por lo que puedo ver, disfrutáis de la comida.
–Esta deliciosa, podría comer esto por siempre –le respondió Sanae.
–Me alegra oír eso. Si no les molesta tengo que hablar algo con vosotros. Puedo ver a siete personas, la mujer de rojo cuya ropa simula fuego, debe ser el ente del chico de la espada.
–Correcto.
–La pequeña niña, que usa esas campanas hechas por la Alquimia, debes ser el Ente de la chica de cabello azul.
–No se equivoca anciano.
–La mujer que flota y cubre la mitad del rostro, debe ser el ente de la chica con cabello rojo.
–No se le escapa ni una, ¿verdad?
–La que queda, es la chica de cabello corto y blanco, que usa un vestido con pequeñas alas en la espalda. Tú debes ser el Ente del chico que usa la alquimia, necesito preguntarte sobre su ubicación, siendo su ente deberías saberlo.
–Parece que no es tan bueno como creí...
–¿Cómo dijo?
–Señor Forgre, yo no soy el Ente del chico que menciona. La verdad es que yo soy la compañera de él, y él es mi Ente.
–Pero… eso es imposible, el secreto de los Naglfar solo es conocido por ellos y nunca ha sido divulgado, es imposible que un ente lo sepa, y menos que logre utilizar este conocimiento.
–Pero es verdad, él forjó todas las armas que tenemos, además es verdad de que es mi ente. Su nombre es Nidhogg.
–Nidhogg... Ahora que lo te veo bien... ¿Eres Nidavel?
–Sí, me llamo Nidavel Naglfar.
–Entonces no moriste junto a tus padres en ese accidente hace 13 años, eres muy diferente a tu madre…
–¿Los conoció? –ahora si estaba de verdad interesada en la conversación.
–Solo estuve presente cuando visitaron la ciudad, entonces tú también deberías poder forjar.
–Supongo, pero no tengo idea como se hace y según tenía entendido toda la información se perdió hace 13 años, o eso leí en Irias.
–¿No posees información sobre como forjar?
–No, solo Nid sabe cómo hacerlo.
–¿Y donde esta él?
–¿Por qué es tan importante para usted saberlo?
–Desde que fundé esta ciudad hace aproximadamente 1500 años –¡Lo sabia!–; siempre media las mejores armas que forjaba con la gente de tu familia, nunca un guerrero que usara un arma mía ganó, después de mucho intentarlo me rendí y les pedí que me enseñaran a forjar armas de ese tipo, armas alquímicas. Pero nunca quisieron decirme como… esperaba poder crear un arma capaz de vencerlos aunque fuera una vez, hace 14 años comencé a darme cuenta que ya era viejo e intente apresar a tus padres cuando pasaron por aquí, tú eras muy pequeña en ese entonces. Tenía la intención de obligarlos a revelar el secreto. Los hice presentarse al igual que a ustedes, al notar mis intenciones se defendieron de forma increíble. Tu padre derrotó a todo el personal usando a Balmung con excepción de uno, al cual le arrojó su espada, él tomaba una lanza de un guardia caído. Pensé que el guardia seria invencible empuñándola, pero no fue así. El combate terminó en empate y tu padre me dijo lo siguiente; “Un arma puede hacer la diferencia entre la victoria y la derrota, pero quien la empuña también puede desequilibrar la balanza”. Luego de eso ordené que le devolvieran su espada, y que los dejaran marchar. En este tiempo he intentado forjar por mi mismo un arma tan buena como esas que lleváis, pero sigo teniendo el vacio de su secreto, y el por qué me insistían en que si me lo decían lo único que haría sería destruir mis esperanzas. Por eso, después de tantos años, solo quiero saber, por qué… por qué no puedo… y como se hace.
–¿Quieres… saberlo…?
–La hoz de Thánatos, impresionante, de verdad tienes talento.
Supuse que Nid se había hecho visible a Forgre, este no parecía muy impactado por la súbita aparición de la Muerte. Nid volvía a la normalidad, caminó hacia Akira y le entregó la Hoz.
–Lamento que esté usada.
–No hay problema –Se la colocaba en la espalda bajo la capa, su ropa parecía estar adaptada para un arma de ese tipo.
