Hércules José, quien en realidad se llamaba José, pero sus amigos le llamaban Hércules por ser un adicto a las pesas, y que no se caracterizaba por ser muy listo. Decidió cierto día inscribirse en un para sistema, un bachillerato para adultos, y es que Hércules no era listo pero si tenia aspiraciones en la vida, bueno muchas de ellas no iban mas allá de ver crecer sus músculos hasta alcanzar un tamaño ridículamente grande.

Así que el primer día de clases fue al gimnasio temprano he hizo una rutina muy dura, pues según el, debía ir hinchado a clases, así podría impresionar a los culitos -como el llamaba a las chicas- y quien sabe de repente lograba ligar con uno.

Ya en clase le explicaron los polinomios, le hablaron de historia, historia del arte y hasta un poco de ingles, claro que Hércules no demostró mucho interés, ni brilló contestando a las preguntas hechas por los profesores, más bien trató de pasar desapercibido, cosa que no logró pues con el tamaño que tenía era bien difícil, de hecho algún que otro vivo hizo -entre líneas- bromas sobre el, pero ni se enteró.

Para el final de la clase el profesor de castellano les colocó una asignación individual, era algo sencillo consistía en elaborar un ensayo sobre como sería su vida si no pudiesen hacer lo que más les gustaba, la idea era ver que prospectivas y cuan amplia podría ser la visión del mundo de cada uno de los alumnos, así como ver como estaban en aspectos tales como: redacción, capacidad de síntesis y ortografía, por nombrar algunos.

Hércules, se sentó en la mesa de la sala con lápiz y papel, empezó a escribir unas líneas, pero no le gustó lo que escribió, así que lo borro y decidió comenzar de nuevo, esto ocurrió unas cinco o seis veces, hasta que harto decidió que mejor veía la novela, total seguro no le pedirían el fulano ensayo y si esto llegaba ocurrir alguna excusa podría inventar.

Entrada la noche Hércules se fue a dormir, y apenas se acostó se quedó dormido, su día había estado bastante pesado y mentalmente estaba cansado, con todo eso de las clases, una vez dormido comenzó a soñar, primero con el gimnasio y con que era mister Olimpia, después soñó con el dinero que haría con los patrocinios que le tenia por ser campeón mundial, con las mujeres no soñó mucho solo tuvo uno o dos sueños, y cuando el sueño era más profundo, en esa etapa que la llaman R.E.M comenzó a soñar que era un tipo inteligente, que comprendía mejor que nadie los polinomios, las reglas gramaticales, las ciencias naturales y hasta la historia del arte, pero el sueño era raro, pues mientras mas listo se volvía menos fuerza tenia, además en el sueño comenzó a tratar de hacer discursos “inteligentes” y mientras los periodistas querían hablar de su dieta, sus músculos, el solo quería hablar de las energía alternativas, de la necesaria reforma a la seguridad social, de lo importante que es promover a la pequeña y mediana empresa, y de como si no hacemos algo la economía se vendrá al piso.

Ante las peroratas que Hércules lanzaba en cada rueda de prensa, los periodistas comenzaron a dejar de tomarlo en serio y cada vez era menos el espacio que le dedicaban en sus columnas, y además lo criticaban, decían que había perdido la forma, que no era lo mismo, que ahora se creía un filosofo y que a lo mejor la causa de su conducta tan “extraña” eran los esteroides.

Hércules, se levantó sumamente preocupado ese día, se vistió y se fue al gimnasio, allí trato de esforzarse al máximo, pero que va no pudo hacer ni la mitad de la rutina que solía hacer, esto hizo que comenzase a pensar que la pesadilla de la noche anterior mas bien se trataba de una maldición y que si seguía estudiando se convertiría en un cerebrito de esos, un nerd, por tal motivo decidió no ir mas al bachillerato ni a nada parecido, empezó a despreciar a los libros y a cualquier cosa que tuviera un texto medianamente largo, salvo a las revistas MuscleMan que coleccionaba desde hacia años.

De eso ya hace un buen tiempo, Hércules José no se convirtió en un nerd y menos en un campeón mundial de fisicoculturismo, hoy en día a sus cuarenta y pico de años continúa trabajando a destajo como instructor de pesas en un gimnasio.