LOS ANGELES EN LA TIERRA

Un Ángel llego a mi vida un día 4 de mayo de 2005, ese día lo registre como tal, tantas veces me ha hablado con susurros al oído y no lo escuche, tal vez porque ahogada en mis sollozos y lamentaciones no escuchaba lo que me quería decir: “eres valiosa” pero, como un ser de carne y hueso, tan material como el mundo que me rodea, no presté atención.
Ese Ángel cambió mi vida, tomó forma y me dijo lo que mi corazón quería saber y mientras que mi alma ya lo sabía, pero eran mis sentidos los que necesitaban registrarlo.
A la vida de todos siempre llega un Ángel, y te dice lo que precisas para seguir avanzando, ese Ángel toma forma, y la forma física de aquello que te llamaría la atención para que pongas todos tus sentidos en escucharlo pues como vives rodeado de banalidades y alguien puede decirte las cosas pero no escuchas, porque dices ¿ y quien se cree para decirme esto a mí? … Pero cuando ese alguien, que es enviado por Dios para que des un giro a tu vida toma forma interesante y te marca para siempre si lo escuchas y hasta te marca de tal forma que desde ese día hay un antes y un después. Dios tiene mil maneras de hablar con sus hijos, a veces no lo entendemos pero… presta atención… a ese Ángel lo llamaré por el nombre que dio cuando él se presentó… Marino y sí cambio mi vida, en qué sentido… en el más importante : considerarme una persona valiosa porque antes de él yo estaba hundida en un pozo donde los años pesaban, se venían como avalancha sobre mi vida, no eran muchos, pero para los modelos convencionales eran y sumaban, ya no era una niña, una joven con formas perfectas para ese mundo banal , era una mujer con sus luchas y avatares, mis ojos ya carecían de brillo, mis esperanzas habían ido de viaje, el mundo que me rodeaba valoraba las formas , esos cuerpos esculturales y yo con los ánimos por el suelo, no tenía nada de eso, pero me había olvidado de algo : “Que era Persona y valiosa”.
Ese ser excepcional hizo que viera de otra manera el mundo que valore las cosas simples que siempre había ignorado como el destello de mi mirada, con decir que no me gustaban mis ojos por ser marrones, y no valoraba que con ellos podía ver y bien, nunca le había aprestado atención a mi cabellera larga y llena de rulos pues me gustaba el lacio y dorado de los demás, y mi voz parecía solo destinada a leer cuentos pero cuando ese Ángel me hace ver que esas eras cosas valiosas en mi , mi forma de ver la vida cambio´, volví a creer , a valorar mis atributos que precisamente, no eran un esbelto cuerpo de modelo ni la marca de ropa que usaba, me hizo ver cosas que jamás había fijado en mi, y tan solo esas pequeñas cosas hicieron que conciba la vida de manera distinta y todo cambió. Ese ser que un día apareció levantó mi autoestima de la mejor manera, y así como dejó su enseñanza desapareció y no volví a saber de él ni a verlo.
Dejó en mi alma una huella y una enseñanza…SOS VALIOSA… y se fue, pero cuando estaba hundida nuevamente y habían pasado dos años de ese encuentro, una llamada telefónica vuelve a darme fuerzas para seguir era ese ser maravilloso, ese ángel llamado Marino, que tan solo en la navidad del 2007 cuando no sabía qué rumbo tomar leyó un poema… morir lentamente… y me dejó perpleja era la respuesta que esperaba para empezar de nuevo.
Y nuevamente aparece en mi vida cuando la pérdida más grande que puede tener un ser humano, cuando se siente el vació no solo del lugar que ocupa un hijo que no puso ser, aparece para decirme que vaya a un lugar y tal vez algún día iré.
Los ángeles están aunque solo hay que saber interpretarlos y llegan a nuestras vidas para cambiarnos nuestro modo de pensar y de sentir para hacernos saber que somos seres que debemos seguir para cumplir la misión que se nos ha encomendado, no me atrevo a llamar AMOR a ese ser maravilloso porque aparece y luego se desvanece , no es una ilusión, es tan solo alguien que percibe a la distancia mi necesidad de sentirme acompañada y cumple su misión: la de darme fuerzas para seguir intentando, si los ángeles bajan y se personifican estoy segura que ese ser llamado Marino es uno de ellos, que estará cuando necesite arrancarme una sonrisa o decirle a mi corazón que vale la pena seguir luchando.
Si lo deseos se cumplen a mi Ángel lo volveré a encontrar será en el lugar donde quiera, y donde lo pueda abrazar.