Un día más despiertas a la rutina: día gris, lluvia, nubes en el horizonte. Parece que el tiempo ha decidido materializarse como una metáfora de tu estado anímico. Tu alma grita “toma las riendas de tu vida” una y otra vez pero a ti no te apetece ni moverte de la cama, total, ¿para qué?.

Sientes como la vida se te escapa a minutos como si de un reloj de arena se tratara, cada granito que cae sin cesar es un pensamiento provocado por la apatía que inunda tu alma y la catatonia que se ha apoderado de tu cuerpo sin apenas ser consciente, pues tu mente está inmersa en otro mundo que parece abducirte cada día más. -¿Cómo es posible que lleve casi una hora pensando en hacer algo y no lo haya hecho? – te preguntas mientras aún sostienes el abrigo que ibas a colgar en el armario antes de que te ... qué más da si es antes de, después de que haya pasado tal o cual cosa... si parece que no pasa nada, nunca pasa nada...ainsss... y suspiro a suspiro el lento caminar del día llega por fin a su fin, la noche, pues sólo quieres estar en la cama, aunque sea para seguir pensando y pensando, maldita cabeza la mía que no puede estar en calma.
La maraña de sentimientos en la que se mezclan la desesperanza, el miedo, las dudas, el vacío... te deja paralizada el alma, pero no así la mente, que no deja de pensar ni un solo momento, no te da tregua y te asalta con más confusión, más dudas, más inquietudes, más miedo... que se retroalimentan a su vez y justificas tu estado anímico, normal que estés así ¿no? El círculo vicioso en el que giras y giras incesantemente parece ser tu ciclo vital pero...


Y si...
No.

Sí, ya... pero y sí...
...

El cansancio te vence y tu alma espera que llegue el mañana, pero no la mañana que te espera, ésa no, sino un “mañana” que te saque de ese ciclo. Mientras dure tu breve sueño, ella volará libre y se sentirá plena esperando que los rayos del sol de la primavera te saquen por fin de este estado, y vuelva la frenética actividad que te proporciona la fase maníaca del trastorno bipolar que te atormenta en un ciclo sin fin al comienzo de la primavera y al inicio del otoño.