Ideas incómodas

A Sergio y Alejandra

Tomo tu mano delgada y suave
Corta y aniñada, de uñas cortas, despintadas
La tomo y es tan tibia, la tomo y ya es mía
Tu mano y mi mano, entrelazadas

Nuestros dedos que se confunden traslapados
Y en la intimidad de ese abrazo
De esa entrega disfrazada, allí
Nuestras yemas besuqueándose se agolpan
Se acarician y nuestras manos sudan extenuadas,
Casan perfectas, se rozan sensuales
Se acomodan y copulan

Mientras, jugamos a platicar con los amigos
Reímos y cruzamos las piernas y de vez en cuando nos miramos
Pero nuestras manos ya hace tiempo son pareja
Han copulado y se han rendido, y no sueltan ese abrazo
Extendiendo el acalorado encuentro por el resto de la vida
Hasta que alguien interrumpa inoportuno

Saludaremos y nos darán la mano, nos separamos
Y termina la complicidad, somos amigos
Pero ya vivimos juntos, en ese breve lapso,
En el que secretamente nos rendimos.

Beso tu cuerpo blanco, como espuma
Suave desaparece al recorrerlo
Húmedo, se esconde al contacto leve de mis labios
Desaparece, en un océano de lujuria
Sudor, espuma, fluido derramado
Tu cuerpo no existe sino en mis juegos
Se encoge, se retuerce, se agita, sin sosiego
Vibra moribundo bajo el cuerpo
Suda tibio entre mis besos
Te parto te asesino, con los ojos lapidarios
Sin perdón, sin miramiento
Jugosa fruta te reviento, te exprimo con mis lanzas, pensamientos
Te bebo sumerjo mi lengua entre tus piernas
Te tomo, te parto en un febril escalofrío
Tu espalda no es más que una derrota
Te penetro sin piedad y con tu venia
Ah tus cabellos agolpados, sumisos dominados por mis manos
Cierro tu grito entre mis dedos, mordidas impotentes de placer
Es invitación a la violencia, es una súplica impotente
Moldeo tus nalgas, estiro tu espalda, muerdo tu cuello moribundo
Tiemblas tratando de alejarte, pero es tarde, ya mi cuerpo te domina
Ya mi danza te sofoca, te subyuga y te penetra
No eres más que carne amortiguada
No eres más que hembra lasciva y complaciente
Te retuerces en afanes complacientes
Te derrites caliente entre las piernas
Tus ojos turbios me maldicen, y agotada emites un quejido suspirante
Te odio, me maldices, te adoro me suplicas, perro inmundo me reclamas
Ah zorra inmunda, te ha encantado
Ahora lúbrica te ondeas, te limpias y tratas de abrazarme
Pero yo ya sacié mi sed, ya sequé mis ansias en tu cuerpo
Solo necesito estar a solas
No me vengas con romanticismos.