–Sí tanto quieres saber, la razón es porque se necesita sangre de su familia para lograrlo. La sangre Naglfar reacciona con los fragmentos de piedra espiritual, es una rama de la alquimia. Por tus venas no corre esa sangre así que no puedes forjar ese tipo de armas, es tan simple como eso.
–¡Pero tú eres un Ente!, ¡tampoco deberías poder! No posees su sangre.
–Sí la tengo –Nid tomo un cuchillo de la mesa y se hiso un pequeño corte en el dedo índice, comenzó a gotear pequeñas cantidades de sangre.
–Vaya, si que eres un ente extraño… Entonces por tantos años, creyendo que si me esforzaba lo lograría. Ahora veo por qué nunca me lo dijeron, no era mi falta de habilidad ni de talento, estaba imposibilitado de hacerlo desde que nací. Jeje, gracias por darme algo que busqué durante tantos años, ahora me gustaría preguntarles si podrían hacerle a este viejo un último favor.
–Eso depende de que sea.
–¿Podrían batirse en batalla contra mi última arma? Me haría muy feliz poder probarla contra armas forjadas por un Herrero Alquímico.
–Nid, yo opino que deberíamos, además podría servirnos como entrenamiento. Todavía pienso que puedo manejar mejor a Balmung.
–Por supuesto que puedes manejarla mejor, ¿con solo una vez no habrás pensado que ya la dominaste? Está bien Forgre, ¿cuando comenzamos?
–Necesito algo de tiempo para preparar el lugar, si no les molesta les ofrezco hospedarse aquí en el palacio.
–Sí hay banquetes como este y una cama decente, no me niego –dijo Sanae.
–Jeje, por supuesto... hace tiempo no veía tal energía en una persona. Siéntanse libres de recorrer el castillo a placer, mi casa es ahora su casa. Cuando acabéis se les mostrarán sus cuartos, si lo desean recorran la ciudad y vuelvan cuando estimen conveniente. Ahora si me disculpan, debo ir a preparar las cosas –Forgre abandonó la habitación.
–¿Y qué opinan?
–Opino que andar con ustedes es lo máximo, siempre acabamos durmiendo y comiendo bien.
–Opino igual, mientras haya comida yo no tengo problema –la apoyó Firion, comencé a pensar que ambos eran bastante compatibles…
–¿Y tú qué opinas Akira?
–Hm, opino que Dragoncito me ama pero oculta sus sentimientos debido a que le gusta esconder las cosas, y por eso me hiso una versión personal de mi arma favorita.
–No digas tonterías.
–Muy cierto, no digas tonterías. Mis campanas son las verdaderas contenedoras del amor de Nid.
–Olvidaron lo del fin de semana al parecer… –en verdad era una buena manera de calmarlas, dejaron de insistir al momento de oírlo–; ahora Nemhain, ¿tú que armas usas?
Ahora que lo pensaba, nunca la había visto usar un arma, cuando peleamos contra ella simplemente veía como Nid recibía golpes.
–Uso esto –levantó la mano empuñada, luego un humo negro formó unas nudilleras.
–Así que por eso me dolió tanto. Veré que puedo hacer, aunque no sea un arma alquímica la magia utilizada en ella es bastante buena y parece estar hecha para ti.
–Gracias por notarlo –desaparecían de su puño.
–Oye Dragoncito, ¿cómo puedo convertirme en la muerte? –Akira agitaba la Hoz buscando manera de hacerla funcionar.
–Cada persona que la use obtendrá un resultado diferente, aunque lo más común es una figura encapuchada como me vieron anteriormente, para ver qué pasa basta que la pruebes.
–¿Y cómo lo hago?
–Ponte de pie, junta las piernas y con la hoz sujeta con tu mano derecha y apoyada en el piso pronuncia: “Dame el poder de decidir quién muere, Hoz de Thánatos”.
Akira siguió las instrucciones al pie de la letra y después de ponerse en posición, recitó lo antes mencionado.
–¡Dame el poder de decidir quién muere, Hoz de Thánatos! –A sus pies se formó una especie de círculo de sombras, que comenzaban a girar y elevar pequeñas ramificaciones–. ¿¡Qué me pasa!?
–Solo no sueltes la hoz.
