Salmo de Año Nuevo

Cada 31 de Diciembre
los humanos padecemos
esta absurda pretensión
de quebrar la linealidad del tiempo
impelido por clandestinos bochornos
se multiplicó mi sed de dejarlo todo atrás
perdido frente a la ilusión
sufro el espejismo de recomenzar
soñando un fojas cero

de ese absurdo me tomo
por mi hambre de recomenzar,
de ser nuevo
de dejar atrás mi carga

mirar adelante
ver un futuro enterito
como cuaderno nuevo
donde escribir esperanzas
un sueño valiente aquí
otro pequeñito por allá
y el tiempo que se ve tan largo
que creemos que alcanzaremos,
que todo lo podremos,
por un momento
somos nuevos,
no gastados como ayer,
hasta el próximo 31 de Diciembre
donde habremos olvidado nuestras cartas embotelladas

yo también vengo
como el rebaño
con mi pobreza envejecida
a rogar por renovarme.

Aquí vengo a presentarte Padre mío
mi vida desdeñada
mis tesoros fulgurantes
mis esperanzas consentidas

Aquí te traigo Padre mío
desalientos de lo que no fui
vergüenzas de dones abandonados
vislumbres opacadas
pesares de fluorescencia oscurecida
añoranzas de contentamientos desatendidos
tristezas de decepciones a ti cometidas
vislumbres olvidadas
perezas crónicas
orgullos grotescos
miedos acomodados
pasos torcidos
rebeliones gratuitas
bienestares tolerados
indiferencias crueles
vanidades deshonrantes
naufragios acumulados
mi fe adormilada
mi inutilidad de sobras
mi silencio a tu dulzura,
la prescripción de tu recuerdo
mi ceguera voluntaria
mi mirada de mundo

Ruidosas caídas
por aciertos un hatillo de propósitos
desvencijados.

no tengo defensa,
no la quiero
el sopor es indefendible
solo quiero
que desfilen una a una
mis oscuridades
de mi boca a tu luz
quedar limpio de mi,
lleno de tu espíritu

Salieras a mi encuentro
tarde en la radio,
siguiendo tus pasos
Me vuelva a encontrar contigo Jesús
Tú que me haces nuevo cada día

y ya no ser tristeza para cuando me veas,
volver a ser tu alegría.