El portal circular se extendió completamente hasta arriba, sin dejar nada de Akira a la vista. Tan rápido como la cubrió, ahora se disipaba mostrándola. Ahora en vez de dos largas coletas solo tenía una en la parte de atrás, que se movía como si la gravedad no le afectara, el color rojo de su ojo derecho fue remplazado por negro junto que su pupila era color rojo ahora, los colores se habían invertido. Su ropa, pues… no había cambiado mucho, ahora dos fajas de tela atadas a una argolla que colgaba en su cuello la cubrían de forma diagonal actuando a manera de sujetador que luego se ataban a su espalda, su ropa inferior se conservaba pero ahora una larga capa atada a su cintura la cubría por detrás, solo que a diferencia de Nemhain esta se extendía solo cubriéndole la pierna izquierda por delante. Los colores eran los mismos de su ropa habitual, y distribuidos de la misma manera. El círculo oscuro se mantenía girando bajo ella y la mano que sostenía la hoz tenia puesto un guante purpura, la chaqueta ya no estaba ni tampoco su capa. A pesar de llevar un atuendo tan “provocador” sentí un escalofrió similar al de antes, pero este fue mucho más intenso.
–Guau…, me… siento… genial… –La escalofriante voz de Akira lleno el ambiente, incluso noté como unos guardias se alarmaban.
–Akira por favor no hables…
–Pero… ¿Qué… tiene… de…malo…mí… voz…? –Era mucho peor que la voz de Nid, esta vez cada vez que hablaba sentía escalofríos inconscientemente. Akira se volteó en dirección a Nid–. ¿Como… me… veo…?
–Pues dejando de lado tu problema con la ropa, diría que bastante bien. Me intriga el hecho de que tu ojo haya cambiado… –No podía quitar la vista de su ojo negro.
–¿Mi…ojo…? –Se miraba en un plato–. Vaya… ahora… es… negro…
–Por lo menos tú tienes ojos, a diferencia de Nid que no tenía ni cara.
–Je…Je… –Akira me miró directamente, noté que el ojo negro me enfocaba, la pupila roja se agrandó para luego ponerse muy pequeña–. Nida… tu… vestido…
Miré hacia abajo para notar que en mi vestido, a la altura del pecho, se encontraba un pequeño símbolo circular con una pequeña hoz inscrita en su interior.
–¿¡Que es esto!? ¿¡No estaré marcada para morir o algo!?
–Lo… siento…, lo… siento… –se cubría el ojo derecho con su palma al instante.
–Interesante –Nid estaba frente a mí y muy cerca, había aparecido de la nada. Con el dedo índice tocó la insignia y presionó sobre mi pecho.
–¡QUE DEMONIOS ESTAS TOCANDO! –instintivamente le di la espalda y me cubrí.
–¿Y desde cuando te avergüenzas tanto?
–Jajá, al parecer Nida es una chica después de todo –rió Firion.
–¿Stella, podrías golpearlo? –le dije furiosa.
–Claro que no, a decir verdad yo también tenía mis dudas…
–No es para tanto, las buenas noticias son que no vas a morir, Akira puedes abrir tu ojo si quieres.
–¿Entonces qué significa? –le gruñí sin mirarlo.
–Intenta flotar.
Después de alejarme de él, hice el ejercicio de pensar… pero nada ocurrió, seguí intentándolo, sin éxito.
–Parece que su ojo negro bloquea las Propiedades de determinados objetos.
–¿Y era necesario tocarme para saberlo?
–La verdad no te toqué, toqué el símbolo, y si te refieres a presionar, si tenía que hacerlo. Al presionarlo noté que había una fuerza espiritual condensada en ese punto.
–¿Mi…fuerza…espiritual…?
–No precisamente, más bien la fuerza espiritual que emite ese ojo negro. Puedo suponer que es el resultado de tu habilidad para reconocer objetos y el poder de la Hoz de Thánatos. Después de todo tu estado actual es la fusión entre tú y tu arma, un vinculo similar al que tienes con tu ente aunque me pregunto si… Sanae, ¿podrías dejar que ella vea tu vara? –Sanae sacó la vara que estaba sujeta a su cintura, y lo puso sobre la mesa. No dejaba de emitir agua.
–¿No le pasará nada?
–No lo sé, pero es probable que quede inútil, solo hazlo, esto es importante.
–Está bien…
–¿Akira, podrías mirar la vara?
–Claro…
Akira fijó la mirada en la vara, su ojo negro volvió a enfocar, parecía tener vida propia. El mismo símbolo apareció inscrito en la vara al mismo tiempo que volvía a su estado normal, blanca y cilíndrica. Sanae rápidamente la tomó con la mano.
–No… ¡no pasa nada!
Comenzó a agitar la vara rápidamente esperando resultado.
–Un Minuto –dijo Nid sin quitar la vista del arma.
–¿Qué haces?
–Sanae, no pierdas la esperanza aun, solo espera…Dos minutos.
Comenzó a nombrar cada minuto hasta… Seis Minutos. El sello desapareció y la vara comenzó a emitir agua en las manos de Sanae.
–¿El… efecto… dura…seis…minutos…?
–No, mira el vestido de Nida –me señalaba.
Era cierto, el sello seguía en mi vestido.
–¿Entonces?
–Al parecer el tiempo que tarda en desaparecer el sello, es el tiempo que el poder del objeto tarda en anularlo, en palabras más simples determina el poder del objeto…
–¡Genial! –Firion sacaba su espada–; Akira ve mi espada por favor.
–También me gustaría saberlo –Stella ponía su bastón sobre la mesa.
Unos momentos después todas las armas Alquímicas estaban puestas sobre la larga mesa, con excepción de Balmung. Akira miró a todas las armas hasta dejar el pequeño sello en cada una de ellas. Luego todos impacientes esperamos saber cuánto tiempo tardaban en volver a la normalidad, 4 minutos y 40 segundos las campanas de Sephi volvían a la normalidad, 5 minutos y medio, el bastón de Stella emitía fuego otra vez, 6 minutos, la vara de Sanae se normalizaba–lo hiso de nuevo para comprobar si tardaba lo mismo–, 6 minutos y 5 segundos, la espada de Firion comenzaba a brillar.
–Parece que la mía es la más débil…
–¡La mía es la mejor! –Sephi saltaba, agitando las campanas.
–Quieta ahí Sephi, aun queda un arma –Nid ponía a Balmung en la mesa–. Si me haces el favor...
–Por…supuesto… –Akira miró la espada.
El ojo negro comenzó a dilatarse y contraerse rápidamente, la pupila cambiaba de tamaño mucho más que con las demás, tenía dificultades para enfocarla. Después de mirar la espada por unos 10 segundos el Sello apareció en ella.
–Vaya…, me… costó… mucho…
–¿Cuanto irá a durar? no creo que menos que la mía.
–Oye Nid, ¿Por qué dejaste a Balmung para último?
–Solo porque quiero que aprecien el poder del arma final…
–¿Final? –dijimos todos.
–Uno de los tantos nombres que le daban en los libros, solo observa.
A los 30 segundos comenzó a pasar algo, el sello comenzaba a romperse, quebrarse es la palabra más cercana, pero lo que ocurría era extraño. El sello siguió rompiéndose poco a poco hasta que al minuto exacto cedió y se despedazó, desapareciendo.
–Guau, ¿Qué fue lo que pasó? Duró un solo minuto, y fue diferente a todos nosotros.
–Quería ver a lo que se referían los escritos con “Alta resistencia a Maleficios”, me pareció una gran oportunidad de probarlo.
–Me… siento…cansada… ¿Cómo… vuelvo… a… la… normalidad…? –comencé a creer que podría vencer a alguien solo hablando.
–Basta que cambies la hoz de mano.
Akira cambió la hoz de la mano derecha a la izquierda, el círculo sombrío en el piso junto a todo lo de la nueva imagen de Akira comenzaba a desvanecerse revelando su forma normal, pude notar como desaparecía el sello de mi vestido.
–Vaya, tengo tanta hambre que comería de nuevo, pensándolo bien lo haré –se sentó en la mesa, para comenzar a sacar comida de los diferentes platos puestos a lo largo de la mesa.
–Bien hecho Akira, hasta yo sentía algo de miedo con tu presencia –Nemhain le hacia un cumplido.
–Sí vuelves a usar esa cosa con nosotros presentes, intenta no hablar, realmente me pone los pelos de punta.
–Me gustaría que mi espada tuviera un efecto tan genial…
–Todas las armas Alquímicas tienen un efecto así…, solo que no me sé todas las frases para liberarlas, el de la hoz me lo sabía porque me pareció muy prometedor.
–¿Dragoncito recordó justo el de mi arma?
–Técnicamente sí, pero por la razón que piensas no.
–Nid, Nid. Flippy quiere saber si sabes cómo hacer que funcionen mis campanas.
–¿En serio?, pues le alegrará saber que se cómo hacerlo. Aunque no sé si te alegre mucho lo que hace. Nida, en el compendio busca “Jotun”.
Ya había olvidado que traía el compendio mitológico, luego de sacarlo del saco me dirigí a la letra J.
–Hay varias opciones...
–Elije los gigantes de escarcha.
“Jotun (Gigantes de Escarcha): Habitantes de Nifelheim, el mundo del frio y hielo. Los caracteriza su colosal tamaño y fuerza sobre humana, son los representantes del poder de la naturaleza.”
–Si te lo digo aquí probablemente el palacio sufrirá daños, te lo diré en otra ocasión.
–¿Qué dice ese libro sobre mi hoz?
–Déjame buscar –recorrí las páginas buscando la T–. Aquí está; “Thánatos: Llamado muerte pacifica, personificación de la muerte no violenta, su importancia en la mitología se perjudica por la existencia de Hades.”
Luego me hicieron leer todos los que encontrara, incluyendo a Nemhain, Vidofnir y Nidhogg.
–Entonces es verdad eso de que causas el Fin del mundo –Firion decía impresionado.
–Puede ser, pero no tengo razón para hacerlo.
–¡Dragoncito es tan genial!
–Por cierto, no recuerdo nada sobre las frases de sus armas, ni siquiera su nombre, cuando Nida llame a Vidofnir intentaré buscar algo sobre ellas.
–Ams...
–¿Y porque recuerdas el de Sephi?
–Porque lleva Nifelheim en la frase… –Por el tono de su voz, supe que no contestaría nada más que eso.
–¿Oye y que dirá de Balmung? –preguntó Sanae cambiando de tema.
–Veamos…, Aquí; “Balmung: Poderosa espada capaz de matar incluso dragones, empuñada por Siegfried, dio muerte al Dragón Fafnir. Fue portada por numerosos héroes.” ¿Dragones?
–Ahí tienes, si alguna vez me salgo de control, podrías usar la espada y acabar conmigo –Parecía que no bromeaba…
–No lo digas ni en broma.
–Entonces Dragoncito, ¿mientras esté en esa forma puedo sellar Propiedades en objetos?
–Eso es algo que solo tú puedes hacer, lo que en verdad hace es darte inmunidad completa a cualquier daño físico, solo puedes recibir impactos elementales.
–Vaya, es muy útil.
–Puedes apostarlo.
Seguimos conversando un rato sobre lo que decía el compendio, la verdad era bastante interesante saber a lo que pertenecía cada nombre, unas horas más tarde un guardia se aproximó a nosotros.
–Disculpen pero se hace tarde, ¿les gustaría que les mostrara sus habitaciones?
–Dios, estuvimos todo el día hablando, ese libro hace que el tiempo pase más rápido.
–Nos preguntábamos que tipo de habitación les acomodaría más, cuatro dobles, dos triples y una doble, incluso podemos adaptar una para ocho personas.
–¡Durmamos todos juntos! –gritó Sanae.
–¡Ehhh!, ¡pijamada! –gritó Sephi.
–Sí vamos a hacer una pijamada… Señor guardia, ¿podría ser una habitación para seis y otra para dos?
–¿Y eso?
–Sí vamos a hacer una pijamada que sea sin chicos.
–Por fin nos entendemos Sanae –Nid se alegró con esta idea. Sephi y Akira no parecían muy felices pero aceptaron.
A los minutos estábamos dentro de nuestra habitación, luego de despedirnos de Firion y Nid la puerta se cerró dejándonos a solas.

Texto agregado el 21-04-2011, y leído por 53 visitantes. (0 votos)


Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]